2.- Reencuentro

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Pasó un mes y no volví a encontrarla, sus ojos verdes me atormentaban en sueños, me concentré en la universidad, alguna que otra fiesta o teniendo sexo con la chica de la cafetería, necesitaba mantenerme ocupado para no pensarla.

Estaba por entrar a mi tercera clase del día, el celular comenzó a sonar, lo saqué del bolsillo de mis jeans, el nombre de mi madre ilumino la pantalla.

📱¡Hola cariño!.

saludo efusiva.

📱Hola mamá.

📱Si no te hablo, tú no te acuerdas de mí.

Suspiré cansado de escuchar su reproche, cuándo estaba en casa, ni si quiera notaban mí presencia.

📱La universidad me ocupa gran parte del día, pronto iré a visitarlos.

📱¿Está noche?, Tú padre dará una importante cena, ¿Por qué no vienes?.

¡Aburrido!, no era lo que tenía en mente para mí fin de semana, pero si me negaba seguiría insistiendo.

📱¿A que hora?.

📱 A las ocho, le dije a Regina que pasarías por ella.

Me tomé el puente de la nariz frustrado, mi madre era astuta sabía planear sus movimientos, todo este mes había evitado a Regina, estaba claro que se lo mencionó.

📱 No sé por que te empeñas, en relacionarme con ella.

Me quejé.

📱Sigo sin entender, porque te niegas.

Refutó.

📱Está loca.

Respondí molesto.

📱¡Édgar, no te expreses así!, Te veo en la noche.

Molesta me colgó.

Estuve a nada de aventar el celular, pero recordé que el no tenía culpa, lo guarde y entre a clase.

Al finalizar mi horario, pasé por la cafetería y pedí una hamburguesa con papas, para llevar, la chica con la que tenía sexo propuso vernos más tarde, negué y quedé de buscarla otro día.

Mientras comía, le escribí un mensaje a Gael, sus padres eran amigos de los míos, seguramente también estaban invitados.

✉️ ¿Imbécil, ya sabes de la cena?.

Su repuesta no tardo en llegar.

✉️Idiota, mamá me avisó temprano, ¿iremos?.

No quería pero sino me aparecía, mamá era capaz de venir y hacerme un drama.

✉️ Imbécil, si no vamos conflicto seguro.

✉️ Ok idiota, te veo más tarde, "estoy en clase".

Me dí una ducha rápida y salí con la toalla enrollada en la cintura, busqué en el armario uno de los trajes que tenía, la puerta se abrió y entró Gael.

- Verte las bolas es desagradable y me causará un trauma - bromeó y se tumbó en su cama.

- No es mi culpa que estés acomplejado, imbécil - respondí, mientras me ponía los boxer.

- ¡Ja!, ¿Es que ya me viste las bolas? - comentó burlón y me enseñó el dedo medio.

Puse los ojos en blanco, terminé de vestirme con un traje negro a la medida y camisa blanca sin corbata, Gael salió del baño vestido con un traje azul marino.

Caminamos al estacionamiento, iriamos en mi auto, como buen amigo dejaría que Gael manejará mi Alfa Romeo negro, subimos y emprendimos el viaje a casa de mis padres.

Minutos más tarde entrábamos a la propiedad, dónde el lujo estaba escrito en cada piedra y cimiento, varios autos se encontraban estacionados en los alrededores.

- Tus padres, sí qué saben cómo derrochar dinero - comentó Gael, mientras descendiamos del auto.

Asentí, en la entrada se encontraba el mayordomo recibiendo a los invitados.

- Joven Édgar, joven Gael, ¡bienvenidos! - saludo, con la seriedad que lo caracterizaba.

- ¡Buenas noches, Carlos! - respondimos a la vez.

Entramos en el salón principal, dónde ya se encontraban reunidos y algunos invitados bebían copas de caro champán, estas reuniones siempre son aburridas y llenas de hipocresía.

Mamá notó nuestra presencia y se acercó a saludarnos, besando nuestras mejillas.

- Gael, que placer verte - comento, mientras lo escaneaba descaradamente de arriba abajo.

El castaño de ojos verdes se sintió intimidado, le dí un par de palmadas en el hombro mostrando apoyo, mamá le señaló a sus padres, agradeció y fue con ellos.

- ¿Édgar, dónde está Regina? - preguntó antes de llegar con papá.

Intencionalmente había olvidado pasar por ella, sí confesaba, no evitaría el sermón toda la noche.

- Quedamos de vernos aquí, no debe tardar - expliqué.

Esperaba que nunca llegará, así no descubrirían mí mentira, mamá asintió no muy convencida, papá hablaba con un socio y su familia, al vernos tomó a mamá de la cintura cariñosamente e inició las presentaciones.

- Hijo, quiero presentarte a Víctor uno de mis socios.

Extendí la mano para saludarlo, era un señor castaño de ojos miel, casi de mi estatura.

- Julia, su esposa y esa hermosa jovencita su hija, Jade - concluyó papá.

Al escuchar el nombre, centré mí mirada en un par de pelirrojas casi idénticas, la mayor fue quién me saludó primero, Jade me observaba con una ceja arqueada.

- Niña, volvemos a encontrarnos - incliné mí cabeza a modo de saludo.

Le decía "niña" sólo por molestarla, con ese vestido verde se veía espectacular, realzaba sus cuevas y belleza, mantuvimos un duelo de miradas hasta que escuchamos la voz de mí padre.

- Este joven es Édgar, futuro heredero de mí legado.

Los padres de la pelirroja me sonrieron amablemente, mientras que ella me ignoró, directo en el ego.

- ¿Disculpa, te incómoda o intimida mí presencia? - pregunté burlón.

Abrió los ojos como platos, se recompuso rápidamente y me fulminó con la mirada, nuevamente nos interrumpieron, la irritante Regina apareció.

- ¡Amorcito, no fuiste a buscarme! - dijo mientras se me colgaba del cuello, una acción claramente posesiva.

La pelirroja puso los ojos en blanco al verla, mamá la saludó efusivamente y luego se dirigió al resto de su familia, me deshice del contacto, retomé mí atención en la pelirroja.

- Niña, sigo esperando tú respuesta - murmuré, cerca de su oído.

Volvió a fulminarme con la mirada, antes de hablar.

- No estoy acostumbrada a rendir pleitesías y su presencia, no me causa la misma euforia que a su novia- señaló a Regina - Si me disculpa, tengo asuntos más importantes que atender.

Dió media vuelta y camino a dónde se encontraba el castaño con el que la había visto en la universidad, se saludaron y abrazaron cariñosamente, esa chica sí que tenía carácter.

- Édgar no seas mal educado - regaño mamá, recuperando mí atención e indicó que saludara.

Centré mí atención en los padres y el hermano mayor de Regina, está última no me dejaba e intentaba separarla de manera educada, su actitud me estaba molestando e incomodando.

Yuritzin PM

Nos Pertenecemos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora