TEXTO 63

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Te deseo más de lo que te pide mi cuerpo, te tengo más vívida en mi mente que antiguos y dolorosos recuerdos, te siento presente aunque tu ausencia física diga lo contrario, te quiero tanto y entre tanto tú te esfuerzas por seguirme fascinando.

Estuve en un bucle que no se detenía, que no cesaba, solo seguía y seguía, donde estaba en estado neutral, donde reír y llorar era algo tan simple y normal, quizás hasta una rutina diaria, ya que no tenía ese cambio en mi vida tan radical, que tú le diste sin si quiera avisar.

Sostener tu mano ya es como un privilegio, esperaría tanto por ti como un aficionado del alcoholismo un ron añejo, ya que ambos serían una manera bonita de hacer que valga la pena perder el tiempo, y cuando lo hago nunca siento que pierdo, siento que gano todo, ya que en tu corazón estoy primero.

Lo que pasó fue como vivir, morir, y resucitar, mi corazón estuvo, se fue y logré que volviera, pero tú fuiste quien de nuevo le enseñó a amar, esto es algo mágico para mí, ya que desde que comenzó, aunque llegue a terminar, para mí no tendrá un final.

Si ya no tengo tus besos, los volvería a tener en mis sueños, si ya no siento tus abrazos, los recordaré tan cálidos como el primero, si ya no duermo debido a que no acaricias mi pelo, entonces iré a dormir teniéndote presente en mis recuerdos.

Formas parte de mi historia, aunque te vayas en algún momento, seguirás retumbando en los rincones de mi memoria, el que calla otorga, pero yo solo hago silencio por que me gusta oírte hablar por horas y horas, no sé que le hiciste a mi sistema, pero cuando siento tu toque en mi piel no hay nada que no se arregle, ya no tengo ningún problema.

En vez de sumarme en poco tiempo la felicidad me duplicaste, como si hacerlo fuera lo que planteaste, mi corazón no pudo con tanto en un instante, parece que aún me toca aprender y lo haré amándote, quedándome, y diciéndote que eres mi logró más grande.

La neblina en mi vista se disipó, pude caminar a ciegas con solo escuchar tu voz, y no me detenía de caminar, pues confiaba en que no me dejarías caer, decidir entrar de manera peculiar es lo mejor que pude hacer.

Sentimientos nuevos mezclados con deseos intensos, pensamientos más allá que terminaban encendiendo el momento, uno que otro recuerdo amargo seguido de hacia ti mi entendimiento, completado totalmente con un "Te amo" sincero, después de eso miraba al techo y me preguntaba si no soñaba, me decía a mi mismo si todo era real, y cuando me hablabas al oído semi dormida mi felicidad sola se vino a confirmar.

Keiv.

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