Dilan
Estacioné el auto cerca de la entrada, no es que no quisiera caminar, si no que no aguantaba el llegar. Tenia ansiedad acumulada, si es que eso es posible, pero necesitaba llegar, no aguantaba más eso que traía cargando.
Me dirigí rápidamente, sabia perfectamente a donde iba. Mis ojos ya iban inundados , desbordando algunas lagrimas. Dejé de caminar y comience a correr; pude ver de reojo que personas que estaban ahí me volteaban a ver, como si fuera un loco, pero no me importó realmente.
Vi mi destino a lo lejos, me detuve unos segundo, dudoso de poder hacerlo solo, mis lagrimas salían sin que yo pueda hacer algo para evitarlo. Tomé un largo suspiro para darme valor, al parecer no era tan fuerte como pensaba.
Maldita sea, necesitas hacerlo Dilan me repetía mentalmente. Saque valor de lo profundo de mi ser y me dirigí a su tumba.
Cuando llegué al fin y me quedé inmóvil un momento, ahí estaba frente a esa tumba fría, miré el nombre en la lapida y sin que lo pudiera evitar caí hincado, llorando desconsolado, no ahogué mis gritos, los dejé libres al viento, descargando todo lo que tenia.
- Perdóname mamá, no sé que hacer- dije en medio de mi tempestuoso llanto- siento que les he fallado a todos, a ti, a papá, a Chantal...-
Entierré mis manos en la tierra que estaba frente a la tumba y continúe llorando a pecho abierto.
- No supe ser un buen hermano, no protegí a Chantal, me culpo de que sea como es ahora - continúe diciendo - y ahora, mandé a papá al hospital por un infarto, soy una escoria, un monstruo...-
"-el estrés hizo que el corazón trabajara más duro y que la sangre fluyera más rápido-" nos explicó la doctora cuando llego la ambulancia con papá a la sala de urgencias. Electra estaba hecha un mar de llanto, tuvieron que ponerle un sedante para que pudiera calmar sus gritos.
Chantal solo me dirigió una mirada fría mientras lloraba, no dijo nada, ni un reclamo ni una sola palabra, solo me miró, fríamente, tan fría que dolía.
Darla se quedó acompañando a su madre, ella tampoco me dijo nada. Aunque realmente no esperaba que me dijera nada, no creo que algo pudiera hacerme sentir menos culpable.
Lo único que necesitaba era a mi madre, necesitaba que la persona que más me ha amado me consolara. Salí corriendo de ahí, para ir a donde, simbólicamente, estaba mi madre.
- ¿Por qué te fuiste mamita? - dije mientras seguía llorando - todo era más fácil cuando estabas aquí -
Recordé todos los momentos que habíamos pasado juntos, como familia, esos buenos tiempos de mi infancia adorada. Ella siempre me alentó a seguir mis sueños, recuerdo que ella me compró mi primera guitarra, ella me llevó a mis primeras clases de canto, ella siempre ella, ahí, apoyándome.
-¿qué debo hacer ahora?- dije un poco más calmado, secándome las lagrimas -¿debo seguir con mis planes? ¿debo aceptar el futuro que me ofrece mi padre?-
De pronto una brisa fresca revolvió mi cabello, mi cuerpo sintió una especie de electricidad, haciendo que se me erizara la piel. Estaba seguro que era mi madre...
-¿puedes ser más clara mamá?- dije mientras sonreía
De pronto el celular dentro del saco me comenzó a sonar, lo saque y la llamada entrante era de un numero desconocido.
-ok mamá, esto me esta asustando - le dije a la lapida de mi madre.
Dude por un segundo en contestar, quizás era una llamada del más allá, quizás mi mamá no podía aguantar las ganas de regañarme que tuvo que pedir un teléfono en el cielo para hacerlo, si de por si las llamadas de nuestra madre cuando nos va a regañar dan miedo, ahora añádele el miedo de una llamada de regaño por parte de mi madre... muerta.
-¿bu... bueno?- contesté temeroso
-¿Hablo con el Joven Dilan?- dijo una voz masculina al otro lado del teléfono
-¿san pedro? -
-¿disculpe? - contestó confundido mi desconocido compañero de llamada - habla el enfermero de su padre, me proporciono este numero, ¿usted es Dilan el Hijo del señor Leonard?-
Lance una risa, sé que mamá de seguro esta riéndose desde arriba por lo que acababa de pasar.
- Sí sí, soy yo ¿paso algo con mi padre? - dije cambiando drásticamente mi tono de voz.
- Su papá acaba de ser pasado al siguiente piso, ya paso la urgencia, pero esta pidiendo que pasé usted a verlo-
Accedí de inmediato, y lentamente me puse de pie, sacudí el exceso de polvo que tenia en mi ropa. Mira la tumba de mi madre, le sonreí, ella aunque ya no esta presente, siempre me ha sabido calmar.
- Bien madre, me tengo que ir - dije lanzando un suspiro - aun me debes una respuesta, enserio que si me respondes claramente te lo agradeceré-
Ya había dado unos cuantos pasos, pero recordé algo y regresé.
- Oh, pero nada de llamadas paranormales o cosas así por favor - le comenté a la lapida fría de mi mamá - te amo enormemente mami -
Maneje rápidamente al hospital, esperando que en mi trayecto no pasara nada con mi padre, aunque ya estaba fuera de peligro esa idea de que algo le podía pasar si no llegaba rápido me taladraba la cabeza.
Llegué a la clínica y sin detenerme a hablar con Chantal y con Darla, que estaban afuera de la habitación de mi padre, entré a ver a mi padre.
Ahí estaba, el hombre de acero, recostado y conectado a muchos aparatos.
- Hola hijo- dijo con su voz baja, se trato de sentar pero lo interrumpí, recostándolo nuevamente.
- Perdóname papá- dije sin mirarlo a los ojos.
Él solo se limito a acariciar mi cabello mientras yo lloraba.
- Tranquilo hijo, todo esta bien, mientras no te vayas a Italia todo esta bien...-
Sentí como mi corazón se apachurraba ¿esa era la señal?
nota: Dilan en galería
hola chicos y chicas, espero les guste este capitulo. no olviden votar y dejar sus comentarios.
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Mi Nuevo Hermano
Romansa-te deseo tanto Darla- me dijo susurrando al oído, escondí un gemido, para que no nos escucharan nuestros padres, que estaban a un lado de mi habitación. -Dilan, quiero que me hagas tuya- dije respirando agitadamente, estaba en un punto de excitació...