Familia

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La velada que pretendía ser una divertida reunión familiar ahora solo era una reunión con ambiente sombrío algo siniestro por las miradas afiladas de todos los hermanos Hunt ante la burlona sonrisa de Floyd, quien parecía seguir provocándolos.
Después de todo, esa era la clase de tensión que le emocionaba, alguien que quisiera asesinarlo para responder de igual manera. Este desafio sin palabras entre el joven Leech y la familia Hunt fue de repente interrumpido por un fuerte sollozo.

—No quiero una pelea entre las personas que más amo en el mundo.

Todos fijaron sus miradas en Rook que tenía los ojos llenos de lágrimas, sus palabras sonaron tan sinceras que junto a su semblante triste los conmovía pareciendo calmarlos.

—Ya ven, hicieron llorar a mi Gaviota kun. —Floyd con un puchero les reprochaba mientras se abrazaba a Rook para reconfortarlo.

—¡Tú lo hiciste llorar al contarnos todo así de repente! —Replicó molesto Rei— En serio Rook ¿Qué le viste a este tipo?

—Es mi hermosa alma gemela. —Respondió el rubio sin titubear— Si lo conocieran, sabrían lo maravilloso que es.

—Por ahora solo puedo decir que dos son raros que se juntaron. —Rei dijo con seriedad— Rook siempre has tenido en la mirada ese brillo de curiosidad, una vez que abriste tu corazón al mundo y al querer saciar esa curiosidad innata en ti diste rienda suelta a tus emociones que tanto reprimías de pequeño. ¿Hasta este punto te llevó esa curiosidad? ¿Cómo te embarazaste? Eres hombre...

—Entiendo lo que quieres decir querido hermano... Es muy lindo lo que piensas de mi —Con una sonrisa miraba tiernamente a su hermano mayor— Sin embargo, no fue curiosidad lo que me llevó a esta situación, puedo decir que fue amor.

—Si, suena muy bonito eso, pero por mucho amor que tengas no puedes cambiar la anatomía de alguien ¿Cómo diablos te embarazaste?

—Eh~~ ¿En serio lo dices? Tuvimos sexo. —Dijo Floyd con una sonrisa.

—¡Eso lo sé! ¡Sé cómo se hacen los bebés!

—Creo que los niños no deberían oir esta conversación —Regina un poco sonrojada sugería— Terminemos de comer, los niños irán a dormir y podremos hablar con más calma.

—Coman ustedes... Yo saldré a caminar un rato.

Dijo seriamente Rei, levantándose de la mesa salía del comedor a paso firme, Rook que conocía bien a su hermano sabía que por ahora no debía seguirlo aunque quisiera, eso no evitaba que se sintiera triste al verlo marcharse así.

El resto de hermanos lo miraban con extrañeza, como dudando quién era realmente el hermano inquieto y alegre que se fue de casa para conocer la belleza del mundo y convertirse en un gran mago. Lo único que se les ocurría era que Rook había tomado una poción mágica para que siendo hombre pudiera tener un bebé, y la verdad no estaba muy alejada de ello.

El silencio en la mesa mientras comían forzadamente era un poco incómodo porque usualmente sus reuniones al comer estaban llenas de risas, canciones y conversaciones triviales. Rook no podía evitar sentirse un poco molesto con Floyd que estaba a su lado comiendo pues esta no era la manera en que había planeado contarles tan maravillosa noticia, amaba con locura a Floyd pero por momentos le fastidiaba que todo lo tomara a la ligera y fuera tan egoísta.

—¿Qué te pasa Gaviota kun? Te ves pálido ¿Te dieron naúseas de nuevo?

—No, sabes que no es eso... Estoy muy molesto contigo y eso hace que me sienta mal, me enferma. Mi corazón no sirve para albergar malos sentimientos.

—Ya te he dicho que no es malo que te enojes conmigo, sé que puedo ser insoportable a veces. Si quieres golpearme, gritarme está bien, admito que no fue correcto decirlo así, más cuando tú debías hacerlo. Creí que sería más fácil para ti, lo siento...

Cazando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora