XXX

26 3 0
                                    

SCARLETT

Je t'aime Nain, habían sido las palabras de Matt anoche cuando nos entregó, a ambos la biblioteca, nuestra biblioteca.

A pesar de haber aceptado el regalo, aún sentía que me aprovechaba de él, de su dinero. Aunque el me había dicho que eso no era así, no era capaz de omitir aquel hecho.

Llevaba dándole vueltas a el tema desde que esta mañana, mientras había seguido recorriendo con Matt ( ya oficialmente mi novio) la ciudad ya que mañana para mi tristeza nos volvíamos a New York.

Y ahora, tumbada en la cama del hotel, recién comida y sin Matt, quien estaba haciendo yo que se que con Aless, daba vueltas a todo como una loca.

En eso estaba hasta que alguien llamó a la puerta.

3 golpes.

-Scarlett soy Marc, ¿Puedo pasar?-me pidió la voz de fuera, en el pasillo.

Puse una mueca de extrañeza para cuando entreabrí la puerta.

-¿Para que quieres pasar, Marcus Belmont Dumont?- le pregunté usando su nombre lo cual me había dado cuenta de que  le jodia mucho.

-Enserio Scarlett Sallow, empezamos con esas...- comentó mirándome por la rejilla que había dejado abierta de la puerta.- Y eso que yo tan solo quería hablar-

-¿De que?- le pregunté sospechando de él.

-No se, contigo-me respondió.

Cerré la puerta en sus narices.

-¡Venga ya Scar!- exclamo al otro lado.-¿En serio te caigo tan mal?-

-Si, te odio a muerte- confesé cansada de sus niñerías.

-No te lo crees ni tú- me contradijo el.- Sabes que en el fondo y en el no tan fondo te atraigo-

Negué con la cabeza abriéndole la puerta con desgana y dejándole pasar a rabiar. Este entro vagamente y se tumbo en la cama con su vista recorriendo obviamente mi cuerpo.

Yo me senté junto a el pero lo más apartada posible, en aquel instante el fije la vista en su brazo derecho cuando me percate de las marcas de sus uñas y un poco de piel arrancada, ¿Se auto lesionaba?

-¿Te duele?-le pregunte con preocupación a pesar de que el había sido terrible conmigo desde que nos conocimos.

-Si-me respondió el con la boca pequeña dejando ver un poco de vergüenza en su rostro.

-¿Mucho?-pregunte con la aun repentina preocupación.

-Hay cosas que duelen más-me repondío el trazando con lo dedos su enorme herida que apenas había comenzado a cicatrizar.

-¿como que?- pregunte llena de curiosidad-¿Que duele más que una autolesión?-

-Enamorarse y no ser correspondido-soltó el sin apartar ni un solo segundo sus pupilas de las mías.

Yo le sostuve la mirada ¿De quien se habría enamorado?¿De verdad que los mujeriegos se enamoran?

Tenía tantas preguntas y tantas dudas sin resolver.

¿De que están hechas las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora