TEXTO 103

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Si bien me detengo a pensar.

Sea lo mucho o sea lo poco por lo que he tenido que pasar.

Sin siquiera llegar a un cuarto de mi limitada humanidad.

Nunca tendré respuestas para todas las cosas que no me dejo de preguntar.

¿Qué quiero en suma importancia?.

¿Compañía? No, es tan breve.

¿Cosas materiales? No, tan reemplazables.

¿Estabilidad completa? Bah, se ve tan inalcanzable.

Las manchas de la gente quisiera borrarlas.

De la gente que pasó por mí.

Que se encargaron de nunca ser olvidadas.

Ni siquiera dando mi vida para que fuera así.

Me atemoriza mi futuro incierto.

O que lo que vea tan claro y no lo acepte también me causa miedo.

Es que no me veo cumpliendo mis anhelos.

O quizás sí, y lo que cumplo no me deja satisfecho.

Un hambre tan voraz, ¿Por qué estoy tan famélico?.

¿Por qué mi cuerpo está tan agotado cuando me siento tan enérgico?.

Tan solo una mano que me sostenga, no exijo un séquito.

Esas manos en las alturas me dejaron a los pies del vértigo.

Que Cruz tan rígida, infame ironía.

Me complazco con el amor y esto me hace morir de agonía.

Para oídos perturbados una inigualable sinfonía.

Pero nunca decidí ser canto de sirena para una felicidad que no es la mía.

Debo condensar mis penas para tener atisbo de inspiración.

Hacerlo contra mi voluntad, abrir las fisuras de mi corazón.

Solo para ti, que lees y llegas a sentir mi antiguo dolor.

Es para darte aliento cuando sufras, cuando tu mundo se parta en dos.

Existen formas de volver a ver el camino.

Hay atajos, hay laberintos.

Hay caídas libres, hay una meta.

Decide por ti, siempre estaré contigo.

No desistas cuando sientas que te rompes.

No dejes que cualquiera tu sonrisa borre.

Toma mis brazos, si quieres de la tristeza en un abrazo mío te escondes.

Sí tienes miedo al salir el sol, te acompañaré hasta la siguiente noche.

Sí, no dudes de mi afecto.

Que nuestra unión es más que tú leyendo mis pensamientos.

Es de mí, confesando el detonante de mis desvelos.

Para que tengas una idea de calmar esa incertidumbre que sé que sientes dentro.

No te protejo a capa y espada, es a líneas y lapicero.

No tuve protección alguna, y quiero ser tu manto, el que para mí no fueron.

Soy más yo aquí que otro lugar, las palabras son mis mejores dotes.

Por ahora no en el mundo, pero en estos versos está mi nombre.

Keiv.

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