Dilan
Hoy es el día, hoy daré ese gran paso.
Ya llevamos dos años y en verdad que siento que la amo, que quiero dar ese gran paso.Adoro sus labios, como su cabello rubio cae sobre su espalda, su carita de niña, pero su cuerpo de mujer.
Adoro verla siempre tan elegante, pero bueno es de esperarsé, ella es la hija menor de los Hamilton, la familia más poderosa del país.
Soy un afortunado al estar a su lado. A pesar de ser tan sería, un tanto mimada y tener un carácter de los mil demonios.
Pero en la cama es la mejor, se mueve como las mismísimas diosas.Me encanta tanto, aunque me estresa su temperamento y que sea tan caprichosa.
Sé que va a ser difícil el pasó que voy a dar, porqué sé que ella nunca da su brazo a torcer, pero enserio que le quiero cumplir todos sus caprichos, quiero despertar a su lado y que sea mía, sólo mía.
Ya tengo el anillo que le voy a entregar, tuve que buscar el adecuado, porque sé que sus gustos son muy especiales y delicados.
Me costó una fortuna, pero vale la pena, ella vale la pena.Lo que siento es ambivalente, es un sentimiento complicado, pero de algo estoy seguro: quiero casarme con ella.
Tengo que preparar todo para que salga perfecto, a ella le gusta que hasta el más mínimo detalle salga perfecto.
Tengo la idea de pedírselo en su casa, voy a prepararle una cena, un poco de baile lento al son del violín y justo después de cenar, le pediría que fuera mi esposa.
Y espero que para festejar me lleve a su habitación y festejemos cómo se debe.-¿Bueno?- contesta con su preciosa voz.
-hola preciosa ¿Donde estás?- le dije mientras manejaba.
-aah... hola querido... amm vine de compras... ¿pasa algo?- respondió mi diosa del otro lado del teléfono.
-¿A que horas llegas a casa?- dije mientras observaba la cajita del anillo.
-ay... lo siento cariño... esque... pues llegaré muy cansada... ¿podemos vernos después?- dijo soltando un suspiro.
-¡Pfh! Esta bien amor, cuidate- le respondí algo frustrado.
-de acuerdo, adiós cariño besos- respondió colgando no sin antes mandarme dos besos tronados.
Menos mal que tengo llaves de su apartamento, y aunque esté cansada, ni modo que me deje ahí con todo listo... aunque tal vez si sería capaz.
Le llamo a mi amigo Lucas para avisarle que hoy será mi día, haber como lo toma ya que nunca le a caído bien Olivia.
-¿que hay bro?- responde contento desde la otra línea.
-nada bro, sólo que hoy será el gran día...- respondí esperando su reacción.
-¿el día en que terminarás a la manipuladora de Olivia?- respondió entre risas.
-¿porqué no puedes compartir mi felicidad?- dije poniendo los ojos en blanco.
-porqué esa niña mimada te trata como quieres y tú se lo permites- dijo y soltó un suspiro- mira Dilan soy tu amigo y te apoyo en tu decisión me guste o no, pero como amigo te digo que si das ese paso te arrepentirás toda tu vida...-.
-Lucas tengo que colgar, enserio que me enoja que pienses así del futuro de mi relación- le contesté molesto colgando la llamada.
Mientras manejo, le confirmo al chef a que horas quiero que entregue la cena y cuantos meseros quiero.
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Mi Nuevo Hermano
Dragoste-te deseo tanto Darla- me dijo susurrando al oído, escondí un gemido, para que no nos escucharan nuestros padres, que estaban a un lado de mi habitación. -Dilan, quiero que me hagas tuya- dije respirando agitadamente, estaba en un punto de excitació...