TEXTO 36

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¿Es normal que en tus peores fachas me sigas pareciendo tan bella? Que tus cansados ojos brillen como las estrellas, que tu despeinado cabello se vea hermoso ondeando con la brisa, y que para mí nada se compara con tu sonrisa.

¿Es normal sentirme atraído a una personalidad que a mí es muy distinta? Polos opuestos se atraen, no hay duda de esa dicha, a mi entorno le diste una brillante vista, que me otorga las ganas de ir en tu conquista.

¿Es normal que te mire y no quiera mirar a nadie más? En sitios de oscuridad con tu presencia alumbras cada lugar, haciendome querer recorrer tu piel para enumerar cada lunar.

¿Es normal que reconstruyeras con tu llegada a mi vida mi roto corazón? En momentos de querer morir de vivir me diste una razón, es de darte a ti la satisfacción de una vida feliz y que ambos a los problemas le demos solución.

¿Es normal que brindes inspiración para a letras como estas darle sentimiento? Para que cuando sean leídas queden en cualquier pensamiento, concediendo a aquellos la fuerza a decir un verdadero "te quiero" sabiendo el exacto significado que es pronunciar aquello, a ser sincero y a dejar atrás el miedo.

Como la fuerza que me concedes, la seguridad que me das, matas mis miedos, a mi alma le brindas absoluta paz, ¿Es normal que una persona te pueda brindar esa cualidad? No sé qué hacer ni qué pensar, solo quiero que no te vayas jamás.

Aunque no es justo que con algo que sea sobre ti a mi sistema lo descoloques, que me derrumbe en el momento en el que siento tu suave toque, sabiendo que quizás con tantas ilusiones que me hago tenga un choque, y me rompa en varíos fragmentos de dolidas emociones, una casa no se construye sin bloques, y yo no puedo ser yo mismo si ya no siento tu roce.

Quizás con esta pieza digan que estoy enamorado, pero ¿Quien dice que para poemas así debo estarlo? No todo lo que escribo viene de lo actual, la mayoría es de mi pasado, en el momento que yo era feliz cuando tenía el motivo para estarlo a mi lado. Gracias a esos sentimientos encontrados pude experimentar cada uno de esos fuertes golpes, que vienen y se van tan rápido como un jinete con su caballo al galope, que en cierto modo me llegué a sentir un dolido y un torpe, que después de los tropiezos todo para mí es un completo desorden.

Ahora hay una brecha en mi antes y después, despojos de mi mirada frágil que quedó en el ayer que ahora será un poco más rigurosa en la forma de ver, me perdí varias veces y lo volveré a hacer pero en momentos de agobio siempre encuentro a mi verdadero ser.

Lo que sentía en esos días lo sentía como esotérico, era tétrico la manera en como ante los nervios me fallaba el cuerpo, aún me pasa igual, pero de todo quiero y debo dudar, para como en viejos tiempos pueda encontrar mi lugar.

Es díficil querer de nuevo sabiendo la manera en como en tu contra se vuelven hasta los sentidos, como se nubla el juicio, como a lo que era mi alegría fui adicto, lo que era una cura terminaba siendo corrosivo, como un chico apenas cuerdo y ansioso por un cigarrillo; como el humo de éste que se elevaba y se perdía con el viento, yo dejé que mis problemas y la causa de mis delirios se curaran con el tiempo, ese es mi vicio, dejar que todo se resuelva solo en el camino, porque siempre que terminaba con lo que era todo para mí, acaba siempre perdido.

Un augurio de alegría me atribuias, pero no quería sentir más de lo que quería, por que las mentiras no las soportaría, aún no estoy repuesto, algo fuerte me destruiría a pesar de que digas que siempre me cuidarias, me siento en una cuerda floja viendo si caeré o que tú siempre me sostendrías, no sé qué hacer, en este momento soy dos partes divididas.

Keiv.

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