26.- Verdades

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ÉDGAR

- ¡Amorcito, jamás te imaginé suplicar! - se burló Regina.

Volvió a tomar a Tai del brazo, intenté acercarme, Regina le apunto con una pistola en la sien.

- Baja el arma y hablemos - dije nervioso -¿Qué quieren?.

- Claro que hablaremos cariño y harás lo que pido... Si quieres de vuelta a tú mocosa - intervino mamá.

La impotencia crecía al ver qué mi hija no dejaba de llorar.

- Al morir tú padre pasaste a ser su único heredero, así que nos cederas todo su patrimonio, ésto sólo fue un pequeño insentivo - explicó Regina sin dejar de apuntarle a mi hija.

Observé movimientos entre las sombras, eran los de seguridad, estaban dentro y debía entretenerlas.

- Lo haré... Pero antes, quiero saber que pasó con papá y confesarás lo que le hiciste a Jade - merecía saber la verdad.

Mientras estaban distraídas pensando si debían responder, le indique a Tai que se tapara los oídos y cerrara los ojos, temerosa tardó en obedecer, pero lo hizo.

- Un trato justo - opinó mamá - Inicia - ordenó a Regina.

- No sé por dónde empezar...- pensativa, colocó un dedo en su barbilla - Estaba realmente molesta, me habías olvidado, te casaste y formaste tú propia familia...- hablo con odio - Desde niños, tu madre siempre prometió que sería tú esposa, para ti, sólo era sexo, jamás te fijaste de otra manera en mí...- observó a mamá con resentimiento - ¡Luego apareció esa pelirroja sin chiste y te enamoraste!, ¡¿tienes alguna idea de cómo me sentí?!...- me apunta con el arma - Esto debió ser nuestra hija...- apunta de nuevo a Tai - Decidí visitar a la insípida y como buena persona, le ayude adelantar el parto...- soltó una risa macabra - Dije un par de mentiras que jamás creyó, enojada comencé a golpearle fuertemente el vientre, ya conoces el trágico final...- me a punto con el arma - ¿Me arrepiento?, ¡NO!.

Sentí las lágrimas acumularse en mis ojos, todo era culpa de mamá por fomentar las locuras de una desquiciada, tristemente Jade fue un daño colateral de está mente enferma.

- A los quince años fuí obligada a casarme con tú padre, quién era cinco años mayor, todo por un mal negocio con su familia, los míos perdieron todo y se declararon en quiebra, al no poder pagar fuí entregada como garantía - la observé impactado - El tiempo pasó y la familia de tu padre, decidió que para saldar la deuda debía casarme con Eduardo... - estaba pérdida en sus recuerdos - Jamás logré amarlo y con los años sólo incremente mi odio, juré que todo lo que les pertenecía sería mío...- me observo atentamente - ¿Quieres saber cómo me embaracé?, ¡Él abusó de mí al mes de casados!...- comenzaba a comprender su extraña actitud - Hace poco me enteré que tú padre me había sacado de su testamento, tantos años y me dejaría en la calle... - comenzó a negar frenética - Después de hacerlo sufrir durante días, idee un plan para asegurar mi futuro, luego lo maté.

- Entiendo que tú vida no fue sencilla... pero, ¿porque dañar a personas inocentes como tú nieta y yo?, No lo entiendo... ¿porque obligarme a unir mí vida con quién no amo, cuando a ti te hicieron lo mismo?... ¿porque cometer los mismos errores, es que a caso no has aprendido nada?... ¿Quieres que sigamos repitiendo los ciclos de odio? - pregunté intentando hacerla entender.

- Me prometí arruinar tu vida, ¡Jamás te he querido!, ¡eres producto de una violación, no mereces ser amado! - dijo con demasiado odió.

Al escucharla quedé sin palabras, la seguridad desarmó a Regina y de inmediato pusieron a Tai a salvo, mamá al verse acorralada sacó un arma de su espalda y se disparó sin dudar.

Mi hija grito asustada al ver cómo se desangraba su abuela, como pude llegué a ella e intenté consolarla, Regina en estado de shock, fue esposada por la policía, ahora enfrentaría a la justicia.

Con todo lo ocurrido no estaba en condiciones de manejar y no quería separarme de mi bebé, subimos a una de las camionetas y Gael se fue en mi auto, en el camino seguía tratando de tranquilizarla, pronto sé quedó dormida.

Al llegar a casa, todos estaban amontonados en la entrada, al ver a su nieta Julia lloró desconsolada, Víctor la sostuvo evitando que se cayera, nana corrió hasta nosotros y nos abrazo con fuerza, le correspondí como pude.

Al entrar nos sentamos en la sala, Gael y Erick estaban por narrarles a todos lo ocurrido, cuándo Jaz apareció con los niños, al ver a Tai corrieron hasta nosotros, mi pequeña seguía dormida en mis brazos y les pedí no despertarla.

Jazmín nos observo con los ojos llenos de lágrimas, le hice señas para que se acercara, camino titubeante hasta nosotros, acomodé en mi lado izquierdo a Tai y le indique que se sentara en mi pierna derecha.

Nerviosa lo hizo, envolvió sus brazos en mi cuello y ocultó su rostro en mi pecho, con mi brazo libre envolví su cintura y la atraje más a mí, le besé la coronilla en un intento por tranquilizarla.

- Están... Aquí... Y... Están... Bien - dijo entre sollozos - Tenía... Miedo.

- Tranquila, estamos a salvo, ya todo pasó - se separó y le besé los labios.

Sonrió débilmente y se acercó a Tai para besarte tiernamente las mejillas, mi hija se removió y comenzó hablar dormida.

- ¡Mami, no me dejes!, ¡Mami, quédate!.

Jaz me observo sorprendida, la situación se volvió incomoda al ser observados por todos, nana intervino llevándose a los niños, para que pudiéramos hablar.

Jaz quiso levantarse no se lo permiti, necesitaba sentir su calor y tenerla cerca, con lujo de detalles conté lo ocurrido, relate las verdades que me revelaron, como confesaron sus crímenes y por último la inesperada muerte de mi madre.

Erick y Gael contaron su versión, todos se quedaron en shock, mis suegros no daba crédito a lo que escucharon y Jazmín me abrazo más fuerte.

- ¿Te quedas a dormir?- pregunté en su oído.

Me observó por unos instantes y luego a mi hija, finalmente accedió.

Después de cenar comenzaron a despedirse y les agradecí por su apoyo, mis suegros me pidieron tener una plática privada, lo dejé para mañana, el resto aprovechó para autoinvitarse a comer.

- ¿Te llevamos? - le pregunto Adam a Jaz.

Lo observó nerviosa, la tomé de la mano y respondí.

- Se quedará está noche.

Se sorprendieron al escucharme.

Yuritzin PM

Nos Pertenecemos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora