1.- Jade

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Hace diez años

Las ideas de Gael nunca eran las mejores, aún así me deje convencer por ese idiota y terminamos teniendo sexo con desconocidas, borrachos e inconscientes en la fraternidad de su primo.

Desperté por la alarma del celular me quedé dormido en el sillón, eran las siete no llegaría a mi primera clase, Gael no estaba a la vista le llamaría más tarde, nuestra vida se dividía entre fiestas desenfrenadas y la universidad.

Después de pasar a la residencia para darme un baño y quitarme el olor sexo - alcohol, me vestí rápidamente, tomé mi mochila para irme a la universidad, ya había perdido la primera clase, pase a la cafetería y pedí un café cargado, para la resaca.

Entregaron mí pedido con el número de la chica anotado en el vaso, me guiñó coqueta el ojo y negué divertido, camine hasta el salón de la siguiente clase, cursaba el segundo año de comercio internacional.

A unos pasos de entrar al edificio, una distraída pelirroja chocó conmigo derramando el café sobre su playera blanca y carpeta, maldije entre dientes.

- ¡Genial!, Tendré olor a café todo el día, además de pasar en limpio mis notas - murmuró, inútilmente intentaba deshacerse de los restos de café.

¡Lo que me faltaba!, una chica torpe y molesta, este día no paraba de mejorar, nótese el sarcásmo.

- Si pusieras atención... Esto no estaría pasando - comenté molesto.

La esquive y deposite el vaso en la basura.

- ¿Disculpa?, ¿Tampoco ibas muy atento o si? - dijo a mis espaldas.

Vaya que tenía carácter, la observé sobre mi hombro izquierdo antes de contestar.

- Me debes un café niña.

Seguí caminando sin esperar respuesta, en el salón me acomode hasta el fondo, mi lugar de siempre, cansado deje caer la mochila y cerré los ojos sobandome la sien, el dolor de cabeza iba en aumento.

Escuché la silla de mi izquierda moverse y el olor a perfume de mujer inhundo mis fosas nasales, lo reconocí al instante, pertenecía a la persona que menos quería ver, me mantuve con los ojos cerrados, la irritante voz de Regina me taladro los oídos.

- Amorcito, anoche fuí a buscarte... ¿dónde estabas?.

Me tense y apreté la mandíbula odiaba que me cuestionara, no estabamos en una relación para pedir explicaciones.

- No me llames así y no tengo por qué decirte lo que hago o dejo de hacer - dije entre dientes

- ¿Por qué te molesta?, ¡estamos saliendo, me preocupo por ti! - respondió con voz chillona.

Maldita la hora en que acepte esa cita, todo se lo debía a mamá que insistió para que le diera una oportunidad, nos conocemos desde niños y decidí complacerla, sin imaginarme el dolor de culo que es.

No me interesa tener una relación, sólo busco sexo sin compromiso, pero Regina comenzó hacerse ideas sobre un "nosotros", le aclare que no me interesaba como pareja y parece que no entendió, ya que mamá la apoya.

Abrí los ojos e iba a responderle, pero entró el profesor e inicio la clase.

Al finalizar las clases guarde apresurando mis cosas y al salir del salón, sentí vibrar el celular en el bolsillo trasero de los jeans, mensaje de Gael.

✉️ ¿Que tal la cruda, idiota? 🥴.

Sólo él era capaz de hacer preguntas estúpidas, aún así lo consideraba mi mejor amigo, nos conocimos a los diez años y después de un par de peleas infantiles nos volvimos inseparables, es el hermano que no tuve, actualmente compartíamos dormitorio.

Teclee una respuesta rápida, mientras por segunda vez en el día iba a la cafetería.

✉️ ¿Tú qué crees imbécil?, Todo el día he tenido un puto dolor de cabeza 😠 .

Estaba tan concentrado en el celular, que para mí mala suerte volví a chocar, alce el rostro para reclamar y bufé al reconocer a la pelirroja de la mañana, ¡maldita suerte!.

- Lo siento yo... - intento disculparse - ¡¿De nuevo tú?! - reclamó al verme.

Su voz se elevó varios tonos y las mejillas se le sonrojaron, la escaneé rápidamente era delgada con pocas curvas, con el rostro salpicado de pecas y unos bonitos ojos verdes, era atractiva pero no mi tipo.

- ¿Me estás siguiendo? - pregunté divertido.

Tensó la mandíbula y apreté los labios ocultando una sonrisa, era tan pequeña que apenas sí me llegaba al hombro, con ese cabello y actitud parecía una flamita.

- ¿Bonita, está todo bien? - le pregunto un castaño.

Que rápidamente se acercó a ella y le rodeo los hombros, fijé mi vista en la acción mientras arqueaba una ceja.

- Nada importante, mejor nos vamos - respondió la flamita.

Me observó por última vez antes de dar media vuelta y perderse en el pasillo, no entendía por qué verla con él me molestó, decidí irme a la residencia tenía una horrible jaqueca y quería dormir.

Al llegar, al dormitorio sin cuidado abrí la puerta y volví a cerrarla rápidamente, Gael se encontraba teniendo sexo con una voluptuosa castaña, en otro momento les daría privacidad, hoy no estaba de humor, decidido entre.

- ¡Largo! - grite molesto.

La chica me observo coqueta y Gael me dedicó una mirada furiosa, que ignore.

- ¿Porqué no te nos unes y cumplimos mí fantasía? - ronroneo la chica desnuda.

- ¡¡Tienen cinco minutos para irse y ya van dos!! - dije molesto entre dientes.

Gael le ordenó que se vistiera y se fuera, prometiéndole verse más tarde.

La puerta se cerró y me deje caer boca arriba en mi cama, cerré los ojos, me tapé el rostro con el brazo izquierdo en espera de quedarme dormido, antes de que el sueño me venciera mí mente fue invadida por unos ojos verdes.

No sé cuánto tiempo me dormí, Gael me despertó para cenar, había traído comida china, me tendió un par de contenedores y me incorporé en la cama, para poder comer.

- ¿Me contarás qué te ocurría en la tarde? - preguntó mientras comía arroz frito.

Mordí una costilla agridulce, evitando la pregunta, pero centro su atención en mí, a la espera de la respuesta.

- Una maldita jaqueca, gracias a la borrachera de anoche - finalmente respondí.

Una verdad a medias, lo cierto era que me intrigaba una ojiverde, que sólo había visto en dos ocasiones y sin conocerla me había alterado, Gael entendió que no diría nada más, seguimos cenando en silencio.

Al terminar, burlón comento que no lo esperara despierto y se fue, me concentré en hacer tareas.

Yuritzin PM

Nos Pertenecemos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora