19.- Confundida

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Canción: Someone To You - Banners

JAZMÍN

Seguí a Édgar y lo encontré sentado en el suelo, me impacto verlo llorar destrozado, me acerque abrazarlo y al instante siguiente, se separó abruptamente tomándome por sorpresa.

Me ayudó a levantarme y nos reunimos con en resto en la sala, el ambiente era tenso todos querían preguntar, Édgar le pidió a Tai subir a jugar con sus primos, pero se negó, me acerque y la convencí.

El cuarto de Tai estaba decorado con figuras de unicornios, tenía las paredes pintadas de morado y en la esquina del lado izquierdo, una pequeña sala infantil en color fucsia, su cama tenía un edredón de panditas y algunos peluches de adorno, del lado derecho había un balcón.

Decidieron ver una película e hice a un lado los peluches, para que los niños se acomodaran en la cama, abrí la aplicación de Disney, eligieron Valiente, las niñas pronto se quedaron profundamente dormidas, Gabriel se bajo con cuidado y salimos al balcón.

- Tía Jaz, ¿Por qué esa mujer quería hacerle daño? - pregunto.

- No lo sé Gabriel - contesté sincera.

- Tía, quiero mucho a Tai y no me gusta verla llorar - comentó serio.

- Lo he notado pequeño, se han vuelto muy unidos - asintió - Se ve que ella también te quiere.

Gabriel me sonrió, luego regreso y se acomodó con cuidado en la cama, al poco tiempo también se durmió, mi mente no dejaba de pensar en la desagradable rubia y esa mala vibra que desprendía.

Me senté en el suelo al pie de la cama, recargue mi cabeza en el borde y me dormí, no se cuánto tiempo había pasado, pero alguien movía mi hombro con insistencia para que despertara.

- ¡Jazmín, Jazmín!.

Abrí los ojos lentamente, los sentía pesados, note que era Édgar y estaba muy cerca de mi rostro, sentía el roce de su cálido aliento, haciendo latir frenético mi corazón, me quite las gafas y talle los ojos buscando una distracción.

Bajamos y caminamos hasta el comedor, me acomode en la silla vacía, nos sirvieron la comida en silencio, todos parecían perdidos en sus pensamientos y no entendía lo que estaba pasando.

Erick y su familia fueron los primeros en despedirse, nosotros hicimos lo mismo, Édgar y Tai nos acompañaron hasta la entrada, cada familia subió a su auto y pronto arrancamos.

Al llegar fuí la primera en bajar, estaba por entrar al elevador, cuándo Clarissa me comentó que irían con Gael a dar una vuelta y no sabían a qué hora regresarían, los despedí y subí al departamento.

Tomé un relajante baño y me vestí con mi pijama, había decidido tener una tarde de películas, fuí a la cocina, prepare un tazón de palomitas y tome helado del congelador, con todo listo regresé a la habitación.

Revise en Netflix mis películas favoritas y me decidí por Cartas a Julieta, si se que es una película romántica y cursi pero me encanta, le di play, lista para verla, estaba a la mitad de la película y escuché mi celular, era un mensaje de Édgar, con dedos temblorosos lo abrí.

✉️ Tai me contó que la defendiste, gracias, pasaremos por ti mañana e iremos a comer.

Sonreí a la pantalla, un solo mensaje y estaba en este ridículo estado, ni de adolescente me comporte de está manera, en mi defensa nadie se interesaba en esa etapa por mí, usar aparatos dentales y gafas no me hacían la persona más atractiva.

✉️ Nada que agradecer, tú hija es un encanto. Nos vemos mañana, descansen 🥱.

A los pocos segundos mi celular volvió a sonar.

✉️ También descansa, hasta mañana 😉.

Definitivamente me estaba enamorado de este hombre, pero no quería crearme falsas ilusiones, según me contaron Gael y Clarissa, él no había salido ni tenido otra relación después de la muerte de su esposa.

Tal vez lo que buscaba era una amiga y no una relación, continúe viendo la película, al finalizar puse Diario de una Pasión y me quedé profundamente dormida, unos ruidos me despertaron asustada me levanté de golpe.

Todo estaba oscuro, camine lo más silenciosa que pude a la sala, vaya sorpresa me lleve, Clarissa desnuda cabalgando a Gael parecían estar deseosos y necesitados. Me aclare sonoramente la garganta y se quedaron inmóviles, lentamente se giraron en mi dirección.

- ¿Y si es Gabriel quien los encuentra?, ¿Tan calientes están, que no llegaban a la habitación?, ¡por favor no le causen traumas a su hijo!.

Quise reír al ver sus caras de preocupación, dí media vuelta.

- ¡Por cierto, no griten fuerte! - dije dandoles la espaldas.

Escuché sus risas y me encerré en mi cuarto, me acomode para seguir durmiendo.

Los rayos de sol se colaban por la ventana y me daban justo en el rostro, bonita manera de despertar, me estire debajo de las cobijas, camine hasta el baño para lavarme la cara y los dientes.

En la sala se escuchaban voces y los recuerdos de la madrugada me hicieron sonreí, esperaba que al menos está vez estuvieran vestidos.

- ¡Buenos días! - saludé al verlos.

Padre e hijo veían entretenidos y abrazados la televisión, Clarissa estaba en la cocina preparando el desayuno.

- Al parecer a alguien se le pegaron las sábanas - comento casual.

- Anoche, un par de ruidosos mosquitos interrumpieron mi sueño - respondí bromista.

Su rostro se puso rojo de vergüenza y evadió mi mirada, me acerque para hablarle al oído.

- Esa sonrisa, es de satisfacción pura.

No pude aguantarme más y estalle en risas, Clarissa me fulminó con la mirada pero terminó riendo.

- Espero usarán condón, si no pronto Gabriel dejara de ser hijo único - agregué.

Me observó preocupada y solo negué, ya les había pasado una vez y no aprendieron, tal vez volvería a ser tía, terminando el desayuno se fueron a pasar el día con los padres de Gael, decí adelantar trabajo, tenía tiempo suficiente antes de que llegaran por mí.

Estaba terminando de amarrarme mis vans negros, escuché el timbre, corrí abrir la puerta y me encontré con unos cautivadores ojos cafés, que me recorrieron sin disimulo, sonreí nerviosa.

Decidí usar un vestido suelto color tinto, que quedaba con tenis, me había recogido el cabello en una coleta alta y puse un poco de bálsamo labial, me veía bien pues no me quitaba los ojos de encima.

- ¿Nos vamos? - pregunté.

Sonrojado asintió, tomé mi pequeño bolso y cerré.

Yuritzin PM

Nos Pertenecemos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora