—¿De dónde se conocen ustedes? —pregunta mi mamá igual de sorprendida que nosotros. O que yo, por lo menos.
—Scarlett es mi alumna...
—¡Por culpa de este "señor" tuve que hacer el calendario de mis ex! —exclamo casi gritando.
—¿Ah, sí? —Mi mamá parece no entender el meollo de mi molestia.
—Así es, gracias a mí ahora tu hija tiene un contrato con una reconocida marca de ropa.
—¿Perdón? Eso no fue gracias a usted, ¡fue gracias a mí y a mi amiga!
—Hija, no le hables así a tu futuro padre.
—¡¿QUÉ?! —gritamos al unísono el viejo verde y yo.
La señora suelta una carcajada y finalmente aclara:
—Obviamente bromeo. Se hubieran visto la cara...
Tomo de la mano a mi mamá y la halo hasta el pasillo que conduce a los cuartos.
—Mamá... ¿Cómo conociste a este señor?
—En Tinder.
—¿Qué? ¿Tienes Tinder?
—¿Y qué esperabas? ¿Que me carcomiera la tristeza por el divorcio con tu papá? ¡Jamás le daría ese gusto!
Tiene una cara de satisfacción personal que nunca le había visto.
—Ma, ¿entonces con este señor solo estás por despecho?
—Ay, no hija, abrí Tinder por despecho, estoy con José porque me gusta y es muy sexi.
Siento una arcada aproximarse.
—Mamá... pero este señor...
—Ay, no, no me hables mal de él porque estoy segura de que no lo conoces bien. Y cualquier cosa que me digas de él no me va a hacer cambiar de opinión. Quiero estar con él y punto —me interrumpe.
—Pero mamá, solo quiero que tengas cuidado con él... ¿Sabes por qué me puso a hacer el calendario?
—No, y no me importa.
Camina hacia la sala, dejándome sola y con todas las palabras atoradas en la boca. Quiero salir y echar a este señor de mi casa, pero sé que eso solo hará que mi mamá se encapriche más. Es como una niña chiquita, o peor aún: como una adolescente.
—Ah, hija... —Mi mamá asoma su cabeza hacia el pasillo para que solo pueda escucharla yo—. Acuérdate lo que te dije. Somos ruidosos.
—LALALALALALALA NO OIGO, NO OIGO... —Pongo mis manos sobre mis orejas y me voy a mi cuarto.
Tomo mi celular, mi bolso y salgo casi corriendo de mi apartamento. ¿Es posible tener tanta mala suerte? Como si no hubieran millones de hombres en el mundo, y miles en Tinder, mi mamá justo tenía que terminar con Abelardo el pervertido. Es como de no creer. ¿Dónde está la cámara escondida? ¿En qué momento me sopla el viento de la Rosa de Guadalupe?
Bajo hasta mi parqueadero y enciendo mi carro. Se demora un poco en arrancar, pero lo único en que puedo pensar es que quiero largarme hacia cualquier parte. Y de pronto encontrarme por ahí un barranco y tirarme con todo y carro.
ESTÁS LEYENDO
Doce estúpidos meses
ChickLit¿Y si toda tu carrera dependiera de que tus guapos exnovios posaran para tu calendario? *HISTORIA DESTACADA DE FEBRERO 2021 POR EL PERFIL OFICIAL DE HUMOR* Scarlett sueña con convertirse en fotógrafa, y no dejará que nada ni nadie se interponga en s...