En el desayuno contaba con una extraña sensación de alegría en mi interior, que ni mi madre podría quitarme, Ana parecía haberse percatado de la misma y se acercó a mí con su plato de comida en las manos.
-¿Cómo te fue? -Guiñando el ojo.
-¿Qué? -No entendí lo que quería decir.
-¿Qué cómo te fue anoche? -Lo dijo tan fuerte que pensé que mi madre escucharía.
-¿Terminemos de desayunar y hablamos en la sala si?
Era el momento menos propicio para hablar del tema estando mi madre tan cerca. Al limpiar la cocina ella subió a su habitación sin decir mayor cosa. En ese instante se abrió la puerta de la casa, salí corriendo sin saber ¿por qué?
-Vaya -Sorprendido- es la primera vez que te levantas para recibirme, debes estar de muy buen humor hoy ¿No?
-Hola Thomas -Con desánimo.
Por un extraño y peculiar momento pensé que mágicamente sería otra persona la que abriría la puerta
-Sí -Riendo- hoy amaneció más feliz de lo normal ¿Verdad Thomas?-Guiñó el ojo de nuevo.
-¿Me perdí de algo? -Con incredulidad.
-Ni te imaginas -Ana reía como si supiera el secreto de mi felicidad.
-Solo pasa y te cuento en la sala Thomas. -Lo halé por el brazo.
Aun cuando eran Thomas y Ana, tuve la impresión que sería de mal gusto contar todos los hechos del día de ayer, así que solo me concentré en que fuimos a dar una vuelta y hablamos del colegio.
-¿En serio Emma? -Fascinado- Jamás te creí capaz de escaparte para ir a una cita con el sujeto que tu madre odia.
-No era una cita -Aclaré- Y ya te dije que solo salimos para hablar.
-Creo que más bien para él no fue una cita, porque para ti parece que significó mucho hermanita.
-¿Tú que vas a saber de esas cosas Ana? -Repliqué.
-Bueno... yo también tenía que contarte algo sobre Petter, pero si yo no sé nada, ¡Está bien!
-¿Sabes algo de Petter? -Solté al instante.
-Más que saber -Disfrutaba el suspenso- él me ha preguntado una o dos cosas sobre ti, y quizás yo dije la verdad o... -Riendo- puede ser que haya distorsionado un poco las cosas.
-Ana ¿Qué le dijiste? y ¿Qué fue lo que te preguntó? -Inquietada.
-Está bien, está bien. En realidad solo me preguntó que cómo me la llevo contigo y esas cosas. Nada del otro mundo creo.
-Quién lo diría, Emma rompiendo todas las reglas y escapándose -Lo dramatizó con sus manos y gestos.
-Thomas no digas esas cosas porque haces que sienta que hice algo malo, cuando no es así y Petter en realidad es mucho más tierno y amable de lo que muchos podrían llegar a imaginar -Enfaticé- tú también deberías ser amigo de él y aprender varias cosas.
-Te gusta, sí que te gusta, te gusta nuestro vecino -Cantando-
-No confundas las cosas Ana y por favor para ya de cantar eso.
Sin embargo al escuchar esas frases no pude evitar hacer una pregunta en mi interior ¿De verdad sentía algo por Petter?
-Yo creo que sí -Canturreo.
-Emma -La voz de mi madre voz se escuchó desde el piso de arriba- Iré al supermercado. ¿Deseas acompañarme?
Sin pensarlo Ana subió en dos saltos las escaleras y con las mismas bajo ya lista para salir.
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Una Luna, Dos Caras 3:1
Подростковая литератураEmma una joven Marabina que actualmente enfrenta una dinámica familiar fracturada. Con el pasar de los días en aislamiento, aprenderá que la muerte de su padre no es el final, puesto que con su partida del mundo de los vivos, varios de...