21.- Planes

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NARRADOR

Después de que Édgar los corriera, regresaron a la mansión Zarcos, Eduardo estaba dolido y molesto, la actitud de su esposa empeoraba día con día, odiaba que Regina prácticamente viviera en su casa.

Romina lo alcanzó en las escaleras, para seguir con los reclamos de siempre.

- ¡¿Que más quieres de mí mujer?!, te he dado todo cuánto me has pedido desde que nos casamos... Pero no dejaré que dañes a nuestra nieta - dijo cansado.

- Quiero lo mejor para mi hijo y esa niña sólo estorba... Ya lo dejé divertirse jugando la familia feliz y la casita - respondió Romina molesta.

- Te estás equivocando... Si la dañas, él nunca te perdonará - le aseguro.

Terminó de subir las escaleras y entró a su habitación, cerró la puerta con seguro para marcar a su abogado, cambiaría el testamento.

En la sala una furiosa Romina arrojaba al piso todo lo que encontraba, Regina la observaba desde el sillón, no era momento para perder la cabeza.

- Pasaremos al plan B... eliminar a la mocosa - sentenció Romina.

- Después de lo que pasó, dudo que podamos acercarnos, de seguro incrementará la seguridad y en ningún momento la dejará sola - comentó Regina.

- Aprovecharemos que va al kínder y nos desharemos de Eduardo... Se está convirtiendo en un estorbo - sentenció.

- Es arriesgado pero puede funcionar, mayores son las posibilidades de que te descubran, sí aumentas la cantidad de veneno - explicó Regina pensativa.

Ir a la cárcel no estaba en los planes.

- Correré el riesgo, si con ello logro todos mis objetivos... ¿Por cierto tú padre te dio acceso al testamento? - pregunto Romina.

- Aún no pero sigo trabajando en ello, maldita la hora en que decidió tener "ética profesional" - respondió Regina frustrada.

Permanecieron en silencio, sumergidas en sus pensamientos, sin notar que Eduardo se escapaba para ir con su abogado.

El abogado Lugo además de ser el padre de Regina, ha llevado los asuntos de los Zarcos desde hace años, él y Eduardo se conocieron en la universidad, hace tiempo que su firma resguarda el testamento de su amigo.

El abogado sabe que corre peligro, es consiente que su hija se ha vuelto una mala persona, por eso decidió tenerla cerca para vigilarla, le dió trabajo y le ha hecho creer que es ella quién lo controla.

Eduardo llegó a la cafetería dónde quedaron de encontrarse, su amigo lo esperaba en la mesa más alejada del local y bebía tranquilamente café, mientras escribía algunos correos con indicaciones para su hijo.

- ¿Eduardo te encuentras bien, luces muy pálido? - preguntó al verlo.

Se estrecharon las manos como saludo.

- Se agota el tiempo - respondió Eduardo - Necesito que todos mis bienes pasen a nombre de mi nieta, Taiyari Zarcos Martin y si algo le llegará a pasar, todo quedaría en manos de la beneficencia.

- ¿Que pasará con tú esposa e hijo? - pregunto mientras hacia anotaciones en la tablet.

- Édgar ha formado su patrimonio y Romina no merece un centavo, cree que no he notado que me ha estado envenenando - comentó Eduardo.

- ¿Que tanta participación tiene mi hija en todo esto? - quiso saber el abogado.

-Están planeando deshacerse de nieta y obligar a Édgar a casarse con ella, por eso he decidido hacer éstos cambios - explicó Eduardo.

El abogado se dedicó a terminar los arreglos del testamento en silencio, al finalizar le pasó la tablet para firmarlos.

- Hoy mismo lo enviaré al notario - dijo el abogado.

- Te lo agradezco, también quisiera que le entregarás está carta a mi hijo - pidió Eduardo.

- Ten por seguro que llegará a sus manos amigo - confirmó el abogado.

- Debo volver antes de que noten mi ausencia, por cierto Lugo no olvides cubrir tu espalda, Regina ya no es la dulce niñita que criaste - finalizó Eduardo.

- Mi hijo Iván, está al tanto de la situación y es mí respaldo en caso de que algo me pase - confirmó el abogado con pesar.

Se despidieron sin saber que sería la última vez que se verían, Regina tenía a un hombre siguiendo los pasos de su padre, que le informó de su última reunión, sin tentarse el corazón le pidió se deshiciera de él.

El abogado tardó unos minutos más en abandonar la cafetería, había mandado el documento corregido al notario y agregó una nota en el sobre que le dió su amigo, pensativo se encaminó a su auto, estaba por abrirlo cuando sintió una pistola presionar su nuca.

- Tú hija te manda saludos y espera se reencuentren en el infierno.

Dijo una voz a sus espaldas y tiro del gatillo, el abogado falleció instantáneamente, el desconocido tomó la tablet y rápidamente huyó e informó que el trabajo estaba hecho, se encontrarían más tarde.

Eduardo regresaba a la mansión y entraba por el jardín para no ser descubierto, sin saber que su esposa ya estaba informada de su repentina salida, pero decidió no enfrentarlo, muy pronto ya no sería un estorbo.

Una llamada interrumpió la reunión del abogado Iván Lugo e informaron, que habían encontrado muerto a su padre, se traslado al lugar de los hechos y solicitó un informe a la policía, que aún no encontraban el motivo de la muerte.

Las pertenencias de su padre parecían estar completas, hasta que notó que faltaba la tablet, confirmó sus sospechas sobre el asesino y se reservó sus comentarios.

Observo un sobre blanco, era una carta con nota, lo tomó con cuidado y la guardo en él bolsillo interior de su saco. Abandonó el lugar, jurando hacer justicia por su padre, sin importar que compartieran sangre.

Romina y Regina iban de camino a la bodega abandonada, ahí se encontrarían al asesino, las mujeres se bajaron del auto con total seguridad y entraron a la desgastada construcción, intercambiaron el dispositivo por dinero y sonrieron satisfechas por el trabajó.

- Te tenemos un nuevo trabajo - comentó Regina.

- Tú pago será triplicado, sí logras quitarnos de encima a este estorbo - agregó Romina y le entregó una foto de la pequeña pelirroja.

- Tengo códigos y jamás dañaría a niños - aseguro el delícuente.

Dió media vuelta y abandonó apresurado el lugar.

- Perfecto, nosotras tendremos que hacer el trabajo sucio - aseguro Regina.

- Tenemos un mes, para idear el plan perfecto - agregó Romina - Por lo pronto hay que alterar el testamento a nuestro favor, merezco esa fortuna.

Ambas mujeres regresaron al auto y manejaron hasta la mansión, tenían trabajo por hacer.

Yuritzin PM

Nos Pertenecemos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora