XII

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SCARLETT

El reflejo de luz sobre la pared del cuarto consiguió que se me abrieran lentamente los ojos, parpadeé dos veces para recordar a donde fui anoche.

La casa de Nathan.

Los recuerdos de ayer por la noche estaban muy distorsionados y borrosos para mi memoria, solo recordaba algunos momentos como la discusión con Marc, una extraña conversación con Matt ( de la cual no me acordaba ni de la mitad) y el haber llegado a la fiesta en el coche de Covey junto con Jace.

Apoye mi mano en mi abdomen mientras me mantenía aún tumbada, un poco mareada, y al bajar la vista hacia mi cuerpo me di cuenta de que ya no llevaba puesto mi vestido sino una camiseta negra de hombre que no ayudo mucho.

Me levante para incorporarme apoyada en el cabecero de la cama de matrimonio, e intente unir hechos y momentos pero no conseguía acordarme de nada.

Me debía haber duchado eso si, porque ya no tenia el cabello liso, sino ondulado, de la manera natural de mi cabello. El vestido estaba tirado en el suelo un poco húmedo lo cual significaba que había sido lavado y mi bolso...

El sonido de la puerta abriéndose interrumpió mis pensamientos. Matt entro con el cabello castaño totalmente despeinado y una camisa blanca que no recordaba que la llevara ayer. Sostenía en la mano dos cafés y en la otra una bolsa de papel con algo de comida.

-Buenos días Scar-me saludo.-¿Que tal has dormido?-

Se le notaba que hoy estaba de buen humor.

-Bien-le comente.-Aunque no recuerdo casi nada de lo ocurrido ayer por la noche, por cierto...-

El dejo los cafés y la bolsa en una de las mesillas de noche al lado de mi bolso. Y me miro sentándose en el borde de la gran cama.

-Te subí a esta habitación a que descansases, empezaste a delirar y después vomitaste- buscó de nuevo mis ojos con intención de decir algo más pero no dijo nada.

-No hicimos nada ¿no?-me pregunto agachando la cabeza.

-No-respondió tranquilamente.-Por raro que parezca dormí por primera vez con una chica en la cama sin hacer nada-

Me mire la camiseta.

-Esta camiseta es tuya ¿no?-le pregunté.-¿Sabes que no necesito tu ayuda?

-lo se-

Bufé y nos quedamos en silencio unos minutos hasta que el lo rompió.

-Deberías desayunar-me dijo y abrió la bolsa de papel para sacar una galleta de tamaño grande y entregármela.-Necesitas recuperar fuerzas-

Mientras que yo comía la gran galleta de pepitas de chocolate a mordisquitos sin rechistar, el empezó a pegarle pequeños sorbos a su café que se terminó en seguida.

Seguíamos en silencio para cuando me termine la galleta y el me ofreció el caliente café. Me lo bebí de dos sorbos y unos minutos más tarde me arrepentí ya que me había quemado la lengua.

-¿Que tienes pensado hacer hoy?- volvió a romper el silencio Matt.

-Nada-

¿De que están hechas las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora