XXVII

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MATTEO

Hacía ya una hora que la fiesta de Scar había comenzado.

Cé se había ido con unos amigos para llegar pronto y poder ayudar a Scar con el recibimiento del resto de invitados, que como yo bien sabía aquello era muy difícil para ella por el mero hecho de que lo pasaba muy mal al tener que entablar una conversación con gente que llevaba años sin ver.

Mientras tanto, Aless y yo, ya listos, esperábamos en el salón a que Marc se terminara de preparar para podernos irnos de una vez por todas; al principio mis hermanos no iban a asistir, pero el otro día recibieron una carta de parte de Scar,( cosa que me sorprendió muchísimo ya que Scar me dijo un día que Marc le caía de culo), cada uno siendo invitados a la fiesta, y ellos, que no eran capaces de rechazar una fiesta por nada del mundo, aceptaron. Pues en esas estábamos, esperando, ya desesperados a que Marc terminara de prepararse...

-Joder Marc, ¿Cuánto te queda?-grité harto ya de su tardanza.-Vamos a llegar tardísimo-

Silencio.

Marc no dio respuesta alguna, a pesar de que sabía perfectamente que me había oído.

-¡MARC!-volví a gritar cada vez más malhumorado.-¡MARCUS DIDIER DUMONT! Respóndeme ostia-

Pero a pesar de el grito que acababa de pegar el siguió pasando de mi.

-Déjalo, Matt-me pidió Aless, que como siempre sostenía una cerveza en la mano.-Deberíamos irnos sin el-

Asentí. Estaba ya cansando de esperar y parecía que esto iba para largo. Así que me levante del sofá y rebusque en uno de los cajones del mueble de la entrada en busca de las llaves de mi coche. Y cuando las tuve en mano, me digne a avisar a Marc de que nos íbamos sin él; pero no hizo falta ya que el al fin había hecho acto de presencia en la sala.

-¡¿Una hora para que te pongas eso?!-le pregunte sorprendido de que hubiera tardado tanto en ponerse/ elegir aquella beisbolera marrón, acompañada de una camisa blanca, unos jeans anchos y unas jordan rojas.

El se encogió de hombros pasando de mi pregunta y se dispuso a salir por la puerta; pero cuando paso por mi lado casi me atraganto con su intenso olor de perfume caro de hombre.

-¿Te has echado el perfume de Calvin Klein que te regalo papa?-le pregunte medio tosiendo ya que el intenso olor del perfume inundaba toda la sala.-Es que hueles que apestas-

Marc me miro con una expresión un poco cabreada.

-Tiene razón tío, te has pasado-me apoyo Aless quién acababa de tirar su vacía cerveza a la basura.

Marc apretó los puños pero en vez de saltar y ponerse a la defensiva como siempre, me quito las llaves del coche de la mano y salió por la puerta en dirección al ascensor.

[...]

Cuando llegamos a la fiesta, está ya estaba repleta de gente y muy empezada.

Al estar la madre de Scar a cargo de ella, los menores no podía beber alcohol, cosa que me incluía a mi y a mis hermanos excepto a Aless, quien ya había cumplido los 21. Pero eso no quitaba, que fácilmente, todos aquellos adolescentes se hubieran hecho con la forma de colarlo, ya que en la entrada pude reconocer a algunos del insti potando en unos arbustos del vecino.

Entre por la puerta trasera como siempre, el caso es que esta vez, esta estaba abierta y disponible para todos los invitados. Al pasar por ella pude observar lo decorado que habían dejado el Jardín, se veía más grande con aquella pista de baile y mesa de DJ en todo el centro de él, la mesa de aperitivos a la derecha y el photocall a la izquierda junto a una maquina de palomitas. También había guirnaldas plateadas y doradas por todas partes y un enrome cartel en el que estaba escrito: FELICIDADES SCARLETT, TE QUEREMOS en unas letras enormes y doradas con abajo dos globos también dorados en forma de 17,

¿De que están hechas las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora