4.- ¿Celos?

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JADE

Después de la desagradable escena, me reuní con Erick y sus padres que me saludaron efusivamente, intentaba olvidar mí molestia, pero él notó mí actitud, no externó su opinión, más tarde me interrogaría.

¿Que me pasaba con Édgar?, Alteraba mis emociones y estás nuevas sensaciones, eran difíciles de asimilar, al anunciar la cena, Erick me tomó de la mano y fuimos directo al comedor.

No sé cómo terminé sentada entre Erick y Édgar, una situación por demás incómoda, este último parecía molesto, de su lado izquierdo se sentó la rubia que parecía estar pegada a él.

Durante la cena, Édgar me observo varias veces, al principio me sentí intimidada luego lo ignoré, al finalizar, algunos se despidieron y el resto se quedaron a la sobre mesa mientras platicaban y bebían café.

Édgar nos invitó a los más jóvenes al jardín, en total éramos cinco, se nos unió un chico de cabello castaño, en la esquina derecha del lugar, se encontraba una elegante sala en tono chocolate con cojines color crema, nos acomodamos mientras dejaban algunas bebidas.

- ¿Y ustedes son? - pregunto el castaño de traje azul.

Estaba sentado con una pose despreocupada, en un sillón individual, iba a responderle pero Édgar se adelantó.

- Es Jade Martin, heredera del grupo Martin, los líderes en ecotecnología - me señaló - ¿y tú eres? - preguntó a mí amigo.

¿Cómo se enteró de quién era?, ¿En estas horas, se dedicó a investigarme?.

- Erick Anderson, futuro heredero de motocicletas Anderson - respondió restándole importancia.

Lo tome de la mano orgullosa de su respuesta, Édgar fijó la vista en mí acción y me observó con una ceja alzada, la rubia reclamó su atención.

- ¡Amorcito!, es dueño de las motocicletas que coleccionas y tanto te gustan.

Puse los ojos en blanco y de nuevo me sentí molesta, Erick sonrió con suficiencia, orgulloso de que sus motocicletas fueran reconocidas.

- Regina, te he dicho que no me llames así - dijo Édgar, entre dientes.

El de traje azul, suspiro pesadamente y decidió intervenir.

- Soy Gael Sabat, heredero de Sabat Fashions, un gusto conocerlos, también soy el mejor amigo del amargado - señaló a Édgar.

Este último, negó divertido al escucharlo, relajando un poco el tensó ambiente, Erick me apretó emocionado la mano, es un gran consumidor de la marca y comentó.

- ¿Me presentarías a tú madre?, Es mí diseñadora favorita.

Nos reimos al escucharlo, a excepción de Édgar y la rubia.

- Gael, este año me he postulado como su modelo, espero contar con tú recomendación, por ser la novia de tú mejor amigo - intervino la rubia, con aire prepotente.

Mientras se sentaba en el regazo de Édgar, enredandole los brazos en el cuello, pude notar como el enojo y desconsierto se apoderaban de él, alejandola inmediatamente, nuestras miradas se encontraron y su actitud hostil cambió.

Está rubia era todo un caso, decía ser la novia, pero el heredero de las inversiones Zarcos, parecía no opinar los mismo y mucho menos tolera su presencia, sin querer apreté con fuerza la mano de Erick e hizo una mueca de dolor.

- ¿Novia? - Gael comenzó a reír - Tengo entendido, que aunque que le ruegas eso no pasará - se burló - Por cierto, si quieres ser modelo cumple con los trámites... Jade, ¿no te interesaría ser nuestra modelo?.

La rubia bufó molesta, Édgar y Erick rieron por lo bajo, tenía claro que lo decía por molestarla, decidí seguir el juego.

- Tendré que rechazar tal propuesta, las pasarelas no son lo mío y en un par de años, espero ocuparme del negocio familiar - expliqué sonriente.

Erick me guiñó el ojo cómplice, también entendió el juego.

- No descartes la propuesta - intervino Édgar, mientras que la rubia se ponía roja del coraje - Concuerdo con Gael... Tienes unos ojos cautivadores.

Sabía que todo era parte del juego, aún así no evité ruborizarme, centró su vista en mí y me perdí en sus bonitos ojos cafés, por segundos todo a mí alrededor desapareció, la horrible voz de Regina rompió nuestro encanto.

- Está insípida, no me llega ni a los talones - se señaló - Unos simples ojos de color, no te hacen, ni vuelven especial.

¿Insípida, enserio?, Los tres hombres se tensaron al escucharla, pero solo Erick le respondió.

- ¡Querida rubia, eres tú, quién no le llega ni a los talones!... La belleza de MÍ Jade, va más allá de lo físico, posee un alma hermosa.

Mis ojos se cristalizaron, por tan bellas palabras, me envolvió en un reconfortante abrazo, besó con ternura mí frente y murmuró un te quiero bonita.

Al separarnos, pude ver a Édgar tensar con fuerza la mandíbula, Regina derramaba lágrimas de cocodrilo, para llamar la atención.

- Deja los dramas Regina y si tan ofendida estás, ¡lárgate! - intervino Gael.

Quién parecía no tolerar a la rubia.

- Regina, será mejor que te disculpes - siseo Édgar.

Ella negó rápidamente, él pareció perder la poca paciencia que le quedaba, se incorporo rápidamente, tomándola del brazo regresaron a la casa.

Gael se disculpo por el comportamiento de la rubia y dijo que la ignoraramos, el incidente pronto paso al olvido, hablamos sobre nuestras vidas universitarias, Gael comento que Édgar y él estudiaban comercio internacional, además de ser roomies.

El tiempo comenzó a pasar, Gael y Erick hablan emocionados de autos y motocicletas, tema que me aburría, decidí dejarlos sólos, me levanté sin llamar la atención y fuí a recorrer el espacioso jardín.

Atraída por su belleza, me detuve en los rosales y me perdí en mis pensamientos, fui incapaz de notar la presencia a mí lado, hasta que habló llamado mí atención.

- Aún me debes una respuesta y un café... He decidido cambiar la pregunta y el café puede esperar, ¿Erick es tú novio?.

Soltó de golpe, me sobresalte al reconocer la voz de Édgar, gire para encararlo, ¿a qué se debía el repentino interés por mí vida amorosa?, se cruzó de brazos impaciente.

Dudé en contestar, no quería meter a Erick en problemas, pero cuándo sus profundos ojos chocaron con los míos, mí cordura se disipó y hablé sin pensar.

- Si, tenemos una relación - comenté y su rostro se tensó - Es mí mejor amigo.

Relajó la postura y una bonita sonrisa apareció, mantuvimos el contacto visual.

- No entiendo lo que me pasa... Pero sé que me arrepentiré, si te dejo ir - comentó cerca de mí.

Tomó mí rostro con ambas manos y me besó.

Yuritzin PM

Nos Pertenecemos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora