MATTEO
A la mañana siguiente, nuestro primer día oficial en Paris de los cuatro que íbamos a estar; Me desperté abrazando el cálido cuerpo de Scar y al alzar la vista a la ventana me di cuenta de que si quiera habíamos echado las cortinas así que a a pesar de ser temprano, toda aquella luz solar que traspasaba por ellas me había despertado.
Solté a Scar a regañadientes, pero tan solo por la única razón de que quería sorprenderla con un desayuno en la cama, así que llame al servicio de habitaciones para que me trajeran sus mejores crepes con Nutella, azúcar glas y fresas, todo esto acompañado por un zumo de piña, su favorito.
Cuando llego todo me acerque cargándolo en una mano hacia la cama y con la mano libre la acaricie su castaño cabello que ahora con algo de luz solar reflejado en el podía percibir algunas mechas rubias.
-Nain, despierta- la llame si parar de acariciarla el cabello-Buenos días-
Ella entreabrió un poco los ojos y soltó un pequeño gemido de placer a modo de ronroneo como el de los gatos para trasmitirme que estaba a gusto.
-He pedido el desayuno para que te lo tomes en la cama-la comente mostrándola tal manjar que cargaba en la mano derecha.-Si no te levantas me lo tendré que comer yo que no he desayunado aún-
Realmente no tenía nada de hambre, por eso nunca desayunaba por las mañanas y rara vez cenaba.
-¡Crepes!-exclamó sentándose en la cama y apoyando la cabeza en los cojines a modo de respaldo, ya estaba espabilada, probablemente por el adictivo olor de los crepes recién hechos.
Se los coloque encima de las piernas y me tumbe a su lado. Ella a la vez que comía, usaba la mano izquierda(su mano libre)para acariciarme el pelo haciéndome cosquillas, me sentía como un rey.
-Gracias, Matt-me agradeció cuando se termino el zumo de piña de un sorbo.-Estaba todo increíble, además he podido desayunar con vistas a la torre Eiffel-
Mire por la ventana el soleado día, y como los rayos se reflejaban en el cristal y la torre Eiffel se veía tan cercana y lejana a la vez. Acto seguido no pude evitar soltar un gemido de placer al notar su mano profundizar en mi pelo.
-Con el día que hace deberíamos salir, aún me queda conocer la ciudad y mi guía me prometió anoche que me la mostraría con pelos y señales- comento bajando la cabeza para mirarme ya que yo tenía la cabeza sobre sus piernas.
-Deberíamos, pero antes hay algo que ayer dejamos pendiente por hacer...-la comente con una mirada picara mientras me ponía encima de ella.
Ella no lo dudo ni un segundo y me saco la camiseta de un tirón. Y así, rápidamente, nos fuimos despojando de las prendas con las que habíamos dormido hasta quedar desnudos al completo. Mi cuerpo encima del suyo mientras empezaba besándola el cuello, los pechos, el abdomen hasta llegar a su clítoris.
Mientras que yo la saboreaba, lamiendo y succionando, ella deslizo sus manos por mi abdomen hasta rozar mi miembro ya en plena erección causada por solo su tacto en mi piel. Los sostuvo con sus manos y empezó a realizar rápidos movimientos llenándome de placer mientras nuestros gemidos se entremezclaban, hasta nuestros latidos iban al mismo ritmo.
Finalmente me introduje con su ayuda dentro de ella, comenzando lento hasta ir cada vez incrementando la velocidad hasta llegar al tope, al clímax, cuando ambos cuerpos se separaron y cayeron derrotados uno al lado del otro con las manos entrelazadas.
Ese día no echamos un polvo, no.
Ese día hicimos el amor.
[...]
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¿De que están hechas las estrellas?
Roman d'amourPara Scarlett la vida ya no tiene sentido; pues tras perder a su mejor amiga y a su novio en un accidente, a caído en algo muy grave, las drogas. Esta adición que le oculta a su familia la está haciendo caer en un abismo difícil de escapar. Pero su...