29. La estrella quebrada (Parte III)

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Cuando Nathalie regresó al laboratorio se encontró con que Plagg estaba entretenido con las narices enterradas en uno de los libros que  ellos mismos habían enumerado para para ser traducidos.

— ¿Qué le parecieron las flores a Caline?

—Reaccionó exactamente igual que Tikki.

—Sí, son tal para cual.

Nathalie asintió al tiempo que Plagg volvía a la lectura, por lo que la muchacha se caló una de las albas batas de laboratorio y se puso a trabajar en otras de las pócimas que le había pedido Caline.

—Dime Plagg... ¿te gusta estar aquí?

— Claro, me gusta mucho la magia.

—No me refiero a eso. ¿Te gusta este reino?

Él la miró con sus ojillos verdes bien abiertos y casi titubeó cuando dijo:

—Por supuesto. ¿Por qué me preguntas eso?

—No es nada.

—Si lo dices por algo es. ¿Por qué?

—Bueno... he visto cómo te trata la gente del castillo. Sé que a Caline y a los demás niños no les importa pero la verdad es que eres diferente.

—Eso no me importa.

— ¿Es verdad que eres tan desinteresado? ¿O solo estás fingiendo?

—No. Y si fuera cierto, no tendría que decírtelo a ti.

—No seas hostil. Yo te comprendo. Huí de mi reino porque allí era casi tan repudiada como tu aquí.

—Pues escogiste un mal lugar.

—Para nada. Este es solo el primer paso de mi viaje.

Por un momento, él estuvo intrigado. Nathalie lo supo pues Plagg era aún un niño por más que tanto él como Tikki se esforzaran en aparentar madurez, aún eran pequeños que no podían ganarle a la experiencia de alguien que había vivido tantas cosas como Nathalie. Plagg se inclinó levemente sobre su libro y la miró.

— ¿Te irás de viaje?

—De hecho, ya estoy en él. Esta es solo una parada.

— ¿Y cuánto tiempo te quedarás?

—Lo suficiente.

— ¿Para qué?

—Necesito magia para mi siguiente paso, así que tengo que aprenderla y este es el único lugar donde puedo hacerlo. Acaso... ¿te interesa venir conmigo?

—No puedo irme de aquí, yo...

— ¿Crees que no puedes abandonar a tu "familia"? No seas bobo, la gente como tú y yo no tiene ese tipo de lazos.

—Pero Tikki...

—Eres bastante sabio como para estar consciente de que ninguno de ellos te considera su familia. Caline y Tikki son demasiado parecidas. Las dos creen que pueden compensarte por lo que les hicieron a ti y a tu madre en el pasado. Te equivocas si crees que te aman. Para ellos no eres más que una mascota a la que le deben afecto.

Los Reinos Celestiales (Miraculous)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora