14.- Mudanza

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JAZMÍN

Luego de la plática y la inesperada huida de Gabriel, las cosas por fin parecieron aclararse, tanto que se los llevó a su departamento y aunque mi amiga tratara de disimular, estaba feliz.

Con las emociones al límite, la nueva familia se olvidó de mi, resignada saqué el celular para pedir un Uber y volver al hotel, me sentía agotada.

- ¿Te acerco algún punto? - me preguntó Édgar.

Di un respingo al escucharlo, lo había olvidado.

- No quiero incomodar - respondí tímida.

La pequeña pelirroja que era todo un encanto, se estaba quedando dormida en sus brazos, recordé la manera en como trato a Gabriel, sin duda sus padres hacían un excelente trabajo al educarla.

- Vamos te llevamos a tú hotel - comentó y empezó a caminar sin esperar respuesta.

Camine detrás de ellos, él hablaba por teléfono al parecer con Gael, abrió la puerta del copiloto e indicó que subiera, acomodo a la niña completamente dormida en su asiento especial y después de acomodarnos arrancó.

- ¿Nombre del hotel? - preguntó al salir del estacionamiento.

Respondí de inmediato, debía admitir que su actitud me intimidaba un poco, el camino fue silencioso pero no incómodo me agradaba su presencia, minutos más tarde se estacionaba frente al hotel.

- Gracias - dije desabrochando el cinturón.

- No fue nada... Espero volvamos a vernos - comentó titubeante cuando cerré la puerta.

Su palabras me tomaron por sorpresa, también quería volver a verlo, observé el auto alejarse y decidí entrar, al llegar a la habitación tomé un baño, luego me quede profundamente dormida.

Al día siguiente ya estaban de vuelta, Clarissa me contaba que le había pedido mudarse a un departamento en su mismo edificio, quería convivir y conocer más a Gabriel, me alegre por ellos.

Pero no podía evitar preocuparme por lo que pasaría con nuestro hogar y negocio, hace dos días habíamos aceptado y firmado con Sabat Fashions, lo que se traducía en un incremento de trabajo, que sóla no podría cubrir.

Después de dos semanas de estar de viaje, regresámos a casa, al pisar el aeropuerto Clarissa se despidió quería empezar a empacar, confundida tomé un taxi para ir a mi departamento, sin Diego y ellos me quedaría sola.

Años atrás, perdí a mis padres en un accidente automovilístico y era hija única. Los siguientes días me ocupe en el trabajo diseñando la nueva colección que mostrariamos a Sabat Fashions, Clarissa me marco un par de veces, se mudaban a fin de mes.

Varias ocasiones insistió en vernos, pero no estaba lista para despedirme y mucho menos encontrar la casa de Diego vacía, el viernes tres días antes de irse me invitó a tomar un café acepte no me podía seguir ocultando y menos evitarla.

Tomé un baño rápido, del clóset descolgue un pantalón de mezclilla con las rodillas rasgadas, una playera básica blanca y una sudadera tinto, me calce mis vans clásicos de cuadros negros con blanco, me observé en el espejo del baño tan práctica y cómoda como siempre.

Nunca me maquillaba, antes de salir me coloqué mis gafas cuadradas de pasta negra, tomé mi pequeño bolso donde guarde las llaves, la cartera y el celular, nuestra cafetería favorita estaba a un par de cuadras de donde vivía y fuí caminando.

Al entrar los busque inmediatamente, estaban sentados en una mesa cercana a la ventana, camine hasta ellos hablaban muy entretenidos y no me notaron, en silencio me senté enfrente.

- Mami quiero volver, papá prometió llevarme a conocer a los abuelos - comentó Gabriel.

Disfrutaba ver a mi sobrino emocionado y formar una relación con su padre, lo que Diego quería.

- Pronto estaremos de vuelta y está vez para quedarnos - Clarissa le aseguro y besó con ternura la frente.

Me aclare la garganta para llamar su atención.

- ¡Aparecida!, ¿Dónde te habías metido mujer? - pregunto Clarissa molesta.

- Diseñando, no quería incomodarlos y decidí darles espacio - alce los hombros para restarle importancia.

- Espero que ya hayas terminado de empacar, Gael me comentó que pasado mañana llega el camión de mudanza - explicó.

Fruncí el ceño y la observé extrañada.

- ¡Jazmín, más te vale que tengas todo listo!, ¡Tú sobrino no quiere estar lejos de su papá! - me reprendió - Y yo tampoco - agregó en voz baja.

- ¿Me estás pidiendo que me mudé con ustedes? - pregunté incrédula.

Clarissa me observo molesta y puso lo ojos en blanco antes de hablar.

- ¿Pensante que nos iríamos sin ti?, ¡No lo puedo creer!, sabes que te considero mi hermana y te quiero, al igual que a mi querido Diego que siempre vivirá aquí.

Se señaló el pecho del lado del corazón y un par de lágrimas se le escaparon, al igual que a mí, estábamos aprendiendo a vivir con su ausencia.

- Sin ustedes el no estaría aquí - señaló a Gabriel - Nos es momento para sentimentalismo - se secó rápidamente las lágrimas - Tienes un día y horas para empacar - revisó su reloj - Te necesitamos, trabajaremos con la familia de Gael, es la oportunidad que estábamos esperando... ¡Mujer, es tiempo de iniciar la ventura!.

Extendió su mano por encima de la mesa y sin dudar la tomé con los sentimientos a flor de piel, pensaba que me quedaría sóla ahora tenía una nueva familia.

Al salir fuimos directo a empacar, con su ayuda adelante varias cajas, acordamos que los departamentos se pondrían en venta, Diego les había heredado el suyo y por mucho que Gael se ofreciera a pagar el nuevo, lo correcto era tener nuestro propio espacio.

Además no podía vivir todo el tiempo de arrimada, primera tarea en la lista de pendientes buscar un lugar para vivir, anotado.

En la fecha pactada llegó el camión, recogiendo primero las pertenencias de Clarissa que eran bastantes y varias horas después terminábamos de acomodar mis cajas, al irse nosotros tomamos un taxi al aeropuerto, en una hora salía nuestro vuelo.

Varias horas después, podíamos ver el atardecer a lo lejos mientras aterrizabamos, al bajar fuimos directo a la banda de equipaje, el celular de Clarissa sonó y se alejo para responder.

Con ayuda del niño, tomamos las pequeñas maletas y caminamos en dirección a su madre quién se encontraba con dos hombres, Gabriel corrió a encontrarse con Gael para abrazarlo, reconocí al sujeto que cargaba a una sonriente pelirroja, nuestras miradas se encontraron y sentía como si estuviera de vuelta en casa... Me sentía en mi hogar.

Yuritzin PM

Nos Pertenecemos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora