—No creí que volveríamos a encontrarnos tan pronto. —Habló Tikki. Plagg tenía el corazón tan encogido que casi se echa a llorar. Atravesó la pequeña cocina del servicio de una sola zancada y la abrazó con tanta fuerza que si se hubiese tratado de otra persona, la habría resquebrajado como una vasija de cristal.
—Tikki... —pronunció el muchacho en voz baja, como si aún no creyera que realmente era ella quien estaba frente a él. La chica le regaló aquella sonrisa que suya que reflejaba la amabilidad y serenidad que la caracterizaba—. ¿Qué estás haciendo aquí?
—No podemos hablar libremente en este lugar. Acompáñame, por favor.
Cuando por fin estuvieron en un lugar más privado, Plagg volvió a plantear su pregunta.
— ¿Qué haces tan lejos de tu casa?
— ¿No es obvio?
— ¿"Ella" te permitió salir del reino?
—No estuvo realmente de acuerdo, pero tuvo un sueño.
— ¿Un sueño?
—Con nosotros dos.
Plagg negó, levantándose. Caminó de un lado a otro, y volvió a mirarla.
—No podemos, Tikki. No puedo regresar nunca más. Tú sabes lo que pasó, si volvemos... si volvemos a estar juntos...
—Oye, oye... tranquilo. —Ella también se levantó y tomó el rostro del chico entre sus manos. Sus ojos verdes se mostraban ansiosos y asustados. Tikki lo sabía, ella también sentía lo mismo. Le volvió a sonreír para tranquilizarlo. Al fin y al cabo, a pesar de todo el tiempo que llevaban separados, nada había cambiado—. Recuerda que el futuro...
—No está tallado en piedra, sí. Lo sé. —completó Plagg. Aquella frase era muy común en los sermones que ambos solían escuchar en su tiempo.
—Podemos cambiarlo, Plagg. Los dos juntos.
—Tal vez podamos cambiar el futuro, Tikki. Pero no podemos hacer nada para arreglar el pasado, mis errores no podrán ser reparados. Jamás. —él se volvió a alejar de ella, negando con melancolía. Tikki se contagió un poco con la negatividad de su compañero, pero no permitió que la sonrisa en sus labios muriera.
—Entonces... ¿no quieres saber de qué se trata mi misión; la razón por la que estoy aquí ahora?
Plagg regresó a mirarla, asintiendo ligeramente. Le daba miedo, pero debía saberlo.
***
Era muy temprano en la mañana cuando Kim entró a la habitación del príncipe. Luka estaba sentado en la ventana, apenas caía el primer rayo de sol y ya estaba enfundado en uno de aquellos elegantes trajes de finas telas, y bordados de exquisita plata del que su amigo y también guardia se solía mofar.
—Así que aquí estabas, princesa. —Le soltó dejándose caer en el cómodo sillón de plumas a un lado de la habitación donde una mesa ofrecía diferentes tipos de frutas y dulces. Kim agarró un plátano amarillo y se lo zampó de un par de bocados.
—Buenos días, Kim. —le dijo Luka, distraído.
—Ajá, el muchacho se metió un par de uvas a la boca y volvió a hablar, con la boca llena —. ¿Qué ef efo que le pedifte a Iván que haga pog ti?
—Por el cielo, Kim. No entiendo cuando hablas con la boca llena.
El muchacho, para nada delicado, se sirvió una copa del típico vino azul del reino de la Luna, y bebió profundamente para luego carraspear.
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Los Reinos Celestiales (Miraculous)
FanfictionMarién, un misterioso caballero del reino del Sol, se verá envuelto en un asunto de la realeza que lo llevará a una aventura en la que su verdadera identidad podría estar comprometida. . . . . Los personajes de Miraculous Ladybug son propiedad de Th...