Floyd al ver como la delgada figura de su gaviota desaparecía a través del brillo radiante del espejo apretó sus puños, mas dando un suspiro pretendía ignorar las miradas y murmullos de los que estaban alrededor; silencioso con la cabeza en alto empezó a caminar para regresar a su habitación ya no había nada más que lo detuviera en ese salón y no estaba de humor para soportar las idioteces de los demás. Minutos después recostado en su cama con los ojos cerrados divagaba en pensamientos deprimentes hasta que fue sacado de ellos ante la presencia de su hermano que entraba con una charola, sintió su tacto acariciando su cabello verde azulado cuando se sentó a su lado.
—Floyd te traje algo de comer...
—No tengo hambre.
—¿En serio? Porque yo si tengo hambre y ya que no quieres me comeré este delicioso trozo de pastel.
—Tal vez coma si me das de comer.
—Vaya... Que hermanito tan consentido tengo. —Dijo sonriente Jade tomando con la cuchara un pequeño pedazo de pastel y lo metía en su boca— Tiene un sabor exquisito ¿Verdad?
—Si... ¿Tú lo preparaste?
—No, ya sabes que los postres no son mi especialidad, lo hizo Trey san. El tonto me preparó un pastel muy grande como despedida. Dijo "Espero que no te lo comas todo en un día" y ya voy comiendo más de la mitad desde la mañana en que me lo dio.
Floyd mientras comía el pastel notaba el semblante de su hermano al hablar tratando de hallar un rastro de tristeza pero al contrario halló una muy relajada sonrisa perfilada en sus labios.
—Jade... ¿Vas a extrañar a tortuga marina kun? —Cuestionó con la boca llena de alguna forma no quería sentirse solo en esta sensación de vacío, tratando de hallar algo de empatía en su gemelo.
—No es como si hubiera mucho que extrañar pero me preocupas tú, no quiero que te deprimas mucho por la ausencia de tu "gaviota". Ustedes han vivido una relación muy intensa estas semanas y te has acostumbrado mucho a él.
—Lo extraño... —Sus ojos empezaron a lagrimear a la vez que inflaba sus sonrojadas mejillas un poco haciendo un adorable puchero.
—Vamos no llores, come. —Con poca delicadeza Jade metía a su boca otra cucharada con pastel para calmar a su hermano— Llegará el fin de semana antes de que te des cuenta y volverán a verse.
Era la extraña forma de animar a su hermano, quien secándose las lágrimas seguía comiendo sin decir nada. No pasó mucho cuando su teléfono empezó a sonar, al ver el nombre en la pantalla sus labios melosos por el dulce esbozaron una sonrisa.
—Bueno los dejaré solos.
Murmuró Jade al intuir quien había llamado a su hermano, era obvio al ver el cambio en su semblante, al instante salió de su habitación sintiéndose más aliviado de verlo de mejor ánimo.
Llamada
Floyd: ¡Gaviota kun...! Recuerdas cuando dije que no sabría si te extrañaría hasta que te fueras.
Rook: Mon amour! ¡No llores! También te extraño y apenas nos separamos.
Floyd: No estoy llorando.
Rook: Claro, yo tampoco...
Callando sus leves sollozos ambos se quedaron en silencio unos segundos para calmar esta emoción expresada en lágrimas al oír sus voces a través de sus teléfonos. Rook aclarando su garganta se disponía a hablar porque lo que menos necesitaba era hacer de estas llamadas un mar de lágrimas llenas de nostalgia.
Rook: ¿Sabes? Recién llegué al apartamento, el espejo me dejó unas cuadras y todos me miraban extraño al caminar con esta túnica por las calles. Fue un poco gracioso.
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Cazando el amor
FanfictionRook Hunt, el cazador del amor de Night Raven College se siente atraído por la misteriosa belleza y mala actitud de Floyd Leech, convirtiéndolo en su presa más preciada. ¿Será que el cazador terminará siendo la presa?