SCARLETT
Caminando por la calle me encontraba en la tarde hasta que vi que a un chico vestido totalmente de negro bajar de su moto aparcada en la acera, y acto seguido los reconocí a ambos, tanto a su moto como a el.
-¿Que quieres ahora Matt?- le pregunte cuando se acerco aún con el casco puesto.- No tengo tiempo para tonterías-
-Quiero que me acompañes, quiero mostrarte mi vida-me soltó.- Quiero que me conozcas, como me pediste-
Realmente no esperaba aquello.
-Matt... no se si-
-Por favor-me suplico.
Pare a pensar si esto era buena idea. No lo era, en cambio tampoco es que tuviese nada mejor que hacer.
-de acuerdo, vamos-
Nos acercamos a su moto, me dio un casco que acto seguido me puse y nos subimos alejándonos en dirección a la autopista.
Condujo por las calles y paso por el puente que unía Brooklyn con Long island el conocido como el puente de Manhattan, y enseguida recordé lo bien que se sentía ir con el en moto a pesar de haber subido tan pocas veces. Era definitivamente increíble la manera en la que el cabello que me sobre salía del casco se movía al compás del viento, la adrenalina de cuando aceleraba, el placer de botar cuando pasábamos por baches y el hecho de aferrase a el.
[...]
Casi me desmayo al averiguar que Matt no mentía al respecto de que sus padres eran Multimillonarios, porque aquel piso que le habían comprado a el y a sus hermanos para librarse de ellos en estados unidos, se encontraba nada más y nada menos en el refugio de los multimillonarios de Nueva York, la West 57th Street.
Su modesto pisito refugiado en un rascacielos totalmente lleno de grandes ventanales cristalinos era igual de impresionante por dentro. Tenía un gran salón y este compartía espacio con una abierta cocina, 4 dormitorios en la planta de arriba, 5 baños y un despacho que estaba sin utilizar que no me mostro.
Todo esto me conto Matt mientras subíamos a la última planta en el ascensor del rascacielos hasta aquel apartamento, si es que se puede considerar solo eso.
Al fin el ascensor paro en la última planta y Matt rebusco en los bolsillos de sus jeans ajustados azul oscuros una tarjeta, la puso en la cerradura de la puerta negra, esta se desbloqueó y Matt abrió la puerta.
-Normal, son ricos, tiene que ser una puerta moderna- pensé.
Un amplio salón el cual sería como mínimo del tamaño de mi casa apareció a mi vista, tenía 3 sofás rodeando un gran televisor en el lado derecho, una cocina con una gran isla en el lado izquierdo, una gran lámpara en el centro de la lujosa sala, unas escaleras modernas y lo más impactante, unos enormes ventanales desde donde se divisaba la gran ciudad de Nueva York, rascacielos, edificios, nubes y el gran esplendido cielo azul. Daba un vértigo tremendo.
-Es ridícula ¿no?-me preguntó Matt a mi lado ambos aún en la puerta del apartamento .- Tanto espacio solo para tres...-
Yo aún seguía en shock sin contestar hasta que unas voces llamaron mi atención.
-Matteo-saludó un hombre con un traje negro muy elegante y a su lado una mujer pelinegra en uniforme igual de elegante.-¿Necesitan usted o su invitada algo?-
-No gracias Teodoro, yo me ocupo, ya sabes-le comentó Matt.-Podéis iros-
El señor de cabellos pelirrojos trajeados desapareció por la puerta pero la pelinegra aún seguía frente a nosotros.
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¿De que están hechas las estrellas?
RomansaPara Scarlett la vida ya no tiene sentido; pues tras perder a su mejor amiga y a su novio en un accidente, a caído en algo muy grave, las drogas. Esta adición que le oculta a su familia la está haciendo caer en un abismo difícil de escapar. Pero su...