9.- Amistad

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JAZMÍN

Después del incidente de hace casi cinco años donde estuve muerta un par de minutos, tenía frecuentes sueños extraños y una inquietante sensación de que algo me faltaba, que no estaba en el lugar correcto, no era la misma.

Hace un par de años con mis mejores amigos Diego y Clarissa, creamos nuestra propia marca de joyería y accesorios personalizados, nosotras diseñamos y él se encargaba de marketing, nuestras ventas son a través de nuestra página web.

A Diego lo conocía de la infancia era mi vecino y compañero de clases, a Clarissa la conocimos en la universidad, él se sintió atraído por ella al instante y entonces conocí otra desilusión amorosa.

Llevaba años enamorada en secreto de él, nunca tuve el valor de confesarlo, todo se complicó con la llegada de la chica bonita de ojos azules, cabello negro y facciones perfectas.

Era todo lo contrario a ella ojos verdes, cabello castaño largo que nunca arreglaba, vestía de jeans y sudaderas amplias, además de usar lentes, siempre me llamaron nerd.

Confrme fuimos conociéndola, descubrí que su belleza no solo era física, también era amable, comprensiva e inteligente, varias veces me defendió de las burlas que hacían por mi apariencia.

La primera vez que la vimos parecía tan pérdida y asustada, Diego me obligó acercarnos, al principio le tenía celos con el tiempo nos volvimos las mejores amigas y los tres éramos inseparables.

A Diego le gustaba alardear sobre lo afortunado que era por tener a dos hermosas chicas a su lado, Clarissa nos contó el porque se mudó y sufría por haber dejado a su novio, su único amor, con quién de vez en cuando hablaba.

Diego se sintió desilusionado pero no perdió las esperanzas, llevábamos un mes de clases y Clarissa se la pasaba mareada con náuseas, una tarde la llevamos al doctor, nos enterarnos que estaba embarazada, comenzó a llorar asustada y de la emoción.

Busco apoyo en sus padres, molestos le dieron la espalda, intento varias veces ponerse en contacto con el padre del bebé, pero al parecer no quería saber nada de ella. Diego la apoyó era un año mayor que nosotras y se había independizado, vivía en un cómodo departamento cerca de la universidad.

Con el tiempo Clarissa correspondió sus sentimientos, formando una familia y me convertí en la tía de un guapo castaño con ojos azules, muy parecido a su madre.

Desafortunadamente hace una semana, Diego perdió la lucha contra el cáncer, entre sus últimas voluntades pidió a Clarissa buscar y arreglar la situación con el papá del niño, sabía que ese era su lugar.

Así emprendimos este viaje a la ciudad de mi amiga, que me pidió venir con ellos, más que amigas nos convertimos en familia, apoyándonos siempre.

Durante el viaje no dejo de morderse las uñas nerviosa.

- ¡Basta!, es asqueroso - la reprendí y le retire las manos.

- ¡Perdón, es que no es fácil reaparecer y decirle tienes un hijo! - explico histérica - Además, ¿que tal que está casado y con familia?.

La situación era complicada y no quisiera estar en su lugar.

- ¿Que no lo investigaste? - pregunté intrigada.

Intentó volver a morderse las uñas y la detuve.

- Sólo su dirección, no soportaría saber más.

Él fue su gran amor e imagino que aún tiene sentimientos.

Nos interrumpió el anuncio de abróchense los cinturones, estamos por aterrizar y observé el paisaje por la ventanilla que me resultaba familiar.

Maletas en mano buscamos un taxi Clarissa nos pidió irnos al hotel, iría a buscarlo.

- Suerte, nos vemos más tarde - dije arriba del taxi.

Asintió no muy segura y subió a otro.

- ¿Tía, a dónde va mamá? - pregunto el pequeño.

- A resolver unos asuntos - respondí - Cuando vuelva iremos por helado.

Asintió emocionado y en el camino se durmió.

Al llegar al hotel fui directo a recepción y dí mi nombre, la señorita tecleo en su computadora confirmando nuestra reservación, nos dió la tarjeta y un coqueto botones nos ayudó con las maletas e indicó el camino.

En la habitación se despidió guiñádome el ojo, sonreí incómoda y cerré la puerta, el pequeño se dejó caer sin cuidado en la cama encendió el televisor y buscó caricaturas.

Me acomode en la pequeña sala, para trabajar un rato, cheque algunos pedidos al igual que corregí unos diseños, revisé la bandeja de correo me sorprendí al encontrar uno de Sabat Fashions, lo abrí de inmediato.

Era una propuesta de trabajo, nos pedían reunirnos en tres días para llegar aún acuerdo, emocionada confirme nuestra asistencia era el inició de un gran viaje.

Pasaba de medio día cuando Clarissa regresó con los ojos rojos e inchados, las cosas no habían salido bien, se acercó a su hijo que estaba dormido lo abrazo y beso, pronto también se durmió.

El estómago me recordó que debía comer decidí dejarlos descansar, baje al restaurante del hotel pero el menú no llamo mi atención, salí y comencé a caminar sin rumbo, me atrajo un pequeño restaurante.

Entré y observé detenidamente el lugar la anfitriona llamo mi atención, pedí una mesa y me llevó a la terraza e informo que mandaría al mesero, mientras me entregaba la carta.

Observé los platillos sin decidirme por cuál, todo se veía espectacular, después de comer, pedí una rebanada de pastel de chocolate y una taza de café.

Mientras pagaba la cuenta, recibí un mensaje de Clarissa.

✉️ ¿Dónde estás?, ¿Todo bien?.

Se me había pasado el tiempo, salía del restaurante y respondía.

✉️ Salí a comer, pronto estare de vuelta.

Envie sin levantar la vista y choque con una musculosa espalda golpeandome la nariz, me queje de dolor, el tipo se giro molesto.

- Ten más cuidado, niña - dijo entre dientes.

¿Niña?, lo observé fijamente era un hombre alto, realmente guapo y con unos expresivos ojos cafés, tuve la sensación de ya haber pasado por esto.

- ¿Te encuentras bien? - pregunto alguien más.

Renuente giré hacia la nueva voz, encontrando a un sonriente castaño de ojos verdes, guapo también, ¿pero que les daban a los tipos de está ciudad?.

- Si, lo siento venía distraída - me disculpé y acomode mis gafas nerviosa.

Sentía la intensa mirada de los ojos cafés, era inquietante.

- Ok, entonces vámonos - comento el castaño y tiro del brazo del otro.

Pronto los perdí de vista y retome el camino al hotel, ¿que me estaba pasando?.

Yuritzin PM

Nos Pertenecemos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora