Álex...No puede ser

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-¡Abuela!-La abracé fuertemente.-Te he echado de menos.

-Yo...Yo también-Logró decir.-¡Lucas! Ven aquí-Dijo mientras lo abrazaba. Necesitaba estar a solas con ella para hablar.

Después de abrazar a todos y hablar, Clara, mi abuela, inventó una excusa para quedarnos a solas.

-Clara...Tengo que contarte cosas.-Comencé a hablar.-Ursula...Urusla está extraña últimamente, quiere decirme cosas pero no la entiendo.

-Re...Reflexiona- Tartamudeo.-Ayudale.

-¿Cómo? No se como hacerlo, tengo miedo...No se que está pasando-Mis lágrimas comenzaron a salir y las sentía por mis mejillas, una detrás de otra.

-Lucía ya te traí tu sándwich...-Dijo mi madre, me seque rápidamente las lágrimas y lo tomé.-¿Estás bien cariño?

-Sí...Estoy bien.

Al cabo de unas horas, mi madre y yo fuimos al hospital a ver a Álex. Mi padrastro y mi hermano se dirigieron a comparar.

Me senté a su lado y le tomé la mano, estaba fría y como odiaba que no me la tomase y me la apretase con fuerza. Su rostro estaba completamente pálido y se escuchaban los pitidos de la máquina.

-Álex...Te echo de menos, vuelve, por favor-Dije en un hilo de voz y derramando lágrimas.

-Cariño, pronto volverá, ya lo verás-Me consoló mi madre mientras me abrazaba.

-¿Por qué todo me pasa a mi? ¿Qué echo de malo?

-La vida es muy injusta Lucía, hay que saber afrontarla, es cuestión de fuerza nunca cuentes con la suerte.

*****

Me tumbé rápidamente en mi cama boca-arriba y recordé las palabras de mi abuela...
reflexiona...Ayudale.

¿Cómo? No entiendo nada...Sé que todo esto tiene que ver con una bañera, y una cama, debajo de la cama. Si miro a Ursula, veo apuñaladas en su estómago. Siempre me hace ver la bañera llena de sangre, con Ursula dentro. ¿Se ahogó? Pero...¿Por qué está llena de sangre? Tal vez se suicidó, pero se me hace raro pensar que alguien se suicida apuñalandose sabiendo que hay maneras más faciles y menos dolorosas de hacerlo.

El sonido de un jarrón me sacó de mis pensamientos. Me levanté y lo coloqué, por suerte no se rompió. Este jarrón me sonaba, me parecía haberlo visto antes...Sino recuerdo mal, ese jarrón apareció en aquella visión. Esta claro que algo pasó en esta casa. Al girarme, estaba Ursula. Ella me ofreció las manos y se las di. Cerré levemente los ojos y sentí un fuerte dolor en mi cabeza. Estaba volviendo a tener una visión. Estaba en casa, todo estaba oscuro. Escuchaba ruidos, gritos. Entre al baño y...Estaba Álex. Álex de rodillas con las manos en la bañera. No me dejaba tocarlo, sólo observar. Parecía ahogar a alguien. ¿Ursula? ¡Ursula estaba dentro de la bañera! Estaba siendo ahogada por Álex...De repente, alguien apareció por la puerta, era alto, grande...Me resultaba familiar. No le lograba verle el rostro. Ese señor tenía un revólver en la mano y le dijo a Álex:

-Bien echo muchacho.

Entonces, todo se volvió negro y noté un fuerte golpe en mi espalda.

Abrí lentamente los ojos, desesperada, me dirigí al cuarto de baño, pero todo estaba en perfecto estado. ¿Quién era ese señor? ¿Era cómplice de Álex? No creo que Álex sea un asesino, él es...Distinto.

Ursula, la niña extrañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora