¿De que están hechas las estrellas?

XXXI

SCARLETT

Aquella mañana salí a correr, me desperté temprano, cogí mis cascos de música y corrí por Long Island. Y ahora mismo me doy cuenta de que fue uno de los peores errores de mi vida.

[...]

La música, demasiado alta, tronaba en mis oídos, y en vez de estar corriendo ahora, trotaba hasta que sentí que alguien me colocaba una especie de saco en la cabeza. Me restí una y mil veces, e incluso intente huir de aquella persona que trataba de raptarme, pero fue inútil porque a pesar de los golpes que le metí en el espinilla este no me soltó, sino que me cargo a un vehículo(se que era un vehículo porque se comenzó a mover) y se me llevaron.

[...]

Desperté en un sótano.

Estaba completamente atada como en la pelis, las manos las piernas y un pañuelo en la boca para no poder pedir auxilio. Y ahí fue cuando lo conocí.

Entro en la sala aireado, llevaba un esmoquin y por alguna razón tenía un aire elegante, se acerco a mi colocándose bajo la luz que use para distinguir las fraccione de su cara. Tenía una pequeña cicatriz atravesando su ceja y su ojo, y el resto eran rasgos finos rematados con una nariz aguileña que era lo que más destacaba de su rostro. Sus ayudantes se quedaron cada uno a un lado de la puerta de salida detrás de él a modo de protección cargando dos armas.

El tercer secuaz me quito el pañuelo de la boca.

-Señorita Scarlett Sallow, es un placer poder presentarme ante vos-me saludo demasiado cordialmente para el hecho de haberme raptado.-Fue muy divertido aquella persecución-

Ostia, en ese momento un poco de luz llego a mi mente. Este era el que nos persiguió a Matt y a mí con su coche.

-¿Quien eres ya para que me queréis?-pregunté.

-Soy Kai, el jefe de la banda mafiosa POLTER-se presentó.-Y no te queremos a ti como tal, solo te necesitamos como rehén para tenerle a él-

A Matt.

-¿Para que le querréis?-le pregunte a Kai.

-Nos debe dinero, mucho dinero-me explico.-Y además de eso, tuvo el descaro de robarnos más-

DIOS MIO,¿Matt le debía dinero a una panda de Mafiosos?, genial.

-y no hay maneras más fáciles y menos violentas de solucionarlo- propuse a pesar de que sabía que aquello no colaría.-Usando abogados, por ejemplo-

Kai y sus secuaces se rieron de mi y negaron con la cabeza.

-Que inocente eres mujercita-me dijo Kai con aún una sonrisa en su rostro.-Que Joven e ilusa-

Le mire con cara de pocos amigos.

-¿Que pasa princesa?-me pregunto.-¿Te has cabreado? Tranquila, tu príncipe no tardara en venir a salvarte-

Ese hombre me estaba dando una rabia terrible que de haber estado desatada le hubiera pegado una ostia.

-Venga no llores-me dijo uno de sus secuaces.-Nada más Matteo se enterré vendrá como un rayo a salvarte...-

-y nosotros nos ocuparemos de él-completo la frase el otro secuaz levantando el arma que sostenía con las dos manos.

Pase de contestarles, sabía que era inútil y además ridículo discutir mani y pie atada con unos hombres que me doblaban la edad y sostenían armas en sus manos.

[...]

Al rato me dejaron sola de nuevo.

Me habían quitado el móvil, probablemente activado la localización para que fuera más fácil encontrarme y seguramente habrían amenazado a Matt para que viniese solo sin la poli. Yo me encontraba la mar de preocupada por el, y mi mente no dejaba de pensar de manera negativa pensamientos como "y si quizás ya ha venido y le han matado" o "y si quizás prefiere no venir a salvarme y salvar solo su vida".

Esos pensamientos eran insoportables, pero sola en un sótano oscuro que pertenecía a unos mafiosos, no me sentía capaz de pensar en positivo y de lo único que tenía ganas era de echarme a llorar como una cría de 2 años.

Aguante un par de horas distrayéndome con una rata que  que podía ver gracias a la pequeña raja de luz que se recibía de afuera del sótano, y aquella rata "tan entretenida" correteaba e intentaba escalar unas pequeñas cajas que había en aquel oscuro sótano. Luego tumbe tiempo para pararme a pensar en Matt y yo, en nosotros...

Y me di cuenta de que ambos somos satélites apunto de colisionar de un momento a otro y si colisionamos, arrasáramos con todo lo que tenemos por delante...

Finalmente, vencida por el sueño. Me quede dormida entre pensamientos y con una lagrima deslizándome desde el ojo.