No puede estar pasando

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Ví a Ursula ahogando a Álex en una bañera.

-¡Ursula!-Gritaba pero no me escuchaba.-¡No!

Me desperté asustada, lo veía todo blanco y borroso.

-¡Álex!-Grité, pero no podía moverme, estaba atada en una camilla.

-¡Tranquila!-Gritó un señor agarrándome.-Relájate.

-¡¿Dónde está Álex?!-Grité escandalosamente.

-Calmese...-El hombre me tapó la boca con un tipo de mascarilla y caí en un profundo sueño...

***

-Lucía...-Susurraba mi madre.

Abrí los ojos y seguía en el mismo lugar de antes.

-¿Dónde está Álex?

-Calmate, está en el hospital.-Me acarició la mejilla.

-¿Por qué estoy atada?-Dije apenada.-¿Por qué no me sueltan?

-Ahora te soltaran.

Vino otro señor, me desató y me inyectó algo en el brazo.

-¡Ah!-Grité.

-Ya está...Es por tu bien.-El hombre se fue y me quedé con mi madre.

-¿Qué ha pasado?

-Mi amor...-Suspiró.-Me dirigí a casa de Álex y tú estabas...Apuñalándole.

-¿Qué?-Me quedé sin palabras. ¿Cómo iba a hacer yo eso?

-No eras tú...Parecias poseída.-La cara de mi madre se volvió completamente pálida.

-¡Yo jamás haría eso!

-Lo sé...También Me agrediste a mi.-Una lágrima me recorrió mi mejilla.

-Yo...Yo no me acuerdo de nada.-Dije intentando recordar.-Todo fué muy extraño...

-Lucía...Debes de quedarte aquí por un tiempo.

-¿Qué?-Abrí los ojos como platos.-¿Es una broma verdad?

-Te pusiste muy agresiva y

necesitas atención psiquiátrica.

-Pero...Esto no puede estar pasando...

Ursula, la niña extrañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora