XXVIII

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SCARLETT

La semana se esfumo como el viento;en un abrir y cerrar de ojos, ya era domingo por la tarde y estaba terminado de meter algunas cosas que me faltaban en la maleta.

Jace, se había ofrecido a ayudarme a pesar de que no necesitaba ayuda, pero por pasar más tiempo con mi hermano, accedí su ofrecimiento.

-¿Deberás te vas a llevar la almohada de casa?- me preguntó cuando vio que había metido mi almohada dentro de una bolsa en la maleta.- Sabes que allí en el hotel van a haber almohadas ¿no?-

Asentí con la cabeza pero no saqué mi almohada de la maleta.

-Obviamente se que hay, pero me gusta viajar con la mía propia- admití.- Me siento más a gusto con ella, es una manía mia-

Mi hermano puso una expresión que probablemente era: de tu estás como una cabra y lo sabes, pero no dijo nada más sobre el tema.

Metimos las últimas cosas que faltaban, tardando un poquito más de lo que predecía porque mi hermano es tan tonto que me perdía las cosas así que teníamos que gastar un montón de tiempo buscándolas. Pero a pesar de eso, tuvimos un buen rato de hermanos, algo que echaba mucho de menos últimamente.

[...]

A la mañana siguiente, tenía los nervios a flor de piel cuando me dispuse a despedirme de mis padres y mi hermano quienes no podían acompañarme al aeropuerto por culpa de los trabajos y las clases.
Nos despedimos entre abrazos familiares y mogollón de besos por parte de mi madre quien no paraba de sollozar como si me fuera a ir para toda la vida.

-¡Recuerda llamarme todos los días!- exclamo mientras entraba en el coche de Aless quien junto a sus hermanos me esperaba dentro(hacía un rato que ya habíamos cargado mi equipaje en el maletero).-¡Y no bebas ni fumes!¡ni estés fuera pasadas las 12 porque las calles pueden ser peligrosas a esas horas!¡y...!- mi padre la corto para que me dejara al fin irme.

Abrí la puerta del lado derecho de la parte de atrás del coche, y me dispuse a meterme dentro junto con Céli y Matt.

-¡Que tengas un buen viaje hermanita!- exclamo mi hermano cuando cerré la puerta y el coche comenzó a arrancar alejándose de mi casa.

-¡ADIÓS!- grité bajando la ventanilla para despedirme de todos.-¡OS QUIERO!-

Mi madre gritó nosotros también lo suficientemente alto como para haber llamado la atención de todo el vecindario.

Acto seguido de terminar de despedirme con la mano por la ventanilla, el coche doblo una esquina y ellos desaparecieron de mi vista, así que subí la ventanilla y me reacomode en el asiento inhalando aire fuertemente.

[...]
Al llegar al aeropuerto ( el A.international Jonh  F.Kennedy AirPort), me sentía aún más nerviosa que antes; iba a ser mi primera vez volando, y además saliendo fuera del país, a nada más y nada menos que a la ciudad con la que llevaba fantaseando en ir desde que era solo una niña.

Mi sensación era de nervios pero a la vez me sentía eufórica, así que como cualquier persona en mi lugar, sentía aquellas mariposas en el estómago que me hacía sentir intranquila pero histérica por aventurarme y salir de lo ordinario y de esa vida cotidiana que ya se me había hecho aburrida.

¿De que están hechas las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora