21. Destinos entrelazados

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Hace 24 años

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Hace 24 años.

Sur Corea, Ilsan. 
09:35 pm

Era una helada noche de diciembre, la nieve caía cubriendo de blanco todo.
En una pequeña cabaña en el bosque se podían escuchar los gritos de una mujer que estaba apunto de dar a luz. 

Aquella mujer rubia de ojos azul claro se retorcía sobre la cama por las dolorosas contracciones que estaba teniendo, tres enfermeras que había en la habitación eran las encargadas de apoyar en la labor de parto y en una esquina la ama de llaves de unos 16 años de edad observaba con temor como su señora sufría por su situación, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. 

Bien, señora ha llegado el momento. — Dijo la jefa de las enfermeras que estaba a los pies de la cama donde estaba la mujer embarazada. Separó sus piernas y al ver la dilatación completa sabia que debían apresurarse. —Preparen las tijeras, las toallas y tina de agua. — Tras las órdenes las dos enfermeras alistaron todos las cosas. La mujer se aferraba a las sábanas mientras luchaba por no cerrar sus piernas. —A la cuenta de tres, comenzará a pujar ¿de acuerdo? — La rubia solo asintió repetidas veces con la cabeza, su rostro fruncido y sudoroso y sus dientes firmemente apretados por el dolor. — 1… 2 … y 3 ¡Puje! — Y la mujer empezó a pujar con fuerza, sus dedos dolían de tanto enterrarlos en el colchón, pero no era semejante al dolor del parto. —Nuevamente, ¡puje! — Y de nuevo, con todo lo que podía volvió a pujar llevando a cabo esta acción un par de veces más. —¡Ya se ve la cabeza! ¡Por favor siga pujando! — Motivada por eso, dio otro empuje más y cuando la cabeza del bebé estuvo afuera la enfermera pudo ayudar con el trabajo a la mujer rubia y, después de otro empuje con todas las fuerzas que pudo reunir, pudo escuchar el llanto de un bebé que la hizo suspirar tranquila por fin mientras intentaba recuperar el aliento después tan agotador trabajo. —¡Felicidades, señora! Es un hermoso varón. — Enseguida cortó el cordón, enrolló al pequeño en una toalla y se lo entregó a otra enferma para que pudiera revisarlo y limpiarlo. 

Rápidamente la ama de llaves se acercó hasta la mujer rubia para poder asegurarse que estuviera bien. —Ha hecho un gran trabajo, mi señora. — Comentó con una pequeña, casi imperceptible sonrisa mientras la oji azul intentaba calmar su respiración para poder hablar.

¿Dónde está el bebé? — Fue lo primero que cuestionó con su voz entrecortada, era lo más importante para ella. —¿Está bien?

Las enfermeras lo están revisando, pero seguro que es un pequeño sano y fuerte. — Comentó con tranquilidad observando como entre dos enfermeras limpiaban el pequeño cuerpo del recién nacido para después vestirlo y colocarle una cobija. 

Quiero verlo. — Pidió mirando con súplica a la jovencita castaña, está asintió y fue hasta donde las enfermeras para poder tomar con cuidado al pequeño y llevarlo hasta su madre. 

Mthrfckrs (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora