Ursula, la niña extraña

Él me obligó

Me desperté por unas voces que provenían del salón.

Me levanté sigilosamente y me asomé con cuidado. Estaban Álex y mi padrastro.

-Necesito ver a su hija.-Dijo Álex.-Es urgente.

-He dicho que no te quiero ver por aquí o pagarás como Usrula.-En ese momento me quedé paralizada, él sabía lo de Ursula...

-Es sobre eso de lo que quería hablar.

-De eso ya hace mucho tiempo, ¿Quieres meterte en más líos?-Le amenazó peligrosamente con un cuchillo.

-¡Ella se va a vengar!-Alzó la voz.

-¡Calla y deja de decir tonterías! ¡Lárgate!-Álex se fue enfadado y pegó un portazo.

Bajé lentamente y trate de parecer que no sabía nada de lo ocurrido.

Abrí la nevera y no le saludé, ya que él no lo hizo. Tomé mi desayuno y lo tomé con un poco de prisa. Mi padrastro estaba leyendo el periódico y me extrañe un poco ya que él no lo suele hacer. El timbre sonó y me levanté a abrir la puerta, era Mash.

-Hola.-Saludé forzando una sonrisa.

-¡Hola!-Exclamó contenta.-¿Te apetece pasar una tarde terrorífica conmigo?-Dijo enseñando un videojuego de miedo.

-Claro...Pero hoy no puedo.-Hice una mueca.-Tengo algunos asuntos pendientes por resolver.-Dije mirado a mi padrastro con odio.

-¿Puedo ayudarte en algo?

-No, tranquila-Le dediqué una sonrisa.-¿Quedamos mejor otro día?

-¡Claro!

-Lo siento, de verdad...

-No pasa nada hombre-Dijo riendo.-Te dejo resolver tus asuntos pendientes -Rió.-Señorita del FBI.-Reímos las dos.-Adiós.

-Adiós-Le sonreí y cerré la puerta. Tenía que quedar con Álex, no sabía que quería así que me vestí y salí disparada de casa. Al llegar a casa de Álex llamé a la puerta. No obtuve respuesta de nuevo y me asusté mucho, pero al cabo de unos segundos me abrió la puerta.

-¡Lucía!-Exclamó abrazandome.-Tengo que hablar contigo.

-Y yo...

Me dejó pasar a su casa y tomé asiento.

-Álex...¿Qué hablabas hoy con mi padrastro?-Pregunté sería y directa.

-Verás...Quería hablar contigo pero él no me dejaba y...

-Él sabe lo de Ursula-Le interrumpí.-¿Hay algo que no me hayas contado?

-Bueno...La verdad es que sí...-Tomó aire.-Él me obligó a matar a Ursula.