25.- Rescate

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GAEL

La pregunta hizo a Édgar perder su máscara de serenidad, se encerró en el cuarto de mi sobrina y no volvió a salir, en la sala todos estaban nerviosos, no sabíamos con que otra sorpresa nos podríamos encontrar.

Los observé y note que alguien faltaba, en últimas fechas se había vuelto importante para él, en estos momentos era cuando más la necesitábamos.

- Clarissa, amor, ¿Dónde está Jazmín? - pregunté.

Me observó nerviosa, dudaba en responder.

- Nena, quedamos en no más secretos - le recordé.

- Hace unos días, Jaz recibió una amenaza por mensaje debía alejarse de Édgar o Tai sufriría las consecuencias, en la mañana después de enterarse del secuestro, le contó, él le gritó y luego la dejó - explicó.

Estábamos jodidos, pero el mensaje podría servirnos, decidí llamarla.

📱¿Ya tienen noticias de Tai?

Preguntó en cuánto descolgó.

📱Nada, pero siguen buscando... Te hablo por el mensaje, necesito que vengas a casa de Édgar.

📱No creo que deba ir, ¿podría ser en otro lugar?.

📱No, la seguridad tiene la casa como base de operaciones y Édgar está encerrado en el cuarto de Tai, estoy a cargo de la investigación... Se lo ocurrido, si de verdad te importan vendrás.

Colgué y fui a revisar los avances aún no tenían nada, llevaban horas dando vueltas.

- ¿Papá dónde está Tai? - pregunto preocupado mi pequeño.

Traía de la mano a Joyce, el resto de los adultos estaba tomando café en el comedor, salí con ellos al jardín buscando las palabras correctas para responder.

- La mamá de tu tío se la llevó sin permiso, por eso hemos estamos buscándola, no sabemos dónde están - expliqué lo más sencillo que pude.

Ser padre aún me era nuevo, los ojos de mi hijo se cristalizaron, pero rápidamente se secó las lágrimas.

- Encuéntrala papá, Joyce y yo la extrañamos - me pidió.

Tomó a la pequeña de la mano y regresaron a la casa.

Nana estaba inconsolable, aún así seguía atendiendo a los invitados, varías veces intentó convencer a Édgar de comer, pero así como subía con la bandeja regresaba igual.

Jazmín llegó una hora más tarde, mostró el mensaje y luego de analizarlo, descubrimos que el remitente era Regina, no nos sorprendió, empezaron a intentar acceder remotamente a su teléfono.

Estaban por cumplirse veinticuatro horas, nadie se había ido ni dormido, Jazmín se quedó para ayudar con los niños, que estaban durmiendo en la habitación de invitados, llevaba horas sin ver o saber de Édgar y de pronto bajaba corriendo las escaleras.

- Se han comunicado - dijo con voz agitada - Quieren que me reúna con ellas.

Al escucharlo el resto de la familia se concentró dónde estaban los de seguridad, revisaron el mensaje y confirmaron la existencia de la ubicación, la camioneta que habían seguido por horas era un señuelo, se prepararon para iniciar con el rescate, Édgar los detuvo.

- Iré sólo, no quiero arriesgar la integridad de mi hija.

- Señor, no sabemos a qué se enfrentará, debe dejarnos acompañarlo... No podemos permitirle que se ponga en riesgo - explicó quien estaba al mando - Haremos lo siguiente...

Édgar, Erick, un par de hombres y yo, nos reunimos en privado a trazar un plan, en cuanto Tai estuviera a salvo la policía intervendría,  enfrentando cargos por secuestro y privación de la libertad.

ÉDGAR

Luego de que Erick y Gael se unieran para el rescate, la seguridad nos indicó como proceder para no ponerla en riesgo, antes de irme decí subir a cambiarme de ropa, tropecé con una adormilada Jazmín.

- Lo lamento - se disculpó al instante e intentó evadirme.

La abracé y le besé cariñosamente la frente, me había comportado de forma egoísta y grosera, ella era una víctima de la situación.

- Soy quién debe disculparse, me comporte como un idiota y te culpé sin razón.

- También me equivoqué, debí decir lo que pasaba en cuánto me enteré - dijo en voz baja.

Tomé su rostro con ambas manos para observarla, tenía los ojos rojos y llorosos, intentaba contener las lágrimas, no soporte verla así, me acerque lentamente y le besé los labios.

Tardó en responderme, enredó sus brazos en mi cuello mientras yo rodeaba su cintura uniendo nuestros cuerpos, el beso comenzó a subir de temperatura, la tomé de los muslos y enredó sus piernas en mi cadera, rosando nuestras intimidades.

Alguien tosió falsamente rompiendo el momento, frustrado apoye mi frente en la de ella intentando regularizar mi respiración, abrí los ojos lentamente, observé sus mejillas sonrojadas y también su respiración agitada, le besé una mejilla.

La bajé con cuidado y encare a quien nos había interrumpido, Erick intentaba disimular su diversión sin mucho éxito, puse los ojos en blanco.

- Perdón, debemos irnos - comento intentando ocultar una sonrisa.

- ¿Irse?, ¿A dónde? - preguntó Jaz desconcertada.

- Me cambio de ropa y bajo - le respondí a Erick, asintió y se fue - Sabemos dónde la tienen, debo ir por ella.

- Cuídense, los estaré esperando - murmuró y me besó fugazmente los labios.

Me cambie rápidamente por jeans, playera y sudadera negra, me calce unos tenis deportivos y me reuní con los demás, irían en dos camionetas, mientras que iría primero en mi auto.

Maneje hasta una bodega abandonada a las afueras de la ciudad, aparque y baje del auto, recibí un mensaje, era la confirmación de que el resto se encontraban en los alrededores.

Camine hasta la entrada y empuje la desgastada puerta, mi hija no estaba a simple vista, iba a comunicarme con el equipo y de una puerta escondida salieron Regina, mí madre y mí pequeña.

Tai al verme intentó correr, pero mi madre le jalo bruscamente el cabello para detenerla, apreté mis puños con fuerza e intenté controlarme, un paso en falso y estaba seguro que no dudarían en dañarla.

- ¡Mi querido hijo, es bueno verte! - comentó mamá efusiva - ¿Te enteraste de la lamentable muerte de tú padre?.

Confirmado, ella lo mató, asentí lentamente.

- Una gran pérdida - agregó Regina sonriendo.

No me extrañaba que estuviera involucrada.

- Estoy aquí como querían, denme a mi hija - exigí

Mamá comenzó a negar y Regina tomó a Tai del brazo, quien se quejo de dolor.

- Aún tenemos asuntos por arreglar y aceptarás, sí quieres que salga con vida - sentenció mamá.

- Haré lo que me pidan, ¡pero por favor denme a mi hija! - suplique.

Tai lloraba sin control, en sus ojos sólo veía miedo.

Yuritzin PM

Nos Pertenecemos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora