Maratón 3/3

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Después de un buen rato hablando de lo que pasó( no dije nada de Ursula ni nada, sólo dije que me quedé encerrada) Cenamos.

Me dirigí a mi habitación aún en shock y me senté en el borde de mi cama pensando hasta que entró mi hermano.

-Lucía...-Dijo cabizbajo.-¿Puedo hablar?-Asentí sin dejar de ver el suelo.

-Se lo que te pasa.-Me dijo sentandose a mi lado.-Yo también ví algo que me dejo en shock.

-¿Tu?-Pregunté confusa.

-Me pareció ver a una chica de tono pálido, pelo negro y ya no me fijé más... Me asusté y me arme con un cuchillo, resulta que solo ví un reflejo, de un poster que tenía de anime, pero era de noche y fue un giro rápido que me pareció ver algo, cosa que fue falsa alarma-Dijo mi hermano riendo un poco.-Pero creo que lo tuyo no es una imaginación.-Dijo serio.

Lo miré y hice una mueca.

Mi hermano se fue y yo me quedé en mi cama, cuando sonó mi móvil, no leí el nombre de quien me llamaba y lo cojí.

llamada telefónica:

Yo:...

Desconocido: Hola.-Dijo una voz triste y desanimada.

Yo: ¿Quien es?

Desconocido: Vaya, ni me conoces.

Yo: No caigo ahora, ¿quien eres?

Desconocido: Soy...Cristina.-Colgué.

Fin de la llamada.

No queria saber nada de ella, a buenas horas me pide perdón, y ahora no tenía ganas de hablar, me encontraba mal y mi cabeza me daba mil vueltas...

Escuché unos gritos que provenían del comedor, eran mi padrastro(Si, ahora lo llamo así, nunca mas lo llamaré papa al ver como me trata) y mi madre discutiendo. Bajé silenciosamente sin que se enterasen y me escondí a escuchar.

-¿Has visto?-Dijo mi padrastro muy enfadado.-¡¡Esta loca!!

-¡No le digas eso a mi hija! - Me defendió mi madre.

-¡Antes de entrar al baño escuchaba como hablaba con alguien!-Dijo mi padrastro tirando la manzana que estaba sujetando.-¡Vamos a internarla!

-¿Que? ¡No!-Dijo mi madre recojiendo la manzana que tiró él.-¡Como no es tu hija no te duele!

-Dios mio...Raquel, ¿No ves que esta mal?

-Lo se pero...-Al oír eso de mi madre me fui a mi habitación con un lágrima recoriendo mi mejilla. MI MADRE DÁNDOLE LA RAZÓN DE QUE ESTOY LOCA. Era el colmo, ya no lo aguantaba más, tenía ganas de morirme.

Ursula, la niña extrañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora