Capítulo 2

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Bienvenida, señorita Beckham

Anastasia

Me ajusto el blazer negro frente al espejo de cuerpo completo y tomo una gran bocanada de aire antes de tomar mi bolso y salir.

Jenna me espera en el living para llevarme a la empresa. Observo el reloj para percatarme de que aún queda tiempo. Estoy tratando de ser lo más puntual posible, aunque a decir verdad eso de la puntualidad nunca se me ha dado bien.

—¿Lista? —pregunta y asiento.

Bajamos, saludamos al portero y subimos a su auto.

—¿Estás nerviosa? —pongo un poco de música para relajarme.

—Estoy bien —no miento.

Para mi mala suerte el camino se me hace demasiado corto cuando Jenna estaciona el auto frente al enorme edificio que no es nada comparado con el de California. La antigua empresa donde trabajaba se miraría bastante pequeña a lado de esta.

Las letras doradas con el nombre brillan en lo más alto y me pierdo mirando el apellido que no alberga más que poder. Jenna llama mi atención cuando pasa su mano un par de veces frente a mis ojos.

—Tengo que ir al comando —me informa—. Nos vemos más tarde en el departamento, no olvides que también estarán las chicas.

—¿Cómo podría olvidarlo? —me hago la indignada y termina dándome un pequeño abrazo.

—Ve adentro que se te hace tarde —me regaña.

Me despido de ella y entro al edificio donde anuncio mi llegada y en seguida me invitan a pasar a la oficina del jefe la cual está en el último piso. Tomo el ascensor y en todo el camino no dejo de mover el pie derecho de arriba abajo cuando me voy acercando a mi destino.

Las puertas se abren y me dan paso a un lujoso espacio abierto donde hay una sala para los empleados, más adelante hay un pasillo a la izquierda que es el que me lleva directo a la oficina.

Tomo aire y doy unos leves toques en la puerta. Escucho un adelante y me adentro a la enorme oficina mientras un hombre vestido de traje cierra la puerta a mi espalda y sin querer me sobresalto.

Con disimulo suelto un suave suspiro al percatarme que solo es uno de los guardaespaldas del comandante.

—Anastasia que alegría tenerte de regreso —
comenta el comandante Philipe Fletcher detrás del escritorio de madera oscura.

Frente a él está Chad con una sonrisa cálida y a su lado la señora Eleonor, esposa del comandante. Me acerco a saludarlos a los tres y Philipe me pide que tome asiento.

—Le comentaba a Chad que tratándose de ustedes podríamos hacer una excepción y trasladarlos directamente al comando —se sienta en su silla de jefe —. Tú podrías retomar el cargo que dejaste y Chad podría hacer las puebras para tomar algún cargo importante en mi ejército.

—Disculpe, ¿usted no sabía que vendríamos?

Niega.

—Me enteré hoy en la mañana que teníamos dos personas recién trasladas de Weapons Assembly, L.A. —explica—. Mi padre es el que tendría que estar aquí pero le ha surgido algo de suma importancia y...

La puerta se abre dándole paso a su hijo y no necesito voltearme para confirmarlo ya que si crees que Damien Fletcher es imponente en fotografías deberías sentir el aura dominante que desprende con solo llegar a un lugar.

Me quedo rigida sobre el asiento a la vez que Philippe se pone de pie cambiando la expresión amable que tenía hace unos segundos por una más seria.

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