Capítulo XXX Metamorfosis

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Desde la aparición de mi hermano han pasado unos treinta días o más, las cosas regresaban a su orden natural, o lo más parecido a eso. Fue difícil para Daniel regresar al colegio, sin embargo lo afrontó dando la cara y emendando situaciones que él mismo creó, tuvo un gesto de disculpa con aquellas personas que lo ameritaba, sus amigos lo recibieron con los brazos abiertos y en pocas semanas era el mismo de siempre. Ya solo quedaban vagos recuerdos del tiempo en el que actuaba fuera de sí.

Por alguna extraña razón, se conectó de grato modo con Petter. Ambos se ponían de acuerdo y al terminar las terapias, pasaban varios días a la semana reparando las averías en la casa, los obligue a empezar por mi baño, luego la computadora, limpiaron los aires acondicionados y para resumir, básicamente cualquier cosa que se pudiera desarmar.

Vale la pena recalcar, que para mí era un placer poder verlos tan seguido en mi hogar. Aunque en varias ocasiones Daniel no se contenía y dejaba salir comentarios imprudentes.

"Desde cuanto te besuqueas con mi hermanita"

"si no son novios, ¿Son amigos con derecho?"

"Puedo prestarte preservativos. No es que me agrade que lo hagas con mi hermana, pero se ve que hay amor entre ustedes"

"Cuando van a formalizarse"

"¿Alguna vez lo hicieron en la casa?"

"¿Lo hicieron en mi cama?"

Un día estando en la cocina, reparando el horno, Petter salió para buscar algunas herramientas en su casa. Mientras tanto mi hermano se animó a expresarse

-Ya dime en serio ¿Qué pasa entre ustedes dos?

-Nada –Deseando que fuera mentira.

-Pero he visto cómo te ve, en el colegio, en la casa o cuando salimos –Extrañado.

-Creo que todos lo han visto menos yo.

-¿Te gusta Petter? –Con voz seria.

-Si –Ruborizándome.

-Yo no leo mentes, pero diría que él también gusta de ti –Puntualizó- lo que me lleva a la siguiente pregunta ¿Por qué no son nada si los dos se quieren?

-No lo sé –Apenada.

-Quizás... -Se detuvo para analizar sus siguientes palabras.

-Eres mi hermana y te quiero, además Petter es un gran tipo, de no serlo no te diría lo que estoy a punto de decirte...

Por primera vez en mucho tiempo su expresión era seria y sin las habituales gracias que siempre acompañaba sus frases.

-Deberías tomar la iniciativa.

-¿Pedirle que sea mi novio? ¿No es descabellado?

-No... Digo, no tan directa. Lo que trato de decirte es que quizás tú deberías...

Terminó su frase realizando movimientos con sus manos que no comprendía; tocaba las puntas de sus dedos.

-¿Hacerle mímicas? –Era lo único que imaginaba.

-Ahora entiendo porque no son nada –Dio a relucir- Darle el primer beso Emma, a eso me refiero. Quizás él no se atreve o que se yo, pero si tanto te gusta deberías dar el primer paso y ver qué pasa.

Fue una charla que quedó grabada en mí, dar el primer paso, sonó irracional al principio, pero fue tomando forma y fuerza con el pasar de los días. Solo necesitaba las circunstancias adecuadas para poner en marcha el plan. Ese mismo día Daniel finalizó sus sesiones y pudo regresar para completar nuestro hogar.

Una Luna, Dos Caras 3:1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora