Capítulo VIII La Historia Jamás Contada

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La semana pasó sin previo aviso, tardé en darme cuenta que era viernes, entre poner al día a Isabella con todo lo sucedido y soportar el apego de Thomas con la hermana de Petter, el tiempo corría realmente rápido. El día era soleado, algo habitual en mi ciudad, sin embargo el calor no iba a disminuir mi entusiasmo por tener mi primera clase de doble A.

El salón fue habilitado en la terraza del colegio, era increíble, se sentía como estar en un huerto real. Las mesas se ubicaron en el centro con sus respectivos bancos de madera y por delante una maceta rellena de tierra, lista para ser usada. Las cuatro paredes y el techo eran de madera que estaba entrelazada con raíces y plantas de varios colores que crecían allí.

-Bienvenidos a su primera clase de Ambiente & Alimentación. Es un gran honor para mí formar parte de tan prestigiosa secundaria. Mi nombre para los que aún no lo saben es Helen Aguirre, soy profesional en el área de la hortícola, con una especialidad en Botánica –Sobaba sus manos- Debo confesar jóvenes que estoy entusiasmada por poder transmitir mi gran amor por las plantas hacia todo aquel que tenga el mismo interés de aprender sobre este tan increíble y mágico mundo.

La profesora Helen se veía motivada a impartir su clase, su apariencia era de señora mayor, un poco subida de peso, con un cabello corto y rizado que no ayudaba a disimular sus grandes cachetes que se sonrojaban con cada palabra que pronunciaba. Demostraba tener mucho cariño y respeto a las plantas. Su atuendo era el de una jardinera lista para plantar toda una selva, con un mono deportivo de tela marrón brillante, un delantal de algún material que daba la impresión de ser resistente y unas botas de seguridad llenas de lo que podría reconocerse como barro o lodo.

-Debo aclarar algunos puntos jóvenes antes de empezar la clase –Indicó- La manera de evaluación será algo diferente... En vez de exámenes escritos, la evaluación será continua y pragmática

Los 11 miembros de la clase sonrieron al escuchar que no habría evaluación en una hoja de examen, los alentó más de alguna forma.

-Ahora, –Continuó- todos los viernes ustedes serán evaluados ¿Qué quiere decir esto? Que en función de los resultados que se observen en las plantas que ustedes van a sembrar en este espacio, serán calificados –Enfatizó- Si aparecen con una planta que ha sido regada, cuidada y se ha llenado de amor, se reflejará en su tallo y en todas sus extremidades, lo cual resultará en un 20 –Sonriendo.

-Pero –Su expresión se tornó más seria- si traen una planta que solo ha recibido descuido, abandono y malos tratos, su nota será un 00 rotundo, ¿Nos estamos entendiendo?

Algunos asintieron y otros expresaron su conformidad con la metodología de evaluación, en lo personal me parecía bastante idóneo en relación a la materia que inscribimos.

-Muy bien jóvenes pónganse su respectiva vestimenta, saquen su cuaderno y pónganse en parejas –Pausó- decidan bien quien será su pareja ya que esa persona los acompañara en tan increíble viaje durante todo el año escolar, será esa persona quien los apoye con el cuidado de lo que yo considero "sus hijos" –El salón se extrañó un poco por el término, pero igual sonrieron.

Ser la hija de la directora del colegio trae ciertas cosas positivas, pero definitivamente más cosas para lamentarse, como el quedar siempre sola al momento de hacer parejas.

-Está bien querida, no te preocupes, aún falta un estudiante por llegar, debe estar perdido porque es nuevo y esta área del colegio no es muy fácil de encontrar, yo me perdí varias veces antes de llegar –En medio de risas.

Me inquieté un poco al principio, pero luego pensé con más calma, que en realidad era imposible que...

-Buenos días profesora, disculpe la interrupción –Era su voz penetrando mis huesos- me perdí y apenas es que voy encontrando el salón ¿Podría pasar?

Una Luna, Dos Caras 3:1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora