Capítulo XVII CATARSIS

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Solo era miércoles, justo la mitad de la semana, pero el colegio había dado un giro demasiado drástico. Las personas ya no veían con temor a Petter, al encontrarlo, en un pasillo o un área del colegio algunos lo saludaban, e incluso se acercaban a la hora del desayuno para acompañarlo, me era grato ver como mis compañeros podían observar al verdadero Petter.

Por otro lado, Thomas era objeto de celos por parte del alumnado masculino del colegio, desde su reciente relación con Alejandra, se acercaban a preguntar como lo había logrado, le sentaba bien tanta atención, la disfrutaba. La contraparte de la historia era Bruce, quien no había vuelto a entablar ninguna conversación con Thomas, se podía evidenciar que sus amigos tomaron distancia de él. Cada vez que pasaba cerca Petter irradiaba desprecio, como si le hubiera arrebatado algo valioso.

Aún no daba inicio la clase de Biología cuando entró la directora al salón acompañada del profesor Augusto. Daba la impresión que darían noticias importantes por la expresión que tenía.

-Disculpe la interrupción Profesor Carl.

-No es ninguna interrupción.

Se volteó hasta quedar de frente a nosotros.

-Muy buenos días queridos estudiantes

Su felicidad no se vería afectada por el hecho de que nadie respondió

-Buenos días estudiantes –Gruñó.

Buenos días. –Respondieron todos, era más evidente el sentimiento de cariño y respeto al profesor Augusto-

-Hoy vengo con maravillosas noticias para todos ustedes. –Expresó- Como muestra del enorme compromiso que la institución tiene con su estudiantes, nos hemos dado la tarea de contratar los servicios de la organización P&E, especialistas en la aplicación de test psicológicos orientados al ámbito vocacional. Cabe destacar, que cuyos servicios serán brindados para minimizar cualquier rastro de dudas en relación a la elección de una profesión.

Después de todo, no era tan descabellada la idea, la verdad considero que sí podría ser de gran ayuda esa orientación.

-¿Es de carácter obligatorio la participación? –Respondió bruscamente.

-No veo el sentido a su interrogante Salazar–De forma gruñona.

-No quiero sonar grosero, pero no tengo la intención de realizar dicha prueba. Por eso mi pregunta

-¿No tiene la intención? –Emitió con una voz ahogada mi madre- Sabes estimado Salazar, muchas personas quisieran la oportunidad de contar con el valioso apoyo para tomar tan difícil decisión.

- ¿Usted necesitó el apoyo de alguien más para saber qué profesión estudiar?

-No –Una respuesta de dos letras, pero parecía un chillido- sin embargo a su edad yo contaba con el apoyo de mis padres para tomar tal decisión, ciertamente a su edad ya tenía magníficos planes trazados para mi futuro

Respondió, sacando a relucir el hecho de tener padres en su juventud, fue para mi madre como un triunfo sobre Petter.

-¿Si? –Sin dar mayor importancia- ¿Y qué le pasó a esos "magníficos" planes? –Despacio- ¡Ah! Disculpe directora –Fingiendo sorpresa- ¿Estos eran sus planes? Lo siento, no quise sonar despectivo.

Se escucharon algunas risas intentando ser disimuladas al fondo del salón. Ya no había rastro del entusiasmo con el que había llegado mi madre, en su lugar su rostro solo reflejaba rencor, se quedó en silencio.

-Petter nadie te obligará a hacer la prueba –Agrego el profesor- ¿Está bien? pero por favor piénsalo con calma en tu casa. Esta es una grandiosa oportunidad y a mí como tu docente guía me gustaría mucho que la aprovecharas.

Una Luna, Dos Caras 3:1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora