Capítulo X Una Noche y Dos Historias

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-Hola –Con nervios- no quería dar la impresión de que espiaba, no sabía si debía molestarlos o no.

-No molestas –Contestó con serenidad- ¿Verdad Ana?

-Solo un poco – Sonriendo.

Nos reímos los tres por un breve instante

-Petter me ayudó a darle un último mensaje a papá Emma. Lo escribí en esta carta, todo lo que quería decirle y no pude antes de que... Bueno pasara eso –Agachando la mirada- Ahora lo vamos a quemar ¡Petter me ayudará con eso! Así las cenizas llegarán al cielo donde está él y podrá tener mi carta. –No disimulaba su entusiasmo.

-Me parece increíble Ana –Quedé conmovida.

Petter tomó la carta y la quemó con un yesquero que sacó de su bolsillo. Prendió en fuego una esquina y la dejó quemarse sobre un plato que estaba en el suelo.

-¿Cómo te sientes ahora Ana? –Inquirió Petter mientras veíamos las cenizas esparcirse por el viento.

Ana solo se limitó a abrazarlo como nunca antes la había visto abrazar, de verdad estaba agradecida con él. Quería darle las gracias a Petter, pero en ese momento se escuchó una voz en la casa.

-¡Chicas ya estoy en casa!

¡Oh no! Olvidé que mi madre existía y ya estaba en la casa. Si viese a Petter sería el fin para todos los presentes.

-Petter tienes que irte ya –Susurre.

-¿Qué? –No entendió.

-¡Ya! –Exclamé- debemos sacarte de la casa sin que te vea mi madre o créeme que arderá algo más que esa carta.

-¿Por dónde? La única salida es la entrada de tu casa y debemos pasar por la sala –Ana se divertía con la situación.

-Ana debes hacer nuestra madre entre a la cocina y distraerla ahí hasta que saque a Petter ¿Podrías? –Expresé entre nervios.

-Si señor –Realizó un saludo militar.

Escondí a Petter en el patio. Ana entró y arrastró a mi madre por un brazo a la cocina, solo se escuchaba la palabra "hambre" mientras la empujaba.

-Vamos ahora Petter, pero con cuidado, mi madre no te puede ver.

Entramos de puntillas en la casa, intentando hacer el menor ruido posible, todo estaba saliendo bien, ya íbamos a mitad de la sala, cuando se escuchó desde la cocina "Déjame buscar mi cartera" mi mente se llenó de adrenalina, no daría tiempo de sacar a Petter. Lo agarré y lo empujé por las escaleras, por suerte entendió y subió rápidamente.

-Hola Madre –Recuperando la respiración.

-Hola Emma ¿A qué se debe que no han almorzado todavía? Ana no para de decir que tiene hambre y además aún no se ha bañado.

-Lo siento, lo he olvidado, de verdad lo lamento.

-Está bien –Extrañada de mis palabras- pero por favor prepárale algo de comer, yo estoy muy cansada y me iré a acostar.

-¿Te vas a acostar madre? –Grité- Es decir ¿Vas a subir a tu habitación?

Hablaba en un tono alto de manera que Petter escuchara.

-Sí. Eso acabo de decir –Usando sus manos para expresar su ironía.

-¿Sabes? Siempre me he preguntado porque tu cuarto está a la izquierda del pasillo junto al de Daniel y el mío está al fondo a la derecha. –Cruzaba los dedos para que entendiera la indirecta.

Una Luna, Dos Caras 3:1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora