Desperté antes de que sonara la alarma, sentía un fuerte dolor en el cuello, Petter seguía durmiendo, pero parecía que había luchado toda la noche con la sábana por la forma que la usaba. Me quedé observando, no sabía si debía despertarlo o dejarlo dormir un poco más. De repente la manilla de mi cuarto sonó, sin pensar lo empujé hasta que cayó en el piso.
-¡Ana! –El corazón me latía fuerte –Me quejé.
-¿La puerta con seguro? Si querían intimidad solo me hubieras escrito un mensaje.
-¿De qué estás hablando Ana? –Avergonzada.
-De unos besos apasionados –Guiñando el ojo.
-Pero qué horrible ¿De dónde saca esas cosas una niña tan inocente?
-¿Inocente? Eso es nuevo –Con cierto orgullo- ¿Dónde está?
-Del otro lado de la cama –Señalé.
-¡Emma que le hiciste! –Asustada.
Petter se levantó con sangre corriendo por su mejilla, se había cortado cerca del ojo. Cerré la puerta de nuevo.
-¡Diablos! Déjame buscar gasas y alcohol.
-Tranquila –Pronuncio Petter- se ve peor de lo que se siente, si quieres puedo lavarme la cara en tu baño.
-Tiene las tuberías tapadas, ¡Lo siento! –Un sentimiento de culpa de me invadió.
-Bueno eso explica porque no se fue lo que dejé allí adentro.
-¡Qué! –Explote.
-Es una broma –Sonriendo con la mitad de la cara ensangrentada-
-¡Te odio! Ana quédate aquí con él, ayúdalo en lo que necesite. Yo iré por un balde con agua y gasas.
-¡Y un pañuelo también! –Indicó Petter.
Bajé a toda velocidad. Mi madre seguía durmiendo, algo bueno resultó de ver toda esa serie en la noche.
-Si quieres puedes dejar las cosas aquí y se preparan para ir al colegio, yo puedo limpiar el desastre.
-¡Cierra la boca y no te muevas! –Le indique con algo de preocupación al ver la sangre.
Al quedar totalmente limpia la herida se podía ver encima del pómulo, no parecía tan grande para toda la sangre que salió.
-¿Te duele? –Inquirió Ana con voz era de preocupación.
-No, la verdad no es para tanto Ana, ¡Estoy bien! lamento el desastre Emma.
-Yo lamento haberte empujado, me asusté al escuchar la manilla –Mirando a Ana.
-No creas que no entiendo lo que quieres hacer, pero de acuerdo, lamento haber intentado abrir la puerta sin antes tocar y decir mi nombre.
Los tres reímos. Saqué una bandita decorada de una serie animada para niños.
-¿Emma qué piensas hacer con eso? –Tapando la herida.
-¿Tu qué crees Petter? Si no cierro la herida puede infectarse o seguir sangrando y esto es lo único que tengo.
-Prefiero correr el riesgo ¡Gracias!
-No seas infantil Petter, se trata de tu salud y no voy a dejar que te pase algo solo porque esto no va con tu estilo.
-Segura que no tienes nada más, ¿Cinta plástica? ¿Silicón? ¿Una grapadora? –Con voz suplicante.
-¿Es en serio? –Colocándola- Petter prométeme que no te la vas a quitar hasta comprar otra nueva.
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Una Luna, Dos Caras 3:1
Teen FictionEmma una joven Marabina que actualmente enfrenta una dinámica familiar fracturada. Con el pasar de los días en aislamiento, aprenderá que la muerte de su padre no es el final, puesto que con su partida del mundo de los vivos, varios de...