En un mundo donde la justicia es relativa, la bondad una leyenda y la humanidad una mierda, la maldad es lo único real.
Siete chicos sin, aparentemente, nada en común terminan por coincidir. Cada uno con una motivación diferente, una historia, una m...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Misión extraordinaria. pt 1 Sur Corea. Seoul. 9:45 PM.
En un club nocturno del más exclusivo del país se encontraban en una mesa sentado un hombre de entre 40 años de edad. Camisa y zapatos negros, pantalones grises y su cabello marrón peinado hacia atrás.
Bebía pequeños sorbos de su bebida mientras parecía tratar de distraerse un rato de su ajetreada vida. A sus lados tenía a cuatro compañeros de trabajo (dos de cada lado) que parecían conversar de cosas triviales y contar alguno que otro chiste entre ellos. Miró los hielos dentro de su vaso y cuando viró la vista al frente pudo verla justo ahí. Cabello castaño, liso y largo hasta la cintura. Un vestido blanco con algunas flores decorándolo. Zapatos de tacón plata.
Caminaba con elegancia. No sabía que hacía una chica de ese porte en un lugar como ese, pero sin duda estaba agradecido de ver semejante belleza. Parece que esta noche no sería tan aburrida como pensaba.
-Ahora vuelvo. - Dijo a sus compañeros que seguían en su charla. Se levantó de la mesa y caminó hasta la barra donde había tomado asiento aquella bella mujer. -Hola, buenas noches. - Dijo una vez estuvo cerca de la castaña.
La joven, que parecía estar en sus 20s, solo lo miró de reojo e ignoró al sujeto mirando hacia otro lado. Esto en vez de alejar al hombre solo le llenó de más incertidumbre y deseos de entablar una conversación con ella. Así que sin ninguna invitación, se sentó en el banquillo siguiente justo al lado derecho de la joven.
-¿Es la primera vez que vienes por aquí? - Cuestionó buscando la mirada de la chica, pero esta permanecía firme en seguir ignorandolo. -¿No te gusta charlar? - Sin embargo siguió intentándolo pensando que tarde o temprano podría obtener la atención de la castaña. -¿O acaso eres un tanto recatada?
La joven suspiró cansada de tener que soportar al hombre, sin siquiera mirarlo respondió: -¿Acaso no puedes entender la indirecta? - Cuestionó fastidiada. -No me interesa tener nada contigo. Así que esfúmate.
/-¿Podría al menos intentar ser un poco más gentil? Recuerde que necesitamos distraer a ese sujeto. No puede ahuyentarlo. - Escuchó la voz en el auricular de su oído derecho que era perfectamente ocultado por su largo cabello. /
La castaña frunció el ceño, no quería hacer ese trabajo en primer lugar. A lo lejos puedo observar a una peli negra y una peli roja que observaban desde la distancia. Una pequeña carcajada se escuchó de parte del sujeto cosa que solo le fastidió.
-Entiendo, entiendo. - Dijo el hombre. -Comencemos de nuevo. Hola, mi nombre es Ricardo Russo. ¿Cuál es el tuyo? - La castaña cerró los ojos para intentar relajarse un poco, solo debía apresurarse y terminar con ese tonto plan lo antes posible.
-Mi nombre es Kim. - Respondió por fin viró al hombre, un semblante neutral y Ricardo casi contuvo el aliento al ver unos brillantes ojos esmeraldas. -Kim SookJin.
