XXXVIII Enemigos pt.2

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'Muévete o muere' 

La amenaza no era solo eso, sino un movimiento increíblemente cruel y eficiente. Solo un par de segundos fueron suficientes para que ambos hermanos vieran el alcance de la misma.

Si el líder Jiang disparaba, el proyectil pasaría entre ellos y en efecto mataría a la mujer detrás suyo... pero en su trayectoria rasgaría parte del cuello de Lan XiChen, justo donde la arteria latía por debajo de la delgada piel.

Romper la flecha, como Lan WangJi hizo con la anterior, tampoco era una opción. Cuando aumentó la distancia entre ellos, también aumentaba la fuerza con que la flecha saldría disparada, así que al romperla, los trozos de madera y la punta de acero seguirían moviéndose en distintas direcciones con una velocidad que podría resultar mortal. 

Con ambos hermanos tan cerca el uno del otro, no importaba si era Lan WangJi quien la cortaba o si lo hacía Yun LanHuan, estando de frente a la trayectoria de la misma, el más perjudicado, al final, sería Lan WangJi. Este ya no era un mundo con cultivo, sus movimientos ya no tenían la misma fuerza o precisión aún si habían entrenado sus cuerpos hasta afilar cada habilidad posible. Ellos ya no eran cultivadores.

El segundo jade endureció su mandíbula.

Si Lan WangJi detenía la flecha o si lo hacía su hermano, de igual forma ambos resultarían heridos.

Si ninguno lo hacía, tanto su hermano como la mujer morirían antes de que Lan WangJi pudiera evitarlo.

Si ambos se alejaban, saldrían ilesos pero la mujer moriría, arruinando por completo todo el esfuerzo puesto en salvarla.

Pedirle a su hermano que se retirara tampoco era posible. Lan XiChen jamás se pondría a salvo si era a costa del bienestar de su hermano... y el erudito debía saberlo. De otro modo, no habría proferido tal amenaza.  

Era una situación apremiante con una única salida.

--- No.

Lan WangJi se puso rígido cuando la firme orden de su hermano le detuvo. Había estado a nada de atacar al líder Jiang.

--- Hermano...

--- WangJi, me has dado tu palabra.

--- No hay otra opción.

Después de una corta pausa, Lan WangJi escuchó un profundo suspiro, como si su hermano buscara las palabras para explicarse y fallara completamente.

--- Y aún así te pido que te detengas.

--- Su amenaza fue clara, desea matarla a ella o a nosotros.

El emperador desvió la mirada solo por un segundo, la tristeza en sus ojos oculta por las sombras nocturnas, antes de que su mirada volviera a alzarse con afilada decisión.

La facilidad con que el líder Jiang estaba amenazando su vida hacía que su sangre corriera helada, pero verlo tan dispuesto a atacarlos era solo el reflejo de algo más, algo que el líder Jiang parecía decidido a ocultar incluso de sí mismo. Y era por esa misma razón que detuvo a su hermano.

--- No hay duda en sus manos, te doy la razón en eso --- Yun LanHuan puso la mano sobre el hombro del otro, tratando en vano de calmarlo --- pero sabíamos que esto no sería fácil. Por favor, WangJi, confía en que sé lo que estoy haciendo.

Un largo silencio de rechazo.

Pero al final, Lan WangJi volvió a envainar su espada.

Podía no estar de acuerdo, pero le estaba permitiendo tomar las decisiones. Así que una vez estuvo seguro que su hermano lo escuchó, salió de detrás suyo.

Renacimiento del loto blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora