Gaviotas

348 39 10
                                    

Floyd Leech no pensó mucho en aceptar la propuesta que su gaviota le hizo, ciertamente la actitud aventurera era un detalle que compartían en común, la curiosidad por descubrir lo desconocido podía llevarlos lejos haciendo de la vida más placentera, era algo que amaban uno del otro. Como su amor, que era la mayor aventura que estaban experimentando por el momento y tal vez por el resto de sus vidas.

Sonrisas y miradas de complicidad que al encontrarse entre si provocaban una hermosa conexión de almas gemelas, como decía Rook en su habitual embelesamiento. Entonces de repente este idílico momento fue interrumpido por Floyd que cambió su gesto animado por uno serio.

—El lugar es seguro ¿Verdad? —Cuestionaba Floyd acariciando el vientre del rubio que sonrojado no dejaba de verlo. Contemplar su belleza era su mayor deleite tanto así que a veces se perdía en su mirada bicolor, sin prestar atención a lo que decía— Oye Gaviota kun... ¿Me oíste?

—No... Eres muy hermoso cuando te preocupas, seguramente preguntaste por el lugar, te preocupa Alevín chan. ¿No?

—Pues debemos pensar en él primero ahora... Bueno, yo debo preocuparme por los dos. —Haciendo un puchero apretaba las cálidas mejillas de su esposo— Que fastidio... Soné como un adulto... Ah...

—No debes avergonzarte por empezar a madurar, me encanta el hombre en que se esta convirtiendo mi Floyd kun.

—Cállate. Estaba hablando en serio.

—Creo que lo más complicado será salir de la escuela sin que nadie lo note. A las seis es la hora limite para que todos los estudiantes salgan por el espejo de la oscuridad a sus respectivos destinos, debemos escabullirnos en el momento preciso para que nadie nos vea.

—Si somos sigilosos nadie nos verá. Y si alguien nos ve, lo amenazo y ya.

—Amo tanto el espititu salvaje de mi Floyd kun pero aunque lo amenazaras no podría evitarse que se arme un escándalo y al final no podramos salir.

—Ehhh.... De repente Gaviota kun se desanimó mucho... Está bien, prometo estar callado y esperar pacientemente si es lo que te preocupa.

—Siendo así, no tengo más opción que confiar en mon amour. ¿Verdad?

—Je... No pareces muy convencido ¿No confías en mi? 

—Confío en ti pero no mucho en tu voluble personalidad. —Animado le decía con una traviesa sonrisa notando su gesto entre resentido y molesto— ¡Floyd kun debemos preparar nuestro ligero equipaje, solo llevemos lo necesario porque donde vamos hay de todo, no debes preocuparte por eso!

Rook advertía con emoción, antes de levantarse le daba un pequeño beso en los labios, Floyd con algo de duda lo miraba alejarse. ¿A qué clase de lugar irían? ¿La casa de Gaviota kun era como un palacio ostentoso? Cruzó por su mente esa idea por la manera en que dijo lo último además él tenía ese aire principesco, no le sorprendería que su casa fuera un castillo, lanzando un bufido molesto se reprochaba a si mismo en silencio por tal cursi pensamiento.

Transcurrió tranquilamente esa tarde, los esposos procuraron detener hasta casi las seis a Jade y Trey que partirían juntos, así con el pretexto de despedirlos podrían escaparse. Ambos como habían convenido actuaron con normalidad por nada debían decir o hacer algo que despertara alguna sospecha de su plan.

—Disfruta tus vacaciones Jade... ¡No me extrañes demasiado! —Animado Floyd se despedía de su hermano, quien aunque disimulara se sentía un poco triste por esta separación, era la primera vez que no estarían juntos por tantos días.

—Jade vamos o en unos minutos ya no podremos irnos... No me agrada mucho ser de los que dejan todo a último minuto.

Algo malhumorado Trey le decía a su novio viendo como algunos chicos empezaban a hacer una fila para pasar por el espejo, habiendo tenido todo el día a esa hora parecía que solo los irresponsables estaban en espera. Rook acercándose sonreía para tratar de calmarlo.

Cazando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora