Abigail
Nos encontramos sentados de manera obligada alrededor de la mesa redonda de cristal, sumidos en un silencio tenso hace casi diez minutos. Los guardias están precavidos a cualquier movimiento brusco, Rafael no luce para nada contento con lo que acaba de pasar, y los demás arcángeles menos Saril me observan como si yo tuviera la culpa.
Los ignoro y miro a Derik con ojos enfáticos; aún parece medio adolorido por la estampa salvaje que le dio Mathea, quién es el único que se encuentra de pie y que se pasea furiosamente como un toro encarcelado el cuál ve al ángel caído como si fuera de color rojo.
De verdad es que me gustaría saber cuál es su motivo.
—Mathea... — Rafael suena como si llevara una lucha consigo mismo para no perder los estribos. Ja, bienvenido al club. —¿Quieres sentarte y...?
—¡No! —el cavernícola sigue igual de enrabiado pese a que ya el fuego en sus ojos volvió a la normalidad. Me doy cuenta de que los arcángeles se asustan levemente con su grito, por lo que ruedo mis ojos y exhalo con irritación.
—Mathea. — lo llamo con voz seria. Él me mira y aprieta el entrecejo con más fuerza. — Será más fácil que entendamos la situación si empiezas por explicárnosla. — bota aire por la nariz al oírme, y no sé cómo tomarme aquello.
—¿Quieren saber qué carajos es lo que sucede?—masculla con voz contenida.
—Pues sí, la verdad. — me encojo de hombros.
—Que este jodido niñato. — hace un ademán con la mano hacía Derik. — Nos la hizo como se le dio la maldita gana. — todos lo escuchamos con confusión. — Que mientras él nos distraía con su llegada, las ratas de Semyazza fueron al infierno y mataron a Agatión. Eso es lo que mierdas pasa.
Mi mirada cae sobre el ángel caído con el peso de una ola.
Este abre los ojos como platos, como si aquello no se lo esperara, a la vez que se encoge en su asiento al ver que todos lo miran. Rafael se coloca de pie de un salto, sus cejas están fruncidas y la línea de su mandíbula más tensa que nunca.
—¿Es eso cierto, Derik?— a pesar de todo, sigue manteniéndose al borde de la calma.
—¡Por supuesto que es cierto!— grita Mathea en lugar del otro.— Encontré su cuerpo clavado en las murallas del castillo, y adivina qué, ¡la puta cabeza andaba colgando por ahí aparte! ¿Quién más tiene la manía de ir arrancando cráneos por ahí, eh?
"¿Que demonios?"
Derik se apresura a negar con la cabeza repetidamente.
—Ju-juro que no tengo nada que ver.— tartamudea hacía el arcángel, poniéndose de pie igual de rápido que la forma en la que habla.— No tenía idea de nada, lo prometo, de verdad. Ni siquiera sabía que tenían planes, ¡ni siquiera me imaginé que se atreverían a hacer algo tan pronto!
—¡Deja de mentir, pedazo de mierda!— el príncipe no le da tregua.
—¡Es la verdad, perdí completo contacto con ellos cuando me fui!
Comienzan a discutir entre los tres, pero poco a poco su pelea se vuelve lejana a mis oídos,
porque el recuerdo de algo aterriza repentinamente en mi mente. Intento pensar, intento...traer de vuelta a mi cerebro las palabras exactas de Semyazza."—Lo has vuelto personal. Lo hiciste, el cadaver de mi mejor hombre es la prueba"
¿Es eso? ¿Su mejor hombre, el más leal a él, por el nuestro? ¿O lo estoy pensando demasiado? Porque analizándolo bien, si se refería a eso, entonces tan conmigo no es el tema ya que Agation era más secuaz de Mathea, no mío.
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PERDICIÓN (#2)
FantasiaSECUELA DE ''DESTRUCCIÓN'' ''El dorado de su iris luce despiadado, la sangre que salpica en su rostro y alas la hacen ver más siniestra, más aguerrida, más letal... En medio de la brisa, y de toda la tempestad, nuestros ojos se encuentran, y el vací...