Capítulo 10

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ADVERTENCIA: Este capítulo contiene material que puede shockear o alterar a una persona religiosa. Si sigues una religión, o si eres uno de esos que no aceptan nada fuera de lo convencional, recuerda que este libro se trata de pura ficción y que ni yo ni nadie está diciendo que lo escrito en este capítulo es la realidad.

Eres libre de leer y creer lo que desees, pero si no estás de acuerdo con lo escrito, por favor, no dejes un comentario de odio u ofensivo porque: 1-Arruinas todo la vibe de la trama. 2- Como dije antes, es solo ficción. 3- Borraré tu comentario de cualquier forma.

Acepto y agradezco cualquier tipo de crítica constructiva, pero por favor, no cruces la línea e intentes faltar el respecto.

Muchas gracias, lean con libertad!

Abigail

—Es que tú de verdad sabes como hacer una escena.

Ruedo mis ojos.

—Azazel...

—Nos dejaste a todos con la boca abierta—no me presta atención.—Quise reírme tan fuerte al ver su cara, pero sabía que me iba a botar los dientes si lo hacía, así que tuve que aguantarme.

—Azazel...— intento volver a hablar, pero el demonio parece demasiado entretenido recordando el momento de ayer.

—No, y hubieras visto lo enojado que se puso después. Saril tuvo que arrastrarlo como a un mocoso fuera del lugar porque estuvo a punto de golpear a uno de los ángeles que estaba cerca de él.— se ríe al recordarlo, y suspiro con impaciencia, resignada a tener que escuchar el resto de la historia luego de que me fuí.— Ese tipo de por sí tenía problemas de ira, pero ahora que es príncipe lo más mínimo lo hace estallar, estoy seguro de que se sintió tan humillado.

—Solo le di en el ego.— me atrevo a acotar, jugando con la cadena que cuelga de mi cuello sin notarlo.

Es una de las tres cosas que traje conmigo la noche que me despedí de Tristán y de mi vida humana, la tenía desde pequeña, y me sentí en la obligación de traerla como un recuerdo.

—Pues sí, pero, ¿y qué esperaba que hicieras? ¿que lo saludaras de abrazo o algo así?— bufa con sarcasmo.— Bah, quién sabe, pero en definitiva no eso.

—Y que no se espere nada, porque no voy a darle en el gusto— mi tono sale amargo cuando pronuncio aquello, pensar en lo ocurrido ayer por la noche aún me causa escalofríos.

—Ya sé, pero me refiero a que hacer como si no hubieras notado su presencia, ni siquiera inmutarte, ese si que fue un movimiento de la verdadera puta ama.— Azazel da pequeños aplausos, encantado.—Ah, fue precioso, merecido se lo tenía por cavernícola.

No respondo a eso.

—Pero si, tienes razón, que se vaya a la mierda, no merece ni que le dirijas la palabra.

Asiento repetidamente con mi cabeza, no voy a cambiar de opinión con respecto a eso.

—Que siga con su vida en el inframundo, y que me deje seguir con la mía con tranquilidad, estábamos bien cuando él no estaba, no es necesario que tengamos que interactuar.

Azazel frunce el ceño al escucharme, colocándose de pie para sentarse a mi lado en la cama. Lo miro, y él, sonando ligeramente confuso, dice:

—Bueno, no del todo, ¿cierto? Porque, ya sabes...

Esas palabras me toman inadvertida, y parpadeo con lentitud para procesar a lo que se refiere, sintiéndome como una completa tonta.

—¿Qué?— pregunto, en busca de una explicación.

PERDICIÓN (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora