XV

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SCARLETT

Durante las dos últimas semanas que no vi a Matt, aunque sentí que alguien me observaba de entre las sombras. Estaba más triste que nunca a pesar que solo quedaba un mes y medio para la finalización de las clases, pero toda mi tristeza se debía a echarlo en falta.

Desde el accidente no sabía que hubiera felicidad para mi, pero luego conocí a Matt y después me di cuenta de que esa felicidad no iba a durar mucho.

Como gracias a mis tratamientos había mejorado mucho intente no recaer, tan solo fumaba algún que otro cigarrillo normal cuando Matt inundaba mi mente. Y este era uno de esos momentos.

Acaba de terminar un cigarrillo normal en el tejado pero cuando me disponía a sacar otro de la cajetilla, oí la puerta de mi cuarto abrirse.

Guarde la cajetilla y el cigarro sin haber sido encendido rápidamente en el bolsillo de mi chaqueta. Mi hermano salió a la terraza y se sentó a mi lado. Acto seguido empezó a mirar hacía el horizonte donde se divisaban el resto de tejados de las casas vecinas.

-hace dos semanas estaba viendo como recuperabas tu felicidad-empezó a decirme.-Pero ahora has vuelto a recaer en tristeza ¿Qué ha cambiado?-

Miro a los tejados de las otras casas de nuevo.

-la vida da muchas vueltas-le respondí mientras agarraba mis piernas con los brazos y suspiraba de una ridícula manera melancólica.

El me miro de nuevo, pero esta vez con esa sonrisa tan reconfortante de hermano mayor y por primera vez en mucho tiempo se acerco a mi y me abrazo. Al ser mucho más alto que yo sus brazos eran musculados y larguísimos con para atraparme en ellos. Me sentí segura y tranquila con mi hermanito.

-Todo va a ir a mejor-me susurro mientras me abrazaba con más fuerza.-confía en mi-

Sonreí mientras soltaba una pequeña lagrimita y me agarraba más a él.

-y ahora-empezó a decir separándose de mi y guitando la lagrima de mi mejilla con su pulgar- Vamos a divertirnos-

-¿Que?-

-Si, vas a venir conmigo a la fiesta en casa de Covey-me explico el- No quiero que te tires todo el día compadeciéndote por tus desdichas-

Y al igual que Matt siempre hacía conmigo, no acepto un no por respuesta.


[...]


Las luces y el alboroto que armaba la gente era demasiado escandaloso para mi. Así que estaba sentada y amargada a la vez en uno de los sofás junto a mi hermano y algunos de sus amigos. Me coloque bien el rojo vestido que tenía la espalda descubierta y era demasiado ajustado para mi gusto, no se ni porque me lo había puesto pero a pesar de mi horrible decisión, intente centrarme en la conversación de los chicos.

Pero esta fue interrumpida cuando Marcus Dumont entro en escena clavando en mi su mirada desafiante de superioridad, me odiaba, se notaba a kilómetros, a pesar de no haberle hecho nada a ese repulsivo ser, este me odiaba.

Llevaba una camisa blanca desabotonada por la cuál se veía su trabajado cuerpo, unos pantalones de traje azul marinos, el pelo negro azabache peinado hacia atrás del cuál solo se escapaba un mechón rebelde y un montón de anillos de hombre dorados en los dedos de las manos. Parecía que acabara de llegar del infierno pero a la vez fuera un arcángel oscuro. A su lado un Matt desconcertado al verme, con el cabello castaño liso revuelto con siempre, una ajustada camisa negra que le marcaba su increíble cuerpo y unos jeans oscuros también ajustados. Sus ojos fijos en mi pero yo miraba al tercer chico. Ese debía ser su hermano mayor Alessander, este era de la misma altura que los otros dos, con ojos de un azul celeste que en la oscuridad se veían grises,tenía el pelo castaño claro con reflejos rubios también peinado hacía atrás pero con aire elegante, llevaba un traje con chaqueta azul clarito que le sentaba como un guante, un montón de tatuajes adornaban su cuerpo pero no se veían del todo bien y parecía un millonario empresario.

¿De que están hechas las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora