42.

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MAZATLÁN

Jean: ¿Perdón?

Orson: Pregunté si se divirtieron *estaba un poco molesto*

Scarlett: Si, nos divertimos así como creo que te diviertes con Brianda, y ni siquiera sé si son novios o no

Ralf: Calmemos los humos y mejor digan ¿Por qué vinieron sin avisar?

Marían: Scar tuvo la idea

Darián: Si, ella nos dijo *se apresuraron a decir*

Scarlett: Traidoras, pues si, la idea fue mía. Si no quieren ir a Mazatlán pues ahorita hago mis maletas y nos vamos eh. *me di la vuelta para irme*

Libardo: ¡Espera! *Me giré y los mire* ¿Nos llevarás a Mazatlán? *dijo con emoción*

Scarlett: Si, pero como veo que nos les hizo gracia que hayamos venido solas, tendré que cancelar los vuelos que salen pasado mañana *Suspire fingiendo tristeza y me di la vuelta de nuevo*

Jean: Ah, no *me tomo de la cintura haciéndome girar otra vez hacia ellos* nos vas a llevar por habernos traído aquí y será tu castigo por haberse venido sin avisar.

Darián: Ay, Marí por fin conoceremos Mazatlán ¿Y también tienes una casa allá?

Scarlett: si, aunque podríamos decirle a mi hermanito hermoso y precioso *mire a Orson disimuladamente* que nos preste su casa que es más grande y está más cerca del malecón y que tiene una vista hermosa...

Orson: Y crees que Sebastián acepte?

Ralf: Se refiere a ti wey

Orson: Ah, ok *no le tomo importancia*

Pasó la tarde y comimos, jugamos, nadamos, grabamos e hicimos varias cosas divertidas.

Al caer la noche nos fuimos a nuestras habitaciones, Jean y yo nos metimos a la nuestra y nos metimos a bañar, no pasó nada ya que estábamos cansados por el viaje.

Nos salimos y yo sólo me puse mi ropa interior y Jean unos boxers, me amarre el cabello en un chongo algo despeinado y nos acostamos.

Jean: Oye amor...

Scarlett: Si?

Jean: Me quieres?

Scarlett: Jaja, amor qué pregunta es esa bebé, claro que te quiero. Te amo y ya te lo había dicho bby.

Jean: es que a veces no me queda muy claro

Scarlett: Por qué mi niño?

Jean: Pues hay veces que me dejas con muchas ganas....

Scarlett: Jajaja, ay bebé. Eres un pervertido

Jean: Pero así te gustó

Scarlett: Así me encantas *afirme y le Di un beso* ¿Te emociona el viaje?

Jean: Mucho. Libardo, Darián y Marían siempre han querido conocer alguna playa

Scarlett: Los llevaré al malecón. Es mi lugar favorito. Y a la playa y sus restaurantes. Apuesto que Ralf estará maravillado con la delicia de comida que venden ahí

Jean: No tengas dudas de eso niña. Ven, déjame abrazarte *me acomode en su pecho*

Scarlett: En la tarde me llamó mi papá para decirme que Kenia quiso hablar con ellos...

Jean: ¿Y qué hicieron? *pregunto sobando mi espalda*

Scarlett: Mamá le gritó a punto de golpearla y papá la corrió y le dijo que no la querían cerca de ninguno.

Jean: ahora entiendo por qué no te afectó el que se fuera

Scarlett: Nunca fue una buena madre, ella decía que si por que me quería pero el quererme no significa ser buena mamá.

Nos quedan a un rato en silencio hasta que le dije que iría al baño. Termine y me quedé viéndome un rato en el espejo. Está vez no lo rompería.

Al parecer no era tan fea. Mi piel es blanca, mi cuerpo es delgado, tengo buenos atributos, mi cabello negro es hermoso y no se diga de mis ojos que son una mezcla de azul, verde y gris. A veces cambian de color y se ven mejor.

Me estuve analizando que ni siquiera supe en que momento Jean empezó a besar mi cuello. Me abrazo y me mordió un poco mi lóbulo izquierdo.
Me beso los labios y me puso en el lavabo. Enterró sus dedos en la maraña de mis cabellos profundizando más nuestro encuentro de una manera que me volvió loca.
Siempre que nos tocábamos había algo así, algo como que vibraba entre nuestros cuerpos. Entre nosotros existía una necesidad más apremiante, más humana y primitiva.
Después todo pasó rápido. Cuando me di cuenta ya estaba conmigo, aferrándose a mi y disfrutando de lo tanto que nos unía. Volvió a poner sus labios en mi cuello besando mi oreja y logrando que me estremeciera. La tentación me hizo tirar de él para alcanzar el mismo punto sensible de su cuerpo. No me contuve y mordí cerca de su garganta arrancandole un sonido ronco y gutural de ella.  Eso me animo mucho más a morderlo en otros sitios, a disfrutar de la dureza de sus músculos bajo mi boca y a gozar de cada gemido que dejaba salir de mi. No era la primera vez que la pasábamos tan pero tan bien, pero en eso momento tuve grandes revelaciones de mis sentimientos y busqué sus labios con urgencia. Nesecitaba besarlo, probar sin fin el sabor de su boca y de si lengua contra la mía. Estaba ansioso por llevarme a la cama, era donde más nos dejábamos llevar, me alzó en el aire y enredé mis piernas en su cintura. Sin esfuerzo, Jean me sostuvo, mordiendome el cuello con más fuerza de lo usual, pero claro, sin lastimarme. En cambio me exitaba aún más. Salimos del baño y nos tumbamos al colchón. Y las cosas de pusieron aún más calientes, si era posible. Increíblemente así era, por que me tocó de una forma maravillosa, acariciando suave y lento aún cuando estaba encima de él. Mi respiración se convirtió en un jadeo y cuando abrí los ojos después de que suavizara las tenues y torturosas caricias en el interior de mis muslos, él estaba sonriéndome con una satisfacción que iba más allá del placer físico. Él disfrutaba tenerme así... Estuvimos en la cama haciendo de todo por un tiempo más hasta que los dos caímos rendidos en la cama, él acariciaba mi espalda y yo hacia círculos en su pecho con mi dedo índice.

Jean: Te amo *salí de mi trance*

Scarlett: Te amo aún más...

Subí la mirada al decirle eso y me miro, tenía un brillo en sus ojos y una sonrisa HERMOSA. Al verlo mi corazón se aceleró, no era una mariposa inquieta que se agitaba dentro de mi pecho. Era más bien un enjambre de abejas asesinas que me mataban de amor...

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