TEXTO 100

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Cariño mío, no sé si aún me sigas queriendo.

Si lo sigues haciendo olvida entonces esas emociones.

A mi me llenaste de inseguridad tras la ruptura.

Y ya no tengo ganas de entregar mi tiempo una vez más.

Entregar mi cariño ya no me hace ilusión.

Y si no voy a darlo todo ¿Para qué a medias?.

Si a cuestas y pasos tímidos estoy recuperándome.

Y no lograré ver un futuro mejor si aún sigo pensándote.

Eres buena persona pero fuiste de mis peores acompañantes.

Critico tu estadía a pesar de lo mucho que me enamoraste.

Mi diatriba hacia ti no es más que lo que llevo guardado.

A pesar de haber perdido la llave, mi rencor daño las cadenas junto al candado.

Pensé ser un ser que en su haber no portaba maldad.

Supe suprimirla bien, creyendo que no era parte de mi personalidad.

Supiste sacarla a la luz.

Luego de sentir libertinaje esa emoción al rincón ya no quiso regresar.

Con la salida de este no quiso volver mi seguridad.

No se fue sólo, se llevó mi fe y mi paz.

Dijeron irse por razones que ahora no me dirán.

Lo hicieron, todo por el bien de reforzar mi estabilidad.

Si viene alguien ahora solo su compañía sabré apreciar.

Mirar, palpar, besar y nada más.

Antes anhelaba juntarnos, ahora solo quiero oír tus alaridos que son un auditivo manjar.

Tú transpirar y el mío en lo que a mí respecta es lo único que se unirá. 

Lo sé por experiencia.

Jugar a tomar a mis sentimientos como rehén.

No es más que una facha para tapar la tristeza.

Es una fachada que poco a poco voy a esclarecer.

Sobre la marcha sabré apreciar emociones que me faltan tener.

Esas que recordarás y harán erizar tu piel.

Uno siempre sentirá orgullo de en la relación ser fiel.

Recuerda que la fidelidad no es hilo ni aguja para a una abertura poder coser.

No hay más que pueda hacer por ahora.

En el ahora la confianza es preludio para la traición.

Mejor calmo mi miedo despojando tu ropa.

Y derretiré este miedo efervescenciendo mi interior.

Afuera di tus inquietudes y tus deseos los realizas conmigo dentro.

Si no soy perdonado en mí no hay cabida para el lamento.

Vi la naturaleza humana mientras cometimos actos severos.

No entiendo tu habla, solo comprendo tus movimientos.

Podré perder las emociones pero nunca el razonamiento.

Mi alma está compuesta por instinto y razón.

La razón para entender las consecuencias de mis decisiones.

El instinto para discernir entre ellas y encontrar soluciones.

Hay más cabida en mí para los pensamientos.

El motor de mi cuerpo a ellos espacio cedió.
 

Para controlar mis pasos su cargo dejó.

Ahora están mis ganas antes que mis sentimientos.

En mí no encontrarás ápice de arrepentimiento.

Siento más vida ahora que no me preocupo tanto por los restos.

El resto tampoco se preocupó en su momento por mi vida.

Así que los resultados de mi vida serán más que algo menos.

No piensen que me he vuelto infame.

Sólo entendí que no pueden tratarme como si fuese nadie.

Tú eres nadie a ojos de desconocidos.

Entre la luz del mundo solo somos oscuros o un tenue brillo.

Keiv.

Escritos personales Donde viven las historias. Descúbrelo ahora