capitulo 48: convertirse en el ogro

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Darla

-hola- dije temerosa, con la cabeza hacia abajo

-Ven siéntate- dijo mi padre mientras se sentaba, con una mueca de dolor en su cara.

-solo es una visita rápida...- dije aun a distancia moderada.

Me permití observarlo unos minutos en silencio, ya no era aquel hombre que me implantaba miedo, había bajado considerablemente de peso, había perdido cabello y, aunque sus facciones seguían duras, ya no eran aquellas de hace un par de años.

-la vida me cargo la cuenta ¿eh?- dijo formando una pseudo sonrisa que parecía más una mueca de dolor.

-yo solo... miraba...- dije y por alguna razón comencé a temblar. 

-¿puedo abrazarte?- preguntó y sus ojos se le llenaron de lagrimas.

Pero a pesar de verlo a punto de llorar, no sentí ningún dolor, me daba lastima verlo así, ya que no se lo deseaba a nadie, pero no me causaba conflicto alguno. Lo sé, sonaba cruel y lo era.

-No- dije mientras negaba con la cabeza

-Pero hija...- 

-¡PERO NADA!- dije mirándolo a los ojos, por primera vez en mi vida decidida- ¿qué paso con la mujer que solo me ganaba con cinco años? ¿que acaso ella no te iba a dar otro hijo? ¿que acaso por ese nuevo hijo no me dejaste sin nada a mi? ¿Donde están?-.

-Perdón- dijo mientras lloraba

-No pedí disculpas, pedí respuestas...- dije acercándome lentamente a él.

Mi ogro lanzo un fuerte y largo suspiro, limpio sus lagrimas y comenzó a hablar

-Me abandono, ese bebé no era mio, era de su amante y juntos planearon engañarme para así poder quedarse con todo, y lo lograron...-

-Me alegro- dije con tono seco

-¿te alegras?- preguntó desconcertado

-sí, porque tú historia me recuerda a una familiar, pero donde solo los personajes cambian, ustedes planearon engañarnos a mi y a mi mamá para así poderse quedar con todo ¿y que crees? también lo lograron - dije lanzandole una sonrisa malvada.

-sé que lo merezco, merezco este y cada uno de tus insultos por todo el daño que les cause- dijo agachando la mirada- Pero estoy arrepentido y no quiero irme de este mundo sin antes haber obtenido su perdón, el de tu madre ya lo tuve, pero el tuyo creo que me sera difícil...-.

-Me da gusto saber que estas arrepentido ¿pero de que me sirve? ¿regresaras el tiempo? ¿evitaras hacerme daño? ¡No! ¡Nada de eso sucederá!- dije soltando unas lagrimas que sin mi permiso salieron.

-Darla perdóname, fui y soy el peor padre del mundo- 

-sí, lo eres- dije limpiando mis lagrimas bruscamente

-mis últimos días que me quedan, quiero hacer las cosas bien...- dijo para después toser fuertemente.

-quieres hacerlo un poco tarde ¿no crees?- dije levantando la ceja, y aun si poder controlar mis lagrimas.

- Darla, estoy muriendo y me di cuenta que tuve el mejor tesoro entre mis manos que eran tú y tu madre, y las lastime y las perdí por mi estupidez- dijo mientras lloraba amargamente.

-¿sabes que? no puedo hacerlo, lo lamento, si lo que quieres es chantajearme no lo lograras, ¿quieres limpiar tu conciencia? te perdono, ¿te sientes mejor?- dije alzando un poco la voz.

-Darla, hija ¿porqué eres tan cruel conmigo?- dijo mientras seguía llorando, suplicándome con la mirada un poco de compasión.

-No se, tal vez lo herede de ti- conteste antes de salir.

Mi Nuevo HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora