capítulo 42: la saltadora olímpica

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Dilan

Abrí los ojos y lo primero que vi fue un ángel dormido en mi cama. Dios es tan hermosa...

¡Me encanta Darla!  es tan bella, inteligente y divertida. Yo sé que miles quieren estar con ella, porque ella es un estuche de monerías, pero a pesar de que tiene mejores detrás de ella, me eligió a mi.

pero justo cuando seguía admirando su belleza, algo se me vino a la mente...  ¡Estaba dormida en mi habitación! 

-Darla, cariño despierta- dije casi como susurro moviendola de una lado a otro.

- ¡Deja de molestarme carajo!- dijo aun si abrir los ojos.

- Darla, debes de levantarte- dije moviendola más rápido.

-¡Déjame en paz! ¿No sabes respetar el sueño ajeno?- dijo cubriéndose la cara con la almohada.

-Darla, ya estuvo bueno. debes levantarte ahora...- repetí, aun tratando de no hablar muy alto.

-haber Dilan ¡¿podrías dejarme de molestar y salirte de mi maldita recamara?!- dijo sentadose y alzando la voz.

En eso, puso cara de confusión, creo que se dio cuenta que en realidad se había quedado dormida en mi habitación.

-¿que hago aquí?- dijo asustada

-¿enserio no te acuerdas?- dije molesto ¿cómo pudo olvidar lo de anoche?

-No, o sea, sí me acuerdo, pero yo pensé que me había ido...- dijo mientras se terminaba de arreglar.

- bueno, al menos no lo olvidaste...- dije vistiéndome yo también.

- ¡Hey! ¿qué sucede ahora?- dijo tomando mi rostro para que lo girara y poder verla a los ojos.

-nada, es solo que pensé que lo habías olvidado- dije girando los ojos, queriéndole restar importancia al asunto.

- cariño- dijo rozando mi nariz con la suya- te quiero...-.

Entonces sin pensarlo, como si sus labios fueran imanes, la besé... la besé y supe que ella era la que había estado esperando, era ella, su locura encajaba perfectamente con mi "madurez, ella era eso que ni Olivia era...

- te encontré...- dije separándome de ella, mirándola fijamente a los ojos...

- ¡¿Donde esta Darla?!- se escucho un grito arruinando el momento. ¡Era su madre! 

-¡Santa mierda! ¿ahora que hago?- dijo asustada.

-¡guarda silencio! yo te cubro, lánzate por la ventana- dije empujándola hacia la ventana.

-¿estas loco?- dijo susurrando- ¡la otra vez casi muero!- 

-pero no lo hiciste... o ¿prefieres morir en manos de tu madre?- ella negó con la cabeza- vez entonces lánzate...-

Me miró aun dudosa, pero entonces Elecctra volvió a lanzar un gritó buscando a Darla, y ella, motivada por los gritos de histeria de su madre se lanzó.

Duró un buen rato tirada entre los arbustos ¿habrá muerto? 

Entonces como un zombi, lento y moribundo, mi Darla se levanto, dándome un pulgar arriba en señal de que estaba bien.

Le hice la señal de que me esperara en el auto, y le lancé las llaves para que se pudiera subir.

Justo en ese momento Elecctra tocó mi puerta, y como sabía que estaba molesta, decidí no hacerla esperar, no sin antes, revisar si alguna prenda de Darla no había quedado tirada.

Mi Nuevo HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora