Epílogo

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Canción: The One - Kodaline

ÉDGAR

Un año después.

El día había llegado, estaba nervioso y emocionado por igual, me encontraba en la habitación rodeado de los hombres de la familia, las chicas estaban en casa de Clarissa arreglándose.

- ¿Estás listo? - pregunto Gael.

- Hora de irnos - agregó Erick

Asentí no muy seguro, me acomode el saco negro y me observé por última vez en el espejo, me acerque a los gemelos, que dormían ajenos a lo qué estaba por ocurrir, Adam me ayudó a llevarlos.

Erick se adelantó, como siempre se salió con la suya y terminó siendo el organizador, quería revisar hasta el más mínimo detalle, la boda se realizaría en la mansión de mis padres, no todos los recuerdos en ese lugar fueron malos.

La decoración del jardín estilo vintage, el favorito de Jaz, todo era sútil pero elegante, Erick hizo excelente trabajo, mi lugar estaba al final del pasillo de madera y junto al atril de juez.

Las sillas de los invitados, que no eran muchos, fueron acomodadas estratégicamente alrededor del pasillo, invitamos a nuestros amigos más cercanos, la familia de Gael, los padres de Jade y nana por supuesto.

La primera en hacer su entrada, fue la pequeña Joyce sostenía un letrero "Aún estás a tiempo de arrepentirte", sonreí al leerlo, le siguió Gael cargando a su nena, que traía otro letrero "Es tú última oportunidad para correr", me hizo señas para huír.

Llegó el turno de los gemelos Diego y David, acompañados de Erick, con un letrero más "Papá ya viene la mujer de nuestras vidas", los ojos se me cristalizaron, Gabriel y Tai entraron tomados de la mano cargando los anillos, seguidos por Clarissa la única dama de honor.

The One de Kodaline, comenzó a sonar, era la entrada de Jazmín, tomada del brazo de Adam recorrió con seguridad el pasillo, cuándo llegó a mí, emocionado tomé su mano.

El juez inició su clásico discurso, no presté atención hasta el: "Si, acepto", nos declaró marido y mujer, nuestra unión fue sellada con un intenso beso.

Los aplausos no se hicieron esperar, pronto estuvimos rodeados de las felicitaciones de nuestra familia, llegó el turno de las fotos y caminamos hasta la parte destinada, disfrutamos de la sesión.

Al finalizar la cena, Gael fue el primero en iniciar el brindis.

- Querido amigo, mí imbécil favorito y compañero fiel, sólo quiero desearte que seas muy feliz... Amor mío, te amo.

Fingió limpiarse unas lágrimas y retomó su lugar, le mostré el dedo medio y Jaz sólo sonrió, fue el turno de Adam.

- Édgar, Jazmín, que su amor crezca y se fortalezca día con día, sean felices toda la vida.

Jaz derramó algunas lágrimas y le lanzó un par de besos, agradecí levantando mi copa, Erick se puso de pie y se aclaró la garganta.

- Espero que está sea la última boda que te organizo - me sonrió y los demás reímos - Pequeña Jazmín, gracias por aparecer en nuestras vidas y devolverles un poco de alegría, pero sobretodo gracias por hacerlo feliz, por hacerlos felices - levantó su copa - ¡Brindemos por el amor!.

Jaz fue abrazarlo, Erick intento ocultar las lágrimas pero falló, esta noche todos brindamos por el amor, en sus diferentes formas.

Estábamos listos para la luna de miel en familia, lo hablamos y estuvimos de acuerdo en incluir a nuestros hijos, claro que nana también nos acompañaría, sin ella esté viaje sería una completa locura.

Antes de partir, Jaz reapareció con jeans y playera blanca, usaba vans y gafas de nuevo, amaba su estilo, la verdad era que la amaba en todas sus facetas, sin previo aviso lanzó el ramo, que le cayó a una sorprendida Clarissa.

- Es una señal nena, ¡Nos casamos mañana mismo! - aseguró Gael

- ¿Quién te dijo que me quiero casar contigo? - lo retó Clarissa.

La observo preocupado y horrorizado, ella empezó a reír.

- Me casaré contigo, sólo si lo pides de la manera correcta - le aseguró

Él busco entre sus bolsillos y rápidamente se arrodilló.

- Clarissa, te he amado desdé que era un niño... estoy seguro que eres y serás la mujer de mí vida... ¿Me harías el honor de compartir el resto de nuestras vidas conmigo y convertirte en mí esposa?.

Hemos descubierto que Gael, si tiene un lado cursi, aceptó emocionada, se lanzó a sus brazos y lo beso.

- ¡No sé coman hay niños presentes! - dije burlón

Ambos me mostraron el dedo medio.

Nos despedimos, debíamos llegar al aeropuerto, abordamos el jet privado que era de papá y ahora le pertenecía a Tai, antes de despegar, verificamos que nuestros hijos estuvieran perfectamente asegurados.

Nuestro destino era una paradisíaca playa del Caribe, al llegar ya nos esperaba la camioneta que nos llevaría al hotel, informé en recepción nuestra llegada y nos entregaron las tarjetas de dos habitaciones.

En una estarían nana y los niños, en la otra nosotros, se necesitaron dos botones, para subir todas nuestras maletas y eso que nuestra estancia era de sólo una semana, ya instalados, decidimos descansar antes de ir a conocer el lugar.

Pero mis planes para nosotros eran otros, la acorrale en el baño y Jaz, de inmediato entendió mis intenciones, comenzamos a besarnos, con manos inquietas recorrí su cuerpo, en segundos la tenía desnuda.

Deseosa hizo lo mismo conmigo, bruscamente levanté sus piernas y las enredó en mí cadera, llegamos a la regadera sin dejar de besarnos e hicimos el amor bajo la lluvia artificial, no sólo era su cuerpo el que me enloquecía, también lo hacía su corazón.

Extasiados regresamos a la habitación, para vestirnos e ir por nuestros hijos, les habíamos prometido una tarde en la playa, Tai emocionada hacía castillos de arena, nana cuidaba atentamente de los gemelos, nosotros decidimos ir a nadar.

Después de cenar, fiel a nuestra costumbre acostamos a nuestros hijos y les leímos un cuento, los gemelos fueron los primeros en quedarse dormidos, Tai se quedó dormida al finalizarlo, antes de irnos, les dimos el beso de las buenas noches.

Nos despedimos de nana, Jaz salió al balcón de nuestra habitación, la seguí y abracé por la cintura, apoyé mí barbilla en su hombro.

- ¿Eres feliz? - preguntó de repente.

- Extremadamente feliz - expresé y le besé el cuello.

Se giró y nos observamos.

- Te amo - dijimos a la vez.

No espero un felices para siempre, por que nos pertenecemos, construiremos nuestra felicidad día con dia.

Yuritzin PM

Nos Pertenecemos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora