Mathea
El tal Derik se coloca de pie en cuanto Abigail dice su nombre, y yo frunzo el ceño a más no poder
—Creí que nunca volvería a verte. — ella continua.
¿Pero y de dónde diablos se conocen? ¿Y por qué según él yo también lo conozco? No logro recordar su rostro de ningún lado.
—Y yo creí que estabas muerta. — le responde en medio de una risa entre felicidad y alivio. — Por mucho tiempo, creí que no había alcanzado a buscar a Azazel a tiempo como me lo pediste. Pensé que te había fallado y que no habías sobrevivido...
Los arcángeles y yo nos miramos entre sí.
—¿Qué estás haciendo aquí? — Abigail no pierde su postura estoica y cuidadosa, el tono de su voz es firme, y me distraigo un instante al verla comportarse así mientras usa ese jodido vestido que me ha tenido al borde toda la noche.
Sacudo la cabeza.
—Te vi en Bélgica, vi que te habías transformado en un ángel y yo... — él trata de dar un paso hacía ella.
Me adelanto y lo obligo a detenerse.
—Wow... —hago que retroceda. — No tan rápido, niño.
—Mathea... — Abigail sisea con desapruebo
—No sabemos si de es fiar aún. — espeto. — Por todo lo a que a mí respecta, su presencia aquí solo significa que Semyazza lo mandó para jugarnos un truco y nada más.
Mantengo mis ojos fijos en el mocoso, que me observa de vuelta con sorpresa. ¿De dónde lo he visto antes?
—Mathea...es bueno volver a verte.— me dice como si debiera decir lo mismo, pero lo cierto es que no logro reconocerlo, por lo que no abro la boca para contestar.
Sigue siendo un ángel caído. No voy a bajar la guardia para nada.
—Derik, él tiene razón.— Rafael se atreve a hablar.— Tu mismo lo dijiste, hace menos de 24 horas que estaban en Bélgica en una batalla que derribó a más de la mitad del ejército de Semyazza, casualmente del que tu formas parte.
—Ya no.— contradice.— Por eso estoy aquí.
—¿Ya no?— me meto.— ¿Tenemos que creernos esa mierda?
Derik respira hondo, parece exasperado pero me interesa dos kilos de mierda.
—Los caídos desaparecimos porque nos dejaron en la oscuridad luego de la batalla en el sub plano. No sabíamos que había pasado, o en que concluyó todo.— suspira.— Semanas después, nos enteramos que Lucifer ha muerto a manos de su propio hijo y que él ha creado una alianza con los ángeles después de ser proclamado como el nuevo líder del Infierno...
—Si, estaba ahí, lo recuerdo muy bien, ¿y?
—Semyazza perdió la cabeza, estuvimos en la mierda durante meses hasta que tu regresaste del abismo y antes de que lo supiéramos, el juramento celestial que Lucifer dejó antes de su muerte se concedió, y su completo poder y energía recayó sobre nosotros. Él no perdió el tiempo, y en seguida comenzó a preparar una venganza en su nombre.
—Todo eso ya lo sabemos.— dice Saril.— Sigue sin explicar el que haces aquí.
Él vuelve a buscar a Abigail con la mirada.
—A eso intentaba llegar. Vi que Abigail estaba viva y que ahora era un ángel, uno con armadura y espada.— se lame los labios con nerviosismo.— Supe que si me quedaba allí a pelear iba a morir como todos los demás que no le eran útiles a Semyazza, porque como ya deben de saber, la energía de Lucifer afectó a unos más que otros, y estos en específico se hicieron más poderosos que los demás. Los que lograron irse con él son ellos, se encargó de protegerlos y sacarlos de Bélgica a salvo ya que son los que más le sirven.
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PERDICIÓN (#2)
FantasySECUELA DE ''DESTRUCCIÓN'' ''El dorado de su iris luce despiadado, la sangre que salpica en su rostro y alas la hacen ver más siniestra, más aguerrida, más letal... En medio de la brisa, y de toda la tempestad, nuestros ojos se encuentran, y el vací...